Ficha Técnica
Sin duda, uno de los hechos más significativos en el ámbito de los milagros avalados por la Iglesia católica, se remonta al 13 de mayo de 1917. Ese año, en la localidad de Cova da Iria (Fátima, Portugal), Lucía, Jacinta y Francisco, tres pastorcitos que estaban cuidando sus rebaños de ovejas, se vieron sorprendidos por la lluvia. Buscaron entonces un refugio y mientras aguardaban a que pasara el temporal, vieron una luz blanca entre los árboles: era una mujer vestida de blanco, con un rosario en las manos…
Así empiezan los acontecimientos del milagro de Fátima, que hoy cumple ciento cinco años, a lo largo de los cuales millones de hombres y mujeres han peregrinado a Portugal, afianzando su fe en la Virgen María y en la Iglesia. Al fin y al cabo, el actual santuario, cuyo nombre completo es Santuario de Nuestra Señora del Rosario de Fátima, está construido en el mismo lugar donde la Virgen se apareció a los tres niños. Comenzó a erigirse en 1928, se consagró el 7 de octubre de 1953, y al año siguiente la Santa Sede le concedió el título de basílica menor, durante el pontificado de Pío XII.
Las seis apariciones de María, entre el 13 de mayo y el 13 de octubre de aquel año, constituyen un momento decisivo del culto mariano. Tales apariciones estuvieron acompañadas por una serie de revelaciones que la Virgen hizo a los pastorcitos.
Una de las profecías anunciaba el triunfo de la Revolución rusa, justamente ese año de 1917, y lo que significaría para la Iglesia católica. Otra profecía hablaba de un segundo conflicto mundial, pues recordemos que al momento de las apariciones Europa estaba librando la Gran Guerra (1914-1918), que luego pasó a la historia como Primera Guerra Mundial. Una tercera profecía anticipaba el atentado con arma de fuego que sufrió el Juan Pablo II en la plaza de San Pedro, el 13 de mayo de 1981, exactamente a los 64 años de la primera aparición. El mismo Sumo Pontífice aseguró haber sobrevivido al ataque gracias a la intercesión de la Virgen. Y fue tanta su devoción que en 1984 dejó la bala que le extrajeron en el santuario de Fátima. Todos los peregrinos pueden verla allí, engarzada en la corona de María.
A finales de la década de 1950, Manuel Mosquera Garcés, tres veces ministro de Estado y para muchos el “afrocolombiano más influyente a mediados del siglo XX”, en presencia de una imagen de la Virgen de Fátima que había sido traída al país, leyó unas palabras en las que sin duda aflora el fervor religioso de esta figura pública nacida en 1907 y fallecida en 1972, que Mariano Ospina Pérez describió como “católico ferviente, conservador doctrinario y militante; educador y catedrático; escritor castizo, orador elocuente, de agradable trato a la vez que de gran valor civil”. Escuchemos:
HJCK (Productor). 1959, [Palabras del doctor Manuel Mosquera Garces, en la oración de bienvenida a la imagen de Nuestra Señora de Fátima] [Programa entretenimiento]. Colombia: Radiodifusora Nacional de Colombia. Archivo Señal Memoria, CD008296.
Tales palabras las conserva Señal Memoria en un documento de audio grabado por la Radiodifusora Nacional de Colombia. Mosquera Garcés evoca a María en su encuentro con Lucía, Jacinta y Francisco, cuando “se muestra la Señora a los pastores portugueses para entregarles su mensaje, un mensaje que envuelve, si bien se lo mira, un triple y angustioso llamamiento”, dice el intelectual chocoano aludiendo a las tres profecías de la Virgen que bajó a este mundo, a un rincón de Portugal, un día como hoy hace ciento cinco años, 13 de mayo de 1917.
Autor: Fernando Nieto