Así comía el Ejército Libertador. | Señal Memoria

Toda guerra viene generalmente con su propia crisis alimentaria y el periodo de la independencia no fue una excepción. Los civiles del Nuevo Reino de Granada vivieron las penurias de este hecho en parte por la escasez de mano de obra debido al reclutamiento forzado y el abandono de los campos. Pero el reto principal estuvo en la alimentación de los ejércitos en contienda. Grandes masas de combatientes, de lado y lado, que se movilizaban con un objetivo bélico. Por lo tanto debían estar bien alimentados. 

Una escena muy común era ver a miles de hombres caminando por horas a través de grandes extensiones de tierra. Paraban para alimentarse del ganado vacuno en aquellos terrenos donde sus propietarios tenían reses o cualquier alimento vegetal. 

Rafael Pardo en su libro La historia de las guerras aborda este tema con un relato que corresponde al 25 y 26 de junio de 1819, durante el paso por el Páramo del Perro (posteriormente llamado Pisba): "En la retaguardia conducían caballos de remonta y ganados en pie para alimentación de la tropa y su marcha era muy lenta. Para esperarlos, Bolívar suspendió la marcha en Morcote y envió a un ayudante para ordenar a Santander detener su marcha en Paya, mientras llegaba el ganado. Esa noche sólo hubo plátanos para la tropa. 

Pocos eran los momentos de abundancia durante la campaña libertadora. Uno de pocos fue la llegada a Tame (Arauca) en junio de 1819. La serie radial de 1958 Por aquí pasó Bolívar, emitida por la Radiodifusora Nacional de Colombia, recrea algo de esos momentos de alimentación plena del ejército que liberaría al país. Carne salada, plátano y guarapo, lo que da la tierra.