Ficha Técnica
El 30 de diciembre de 1922 se creó oficialmente la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS), conformada por Rusia, Ucrania, Bielorrusia y Transcaucasia (hoy Azerbaiyán, Georgia y Armenia). Más adelante, se integraron otras repúblicas, para un total de 15 naciones, hoy independientes.
En el documento de su creación se afirmó que existían dos campos, el del capitalismo y el del socialismo. En el primero había “enemistad nacional y desigualdad”, mientras en el segundo “confianza mutua, paz, libertad e igualdad”. Bajo esos preceptos, la URSS se instituyó como una unión de pueblos que reestructuró los sistemas políticos y económicos de parte de Asia y Europa oriental. Los estatutos fundamentales determinaban que la propiedad privada no debía existir y que el Estado controlaría la economía.
La base de dicha reestructuración inició con la Revolución rusa de 1917, por medio de la cual fue derrocado el régimen zarista, un sistema absolutista que había llevado a la nación a una crisis económica por cuenta de la cual la población sufrió las hambrunas. En 1987 el periodista Héctor Mora contó detalles sobre ese suceso clave del siglo XX en su programa El mundo al vuelo.
La URSS alcanzó a ocupar una sexta parte del territorio del planeta y a ser la segunda economía más grande en 1980, tras Estados Unidos. Precisamente, ambas potencias mundiales fueron las protagonistas de la Guerra Fría, una disputa entre capitalistas y socialistas por demostrar su poderío, que finalizó con la disolución de la Unión Soviética el 26 de diciembre de 1991.
Aunque su Estado no existe desde hace 31 años, las consecuencias de su creación hace cien años aún continúan: la exploración humana del espacio; el apoyo al socialismo en otros países como Cuba; las violaciones de derechos humanos, y la guerra entre Rusia y Ucrania, entre otras.
Autor: Laura Lucia González