Una vez consolidado el núcleo de Pamplona, cuya fundación se produjo en 1549, las autoridades de esta ciudad comienzan la ampliación de su frontera hacia lo que actualmente es el occidente venezolano y el oriente colombiano, con la fundación de Mérida en 1558, por parte de Juan Rodríguez Juárez y Villa de San Cristóbal en 1561, cuyo fundador fue Juan de Maldonado. En este mismo año, se lleva a cabo la fundación de Salazar de las Palmas cuyos primeros emplazamientos son destruidos por los indígenas hasta 1582 cuando Alonso Rangel logra al fin efectuar la fundación definitiva.
En 1543 el Procurador de Tunja, Juan López, propone al Cabildo de Pamplona el establecimiento de una nueva ruta hacia la costa y, fundamentalmente, hacia el Lago de Maracaibo, para evitar el dispendioso paso por el puerto del Opón. Fue así como este mismo cabildo encarga al Capitán Francisco Fernández la tarea de explorar y someter territorios al noroccidente del área de influencia provincial. Fernández de Contreras lleva a cabo varias incursiones por el río Zulia y la cuenca del Catatumbo. En su itinerario explorador, funda el puerto de Chingalé "doce leguas el río abajo" de Tamalameque.
En 1570, Fernández llega al valle sobre el cual hoy se levanta la ciudad de Ocaña dejando sus hombres asentados temporalmente en el puerto y en el valle, mientras las autoridades de Pamplona le conceden autorización para fundar la ciudad.
Concluidos los trámites legales de rigor, en Santafé y Santa Marta, las autoridades coloniales determinan que el nuevo poblamiento haga parte de la jurisdicción de Santa Marta, cuyo gobernador era por ese entonces, Don Pedro Fernández de Bustos, oriundo de la Ocaña española. Así pues, el 14 de diciembre de 1570, Francisco Fernández lleva a cabo el ritual de la fundación, poblándose el lugar con 36 vecinos.
De acuerdo con los textos que aparecen en los documentos de los archivos históricos de Bogotá, AGN, y Ocaña, el título de ciudad comienza a utilizarse hacia 1575.
Durante el desarrollo de la etapa virreinal, se produce el repartimiento del territorio en encomiendas que más adelante se fragmentarían en haciendas y, con el correr del tiempo, en parroquias y sitios transformados en el siglo XIX en municipios.
La vocación comercial de la ciudad comienza con la agricultura para luego consolidarse como uno de los principales enclaves comerciales del oriente colombiano. Los productos agrícolas y manufacturados de la zona de Ocaña comenzarían a abastecer ciudades como Mompox, Tamalameque y la zona minera de Antioquia, Guamocó y Remedios, generándose una dinámica comercial que permitió el desarrollo temprano de la ciudad y el avance de su frontera sobre áreas del sur del Cesar, como Río de Oro, Aguachica, Puerto Nacional, González y Gamarra.
Llegada la época de la independencia, se conforma un núcleo republicano integrado por varios notables de la ciudad, entre ellos el doctor Miguel Ibáñez y Vidal, padre de Nicolasa y Bernardina Ibáñez, los Lemus, los Quintero y los Pacheco, quienes van a contribuir con las fuerzas patriotas comandadas por Simón Bolívar que hacen su entrada triunfal a Ocaña en enero de 1813. Ciudadanos de Ocaña y Río de Oro conforman la Compañía Libres de Ocaña, que se suma de los combatientes de Mompox y Tamalameque, y con ellos marchan hacia los valles de Cúcuta durante la denominada Campaña Admirable.
En 1816 se presenta en la ciudad el pacificador Pablo Morillo y comienzan las retaliaciones contra los patriotas muchos de los cuales caen en los cadalsos armados en la plaza mayor y en la plazuela de San Francisco. Por fin, en 1822, una vez sometida la guerrilla realista de los Colorados que operaba en el área, Ocaña queda libre de toda la opresión española.
En 1817, la ciudad se engalana con el nacimiento del poeta romántico José Eusebio Caro, uno de los personajes más destacados de Colombia en el siglo XIX.
Estatua de José Eusebio Caro
En 1828, debido al malestar generado por la Constitución de Villa del Rosario, expedida en 1821, el Congreso de la Gran Colombia determina llevar a cabo una nueva constituyente y se escoge para tal fin la ciudad de Ocaña.
También puedes leer: Ocaña en las artes escénicas
Angulo, Antonio (director). (1999). Patrimonio San Francisco. Dirección Antonio Angulo García. Colombia: Pame televisión para Inravisión- Señal Colombia. Archivo Señal Memoria, BTCX30-012250.
El suceso histórico se produce a partir del 9 de abril de 1828, caracterizándose por el radical enfrentamiento entre el sector federalista, liderado por Francisco de Paula Santander, y el bolivariano, por Simón Bolívar. Por esta causa...
...las sesiones de la Convención de Ocaña solo duran dos meses, sin que las partes en conflicto puedan ponerse de acuerdo en un proyecto de reforma constitucional que satisfaga a todos.
Complejo histórico de la Gran Convención
Las consecuencias del fracaso de la Convención de Ocaña serían: la dictadura de Bolívar con la consecuente persecución política hacia los santanderistas, el atentado contra la vida del Libertador y, finalmente, la disolución definitiva de la Gran Colombia en 1830.
Triana, Jorge Alí (director). (1980). Bolívar, el hombre de las dificultades. Colombia: Promec Televisión - Eduardo Lemaitre. Archivo Señal Memoria.
Complejo histórico de la Gran Convención
A partir del 29 de mayo de 1849, el Congreso de la Nueva Granada crea la provincia de Ocaña, integrada, así: "Ley 64.- Mayo 29 de 1849 - creando la Provincia de Ocaña.- El Senado y Cámara de Representantes de la Nueva Granada, reunidos en Congreso, - Decretan: Art. 1o. Los distritos parroquiales de Ocaña, Río de Oro, Convención, Loma de Indígenas, San Antonio, Brotaré, Teorama, La Cruz, Aspasica, La Palma, Pueblo Nuevo, Buenavista, Los Ángeles, Loma de Corredores, Aguachica, Puerto Nacional, Simaña, San Bernardo, Badillo y Tamalameque, formarán una Provincia que se denominará Provincia de Ocaña, y su capital será la ciudad de este nombre."
La creación de la provincia de Ocaña produce grandes beneficios para todas las poblaciones cercanas a Ocaña, instalándose una Cámara Provincial que legisla en materia de vías, escuelas, fuerza pública, ferias, etc. En 1853, esta misma cámara expide la primera constitución municipal de la provincia de Ocaña y en 1854 se expide la segunda, ambas de corta duración.
Barrio Villanueva de Ocaña
En 1850 llega la Comisión Corográfica con el doctor Manuel Ancízar, secretario de la misma, lográndose una descripción de sus poblaciones, costumbres y riquezas naturales, así como el levantamiento cartográfico de la provincia. Los resultados de esta misión científica quedan registrados en la obra Peregrinación de alpha, escrita por el mismo doctor Ancízar.
Durante la segunda mitad del siglo XIX el comercio de Ocaña se fortalece al implementarse el modelo librecambista que genera la aparición del comercio internacional de la zona de Ocaña con Europa y los Estados Unidos. Se crean casas importadoras y exportadoras y se eleva la calidad de vida de los habitantes de la provincia.
El fortalecimiento de la economía regional da lugar a la llegada de los primeros inmigrantes europeos cuyas actividades comerciales se van a sumar a las ya existentes. Extranjeros provenientes de Alemania, Italia, Francia y Reino Unido, especialmente, unidos a los notables de la ciudad, conforman el Club Ocaña en 1894, cuyas actividades incluyen la publicación del periódico Revista Mercantil a través del cual se informa sobre las tasas de cambio existentes en aquellos tiempos, ofertas comerciales y comentarios sobre aspectos económicos nacionales e internacionales. El club formaría comités especializados, como el de educación, obras públicas, biblioteca, etc., que se encargarían de fomentar y gestionar nuevas escuelas para la ciudad, como el Colegio de la Presentación y la construcción del primer hospital de Ocaña y el cementerio central.
Por estos mismos años de finales del siglo XIX llegan también los primeros inmigrantes árabes, provenientes de Siria y el Líbano, quienes ya aparecen con haciendas y casas comerciales a comienzos del siglo XX.
La desastrosa Guerra de los Mil Días, entre 1899 y 1902, pondría fin al desarrollo acelerado de la provincia de Ocaña que solo hasta la segunda década del siglo XX comenzaría nuevamente a recuperarse.
Teniendo como antecedente las primeras tertulias literarias de finales del siglo XIX, hacia 1904 aparece el grupo de Los Felibres, integrado por los poetas y prosistas Luis Tablanca, Edmundo Velásquez y Adolfo Milanés, cuyas repercusiones en las letras departamentales y nacionales se harán sentir por sus excelentes creaciones en poesía y narrativa.
En 1935 se crea el Centro de Historia de Ocaña (hoy Academia), que va a producir en los años siguientes, una pléyade de historiadores, cronistas, poetas, artistas plásticos, músicos y narradores de talla nacional e internacional. Mencionemos entre estas personalidades de la vida pública, las artes y las letras, a Lucio Pabón Núñez, Luis Eduardo Páez Courvel, Jorge Pacheco Quintero, el jesuita Juan Manuel Pacheco Ceballos, Rafael Contreras Navarro, Noé León, Jorge Riveros Salcedo, Edgar Silva, Raúl Pacheco Ceballos, Marcial y Jairo Calle Álvarez, Edgar Alberto Páez Mozo, entre muchos otros, cuyas obras hoy son referentes para la investigación, las artes y las letras departamentales y nacionales.
Como muchas poblaciones del país, Ocaña ha recibido, desde hace cerca de cincuenta años, el impacto nefasto de la violencia contemporánea, con los consecuentes desplazamientos de población hacia las cabeceras municipales de la provincia, la grave afectación a la economía y la zozobra ante los atentados, secuestros y extorsiones que se siguen produciendo por parte de los grupos armados ilegales que operan en el área. Sin embargo, los habitantes del municipio siguen aferrados a la esperanza de un mejor mañana, en el cual puedan desarrollar todas sus actividades en paz.
Autor: Luis Eduardo Páez García