Ficha Técnica
Del gobierno militar de mitad de siglo pasado a la actual pandemia del coronavirus, su registro audiovisual nos cuenta la historia reciente del país.
En esa primera noche de junio de 1954 en el Palacio de San Carlos en Bogotá cuando en medio de la premura por iniciar la primera emisión televisiva en el país, la figura militar de Rojas Pinilla emergía en algunos cientos de “cajas mágicas” inaugurando el nuevo medio de comunicación, nadie imaginaba la importancia que tendría en las décadas venideras.
Hoy, ese primer canal televisivo estatal marcado con el número 8, se ha multiplicado y diversificado en cantidad, alcance y tecnología de tal manera, que se hace difícil escoger qué canal se quiere ver en los cada vez más sofisticados aparatos de televisión. Aparatos que pasaron de ser un costoso artículo de lujo, signo evidente de estatus, a uno de fácil acceso y casi de primera necesidad en cualquier hogar colombiano.
Celebramos la llegada de la televisión al país rodeados de millones de receptores encendidos en todo el territorio nacional y programaciones sin pausa, a diferencia de los 1500 aparatos disponibles en la primera emisión televisiva y sus pocas horas de transmisión tras la cual se silenciaron los televisores hasta la noche siguiente.
Si bien la inauguración de la televisión formaba parte de las celebraciones en Bogotá y Manizales de la Fiesta Cívica Nacional, instituida el 13 de junio con motivo de la llegada al poder de las Fuerzas Militares, su comienzo marcó la historia de los medios de comunicación en el país y el inicio de un nuevo escenario tanto de entretenimiento, como de educación y de conformación de audiencias con tendencias influenciables de consumo.
Autor: Luis Alfonso Rodríguez Norato
