Ficha Técnica
Fernando Botero es, sin lugar a dudas, el pintor colombiano más reconocido del mundo. El desarrollo de un arte valiente, audaz y ambicioso convirtió al antioqueño en un artista con un talento único, inconfundible.
La obra de Botero experimentó varias transformaciones a lo largo del tiempo, hasta llegar a un estilo propio y reconocible por todos, caracterizado por las formas pesadas, abultadas o infladas de manera artificial: figuras monumentales que revelan las virtudes internas, no solo de los objetos cotidianos (como las frutas, las flores, los libros, los instrumentos), sino también de los seres humanos. Deformar la figura humana, en ocasiones de manera satírica, insinuante o burlesca, fue para el artista colombiano el mayor foco de crítica.
Pero cuando se asume plenamente el mensaje de Botero, lo pictórico pasa a ser lo más relevante y disfrutable, esto es, las formas, el color y el sentido. Esa manera madura e inimitable de darle expresión a las cosas, hace que cualquier objeto o figura adquiera gracia y tranquilidad en su forma monumental. Así, Botero volvió bello lo que podría parecer horrendo, y lo logra por el hecho de pasar de la vida real al puro reino de la estética, es decir, a un lugar que busca producir placer y sacar, por qué no, una sonrisa al espectador.
Pocos son los artistas como Botero que han logrado transformar nuestra imagen del mundo por medio de sus formas inventadas, y que por su calidad hayan calado en nuestra memoria visual de manera permanente.
El magacín cultural En cámara, producido por Inravisión y presentado por Antonio Aguirre en la década de los noventa, muestra imágenes de la obra pictórica de Botero, en especial aquellas relacionadas con el tema de la tauromaquia. Adicionalmente, presenta un fragmento de una rueda de prensa en la que el antioqueño expresó que el arte es rebeldía y que, por tanto, se debe tener el coraje de ser uno mismo.
Autor: Luis Felipe Núñez.