Entre decenas de miles de registros sonoros y audiovisuales, la memoria de la más prolongada protesta estudiantil de nuestra historia parece perderse. Solo un discurso de Luis Carlos Galán en 1970, a quien como ministro le correspondió enfrentar las protestas, aparece como una paradójica premonición de una ola rebelde que logró afirmar la autonomía universitaria y desafiar la vieja represión del Frente Nacional.
[Manifestación en la Carrera Séptima]. (ca. 1970-1972). [Material huérfano]. Colombia: Archivo Señal Memoria, F16mm-801975
A finales de 1970, los estudiantes de la Universidad del Cauca se movilizaron para presionar por la autonomía plena de la institución, iniciativa que fue imitada en enero por sus pares de la Universidad del Valle. Luego de que el 26 de febrero de 1971 una manifestación en Cali fue atacada por la Policía dejando más de veinte jóvenes muertos, las protestas se extendieron al resto del país.
A la solidaridad con los estudiantes violentados se sumaron las siguientes exigencias: el establecimiento de un cogobierno universitario, la eliminación de la participación del sector privado y la Iglesia en los consejos directivos, una mayor regulación del Estado a las instituciones privadas, un mayor presupuesto oficial a las públicas y la eliminación de las duras condiciones crediticias que entidades extranjeras imponían a la educación superior en Colombia. Aquel programa mínimo fue ampliamente debatido en las universidades Nacional, de Antioquia, UPTC o Pedagógica, como también en la Javeriana, la Gran Colombia y los Andes, en donde se agregaron peticiones de la política universitaria interna.
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Luis Carlos Galán vs. la juventud rebelde
A quien le correspondió enfrentar la energía del movimiento estudiantil de 1971 fue a Luis Carlos Galán, nombrado ministro de educación por el presidente Misael Pastrana Borrero con apenas 27 años. Uno de sus primeros actos públicos lo tuvo en París como delegado de Colombia ante la Conferencia General de la Unesco. Allí pronunció un recordado discurso sobre “los motivos que inducen a los jóvenes a la rebelión”.
En declaraciones al Servicio de Radio de las Naciones Unidas grabadas en noviembre de 1970, Galán recordaba su discurso, exponiendo cómo las insatisfacciones generacionales, las injusticias de la sociedad de su tiempo y los instrumentos de juicio que otorgaba la vida universitaria, justificaban plenamente la rebeldía de las nuevas generaciones. Esas mismas circunstancias motivarían el movimiento estudiantil al cual él mismo se enfrentó durante ocho meses.
Luis Carlos Galán, “Los motivos que inducen a los jóvenes a la rebelión”. Extraído de HJCK (1970). Carta de Colombia. Colombia: HJCK. Archivo Señal Memoria, HJCK-RMT-070184-01
Movimiento estudiantil de 1971 - Las protestas
A los estudiantes no los frenó la masacre en Cali, ni la declaratoria de estado de sitio, ni los toques de queda ni el prolongado cierre de la Universidad Nacional, mucho menos la acusación de estar saboteando la celebración de los Juegos Panamericanos, la militarización de los campus o la detención de sus líderes. La democratización universitaria se logró progresivamente, destacándose el retiro voluntario de la Iglesia de los consejos superiores.
Si bien el Movimiento del 71 no logró materializar la mayoría de sus demandas y se disolvió a finales de ese mismo año, persistió en la memoria como un hito de la protesta social en Colombia y como un “bautizo político” de personajes de la vida nacional como los líderes estudiantiles Marcelo Torres, Leonardo Posada y Morris Ackerman, el propio ministro Galán o el periodista Enrique Santos Calderón, quien defendió al movimiento en el diario El Tiempo.
Sin embargo, su presencia aún es incierta en nuestros documentos.
Autor: Felipe Arias Escobar
