La selva tropical chocoana en la región del bajo San Juan guarda en su interior los ecos de una naturaleza diversa en la que se confunden los ritmos de los cantos y bailes de un pueblo ancestral que ruega a sus dioses para que el mundo no se vuelva a inundar. Ellos son los waunana, cuyo registro fílmico en el documental El Aguacerito de la serie Yurupari, se reestrena, luego de un complejo proceso de restauración digital que nos muestra en toda su magnitud esta única obra del patrimonio audiovisual de todos los colombianos.
A continuación, Jorge Mario Vera, restaurador fílmico de Señal Memoria, quién estuvo a cargo del proceso, nos cuenta los pormenores del mismo y la importancia patrimonial que tiene para el país este documental de 1986.
¿Cómo se desarrolló el proceso de restauración de este documental?
A partir de los negativos, cortados originalmente por Emma Frade (figura muy destacada dentro del área de laboratorio y corte de negativo en la cinematografía colombiana, en el año 1986), y con base en el proyecto de restauración de 2019 diseñado en Señal Memoria de RTVC, Sistema de Medios Públicos, se alistaron en la Fundación Patrimonio Fílmico Colombiano, los negativos de imagen, que fueron enviados al laboratorio Labo en México D.F. Es importante destacar que a este documental nunca se le realizó después de filmado, un proceso de corrección de color, y que el montaje para emisión por televisión se hizo desde la copia obtenida a través de un proceso de telecine a una sola luz (que técnicamente se denomina best light y donde no se hace ninguna nivelación ni de luz ni de color), ni se generó una copia fílmica para proyección, por lo que las características originales de imagen y su calidad sólo fueron visibles en toda su plenitud, en 2019, año en que se escaneó y colorizó la pieza audiovisual, así lo ratificó con grata sorpresa, el director de fotografía del documental, Fernando Riaño .
Una vez en México, se realizó la limpieza con lavadora ultrasónica Lipsner-Smith, y posteriormente se llevó a cabo el escaneo de la película en resolución 2K (2048 x 1080), a un promedio de 900 fotogramas cada segundo, generando un documento matriz de alta calidad en formato DPX (Digital Picture Exchange: mapa de bits de la imagen digital en movimiento, sin compresión ni pérdidas en la calidad de la información escaneada). Una vez terminado este proceso, el documento retorna a Bogotá D.C.
Posteriormente se realizó el proceso de ensamblaje con las imágenes ya escaneadas, teniendo como referencia el montaje original de la película, a partir de dos versiones existentes que se emitieron por la televisión colombiana. La primera estaba grabada en cinta magnética de carrete abierto de 1 pulgada y la otra versión en formato U-Matic. Una vez finalizado el proceso de edición, se realizó el etalonaje digital (limpieza de suciedades con herramientas digitales, nivelación de luz, corrección de color con Software Davinci Resolve Studio, y reducción de grano con motion compensatión) y la nivelación de sonido (este tuvo que copiarse de las cintas magnéticas de referencia pues las grabaciones originales de sonido, no se encontraron). Con el acompañamiento y aprobación del director de fotografía del documental, Fernando Riaño, y llevando a cabo una proyección HDR (High Dynamic Range), para tener el mayor nivel de detalle y precisión, se cerró el proceso de corrección de color. A continuación, se integraron la imagen y el sonido y se generó el documento matriz digital restaurado a partir de la cual se generaron las copias digitales.
¿Cómo se configuran este tipo de proyectos en Señal Memoria?
Anualmente se establece un proyecto de restauración, donde se incluyen obras que tienen su origen en soportes fílmicos y magnéticos. Se da prioridad a producciones audiovisuales que tengan riesgo de pérdida por deterioro físico, y que además representen un valor patrimonial como documento histórico dentro de los períodos que cubren los documentos que hacen parte del Archivo de Señal Memoria, que van desde finales de los años 30 del siglo XX hasta la fecha.
¿Cuál es el costo que puede tener la restauración de este tipo de obras cinematográficas?
Adicional al valor económico que sumando los diferentes – limpieza, escaneo, corrección de color, limpieza de sonido, subtitulación y masterización -puede oscilar entre los 20 o 30 millones de pesos, está el valor patrimonial que tiene para la memoria audiovisual de Colombia, este tipo de piezas. Es la representación de una comunidad indígena muy importante y hasta cierto punto desconocida. Muestra la diversidad pluriétnica y multicultural del país y adicionalmente, este tipo de restauraciones representan el volver a la vida digitalmente obras fundamentales del género documental, que de otra manera no podrían ser nuevamente visibles.
¿Cómo puede el público en general y las audiencias digitales entender el significado del patrimonio audiovisual?
Fundamentalmente poniendo a disposición de los espectadores a través de diversos canales y plataformas este tipo de obras, para que, al visualizarlas, conozcan y reconozcan estas visiones del mundo y la gran diversidad cultural que tiene un país como Colombia. Por eso además de las proyecciones en entidades como la Cinemateca de Bogotá, las películas serán emitidas por canales como Señal Colombia y Canal Institucional, y estarán disponibles de manera gratuita en plataformas OTT para internet como RTVCPlay.
Autor: Jorge Mario Vera