Ficha Técnica
Cada 11 de noviembre se celebra el Día Mundial del Origami, pues los números de esa fecha simbolizan los lados de un cuadrado. Se cree que este arte de plegar papel se originó en China y que llegó a Japón en el siglo VI, territorio en el que empezó a hacer parte de rituales y ceremonias de la nobleza. Con el aumento de la producción del papel, el origami fue expandiéndose hasta que se convirtió en algo típico para toda la sociedad japonesa.
En este arte se ven reflejados valores de la cultura de Japón al mostrar que pueden surgir figuras complicadas de una hoja simple de papel, que la vida trae consigo transformaciones constantes, que la paciencia es importante para lograr objetivos, que los recursos deben ser aprovechados al máximo y que la naturaleza influye en nuestras cotidianidades. Todo ello da cuenta de que un cuadrado es la base de este arte que no solamente sirve para crear formas, sino que hace parte de pensamientos y tradiciones asiáticas.
Una de las historias que conecta al origami con la vida en Japón es la de las mil grullas. Se cuenta que una niña japonesa de nombre Sadako Sasaki sufrió de leucemia a causa de la radiación tras el bombardeo a Hiroshima en 1945. Con pocas expectativas de vida, le contaron la leyenda de que, si hacía mil grullas de papel, sus deseos serían cumplidos. Antes de perecer a sus doce años, alcanzó a hacer 644. Tras su fallecimiento, sus familiares y amigos completaron la cifra en su honor
Hoy en día, las grullas de papel son símbolo de paz. De hecho, se creó el Parque Memorial de la Paz de Hiroshima, lugar al que llevan ese animal en origami para recordar a Sadako y buscar el cese de conflictos en el mundo. La tradición de plegar grullas para dar esperanza a personas enfermas también continúa. Así lo contó Alberto Bejarano para el programa Tras la huella del saber en 1998.
Por: Laura Lucía González Contreras