La abolición de la esclavitud, decretada el 21 de mayo de 1851, fue resultado de un largo proceso iniciado en el siglo XIX con antecedentes coloniales de grupos de resistencia cimarrona. Las primeras iniciativas de abolición de esclavitud se dieron con el decreto de Manumisión de esclavos en 1814 y la Ley de Libertad de Vientres de 1821; pero no se consolidó una abolición absoluta sino hasta 1851.
La abolición de la esclavitud en Colombia fue decretada el 21 de mayo de 1851 por un partido liberal recién nacido, que de esta manera respondió al apoyo popular recibido durante la elección del presidente José Hilario López. Este proceso fue largo y tortuoso y en él intervinieron no sólo diferentes fuerzas políticas y sociales sino también, y en gran medida, los hombres y mujeres que habían sufrido la esclavitud, quienes desde tiempo atrás conformaron sociedades libres mediante la construcción de palenques en zonas aisladas, se amotinaron y protestaron frente a medidas injustas, al tiempo que otros utilizaron las leyes que regularon las relaciones con los amos para buscar la libertad por medios jurídicos. Desde luego, muchos aceptaron su condición, lo que lleva a pensar que la esclavitud fue funcional al sistema colonial.
Extraído de: Triana, J. (Director). (1986). Colección Revivamos Nuestra Historia: La libertad de los esclavos. Colombia: Producciones Eduardo Lemaitre. Archivo Señal Memoria. UMT 216547
En las postrimerías del régimen colonial, la población esclavizada del Nuevo Reino de Nueva Granada era minoritaria desde el punto de vista demográfico, pues el total de habitantes se calculó en 798.956, de los cuales 62.547 eran esclavos (7.83%); la mayoría de la población aparecía clasificada como "libres de varios colores", al sumar 375.477 (47%) frente a los 158.330 (19.62%) indígenas y a los blancos que alcanzaron el número de 202.602 (25.36%). A pesar de ser minoritarios, los esclavizados eran fundamentales para desarrollar los procesos productivos en minas y haciendas ganaderas y azucareras que se concentraron en la costa del Pacífico y en algunos valles interiores de las gobernaciones de Cartagena, Popayán y Antioquia. Esta importancia económica hizo que la abolición de la esclavitud fuera más conflictiva en unas regiones que en otras.
¿Por qué se dio la abolición de la esclavitud?
Frente a la abolición de la esclavitud existen varias explicaciones, tales como el agotamiento de la institución por diferentes crisis económicas que sufrieron los sistemas productivos que los utilizaron (v.g. la minería ), las transformaciones que exigía el advenimiento del capitalismo y las influencias ideológicas del liberalismo europeo. Dadas las diferentes realidades subregionales de nuestro país, podemos decir que la abolición de la esclavitud se debió a una combinación de factores exógenos y endógenos y no precisamente al desarrollo extremadamente lento del capitalismo. Entre los exógenos cabe resaltar el papel que jugó Inglaterra al prohibir la trata negrera en 1812, que pretendía el agotamiento de la población esclavizada por sus ciclos biológicos; entre los endógenos destacaría el equilibrio de poderes que se dio entre los sectores dominantes que participaron en la independencia. En efecto, con el proyecto independentista liderado por los criollos la esclavitud apareció como un problema social que requería solución; esto parece contradictorio ya que, para la élite criolla, era obvio que la independencia no significaba más que la toma del poder político, sin que se modificaran las bases de dominación sobre las cuales dicho poder se había levantado.
El problema era primordialmente de orden político, pues las regiones esclavistas tenían una representación política menos importante que las del centro y oriente de Nueva Granada, donde la esclavitud no era fundamental para el desarrollo económico, ni para mantener el status social, lo que explica en parte el enfrentamiento de dos ideologías: la ilustrada que se oponía fuertemente a la esclavitud y que tenía una marcada influencia en sectores del gobierno, y la esclavista que si bien no tenía la fuerza suficiente para oponerse a las medidas antiesclavistas sí la tenía para torpedear y, al menos, retardar su aplicación como en el caso de la "libertad de vientres", promulgada en 1821, con la que se buscaba que no nacieran más hombres y mujeres esclavos.
En la Nueva Granada, la zona esclavista más importante fue la Gobernación de Popayán cuya élite controlaba los distritos mineros del Pacífico y las grandes haciendas ganaderas del Valle del Cauca y del Patía, sitio éste donde se conformó un territorio habitado por una población de origen negro que incluía algunos esclavos huidos del Valle del Cauca y donde, liderada por el mulato Juan José Caicedo, se generó una importante oposición al proyecto independentista que sólo finalizó mediante acuerdos realizados después de 1821.
Triana, J. (Director). (1986). Colección Revivamos Nuestra Historia: La libertad de los esclavos. Colombia: Producciones Eduardo Lemaitre. Archivo Señal Memoria. UMT 216547
La actitud negativa de los negros frente a la independencia llevó a que los criollos enfrentaran la esclavitud como un problema de los Estados republicanos. Las primeras discusiones en este sentido se dieron en Antioquia donde José Félix de Restrepo logró que se aprobara un decreto de Manumisión de esclavos en 1814.
Triana, J. (Director). (1986). Colección Revivamos Nuestra Historia: La libertad de los esclavos. Colombia: Producciones Eduardo Lemaitre. Archivo Señal Memoria. UMT 216547
Luego, cuando Simón Bolívar reclamó de Alejandro Petión la ayuda para la liberación de su patria, lo hizo bajo la promesa de dar libertad a los esclavos, la que proclamó el 2 de junio de 1816 cuando ordenó reclutar a quienes estuvieran en edad de empuñar las armas. Aparte de este "pragmatismo" frente a la liberación de los esclavos, Bolívar hizo defensa de ella en 1819 durante el Congreso de Angostura, lo que no impidió que para la liberación de los territorios de Popayán y Quito exigiera la conformación de un ejército con tres mil esclavos, quienes obtendrían su libertad después de servir durante dos años.
Esta medida afectó de una manera brutal la economía minera, que atravesaba por un período crítico desde mediados del Siglo XVIII y que se había visto afectada por los diez años de guerra de independencia, cuando los esclavizados eran reclutados tanto por los ejércitos patriotas como por los realistas. No fue sino hasta el Congreso de Cúcuta en 1821, que se dictó la ley que inició un lento y tortuoso proceso que llevaría hasta la liberación de los esclavos de Colombia. Se trata de un proyecto presentado por el Dr. José Félix de Restrepo, que buscaba dar libertad a todos los nacidos de madre esclava desde su aprobación en adelante, lo que ya se había ensayado en Antioquia. También propuso que con un impuesto sobre las mortuorias se comprara la libertad a los esclavos que ya lo eran antes de la promulgación de dicha ley. La ley fue aprobada en medio de un debate en el cual el Secretario de Gobierno, José Manuel Restrepo, argumentaba la necesidad de salvaguardar el derecho de propiedad de los amos por encima del derecho de libertad de los esclavos.
[...] las juntas se caracterizaron por ser bastante ineficientes pues los impuestos establecidos para comprar la libertad de los esclavos fueron muy mal administrados..
La ley no fue de ninguna manera revolucionaria pues no significó la liberación inmediata de ningún esclavo; por otra parte, restringía las posibilidades de gozar de una libertad plena, pues el manumiso debía pagar por su mantenimiento sirviendo al dueño de su madre durante 18 años al cabo de los cuales una Junta de Manumisión reconocería su libertad. Aunque con esto se buscaba una manumisión gradual, lo cierto es que las juntas se caracterizaron por ser bastante ineficientes pues los impuestos establecidos para comprar la libertad de los esclavos fueron muy mal administrados y, en muchos casos, dilapidados, lo que hizo fracasar la medida si se tiene en cuenta que hasta 1827 en toda la República sólo se habían registrado 471 manumisiones, aunque se presentaron algunos casos de manumisiones voluntarias.
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A pesar de su ineficacia la manumisión fue atacada fuertemente por los esclavistas quienes se quejaron acerca de que la alimentación de los hijos nacidos de esclavas no compensaba con los dieciocho años que servían al amo, por lo que un grupo de esclavistas de Cartagena propuso que sirvieran cuarenta o cincuenta años, pues consideraban que "la libertad de unos pocos no debía colocarse por encima de los intereses del bienestar general", esto los llevó a realizaran un activo e ilegal comercio de esclavos y manumisos entre Colombia, Ecuador y Perú. También lograron que se dictara la Ley del 29 de mayo de 1842, que obligaba a que quienes alcanzaran la libertad se vincularan mediante “concertaje” con una persona que los prepararía para gozar de la libertad, lo que no fue más que una forma de evadir a la libertad de vientres y las leyes de manumisión.
La pregunta que esto sugiere es ¿si se admite que la manumisión había sido un fracaso, qué se habían sucedido de los esclavos?
La respuesta involucra varios factores tales como defunciones, reclutamientos en los ejércitos y huidas, lo que se reflejó en la demografía puesto que la población esclava de la Nueva Granada disminuyó un 31% entre 1835 y 1843 al pasar de 38.845 esclavos a 26.778.
La mayoría de las mujeres [...] excluidas no encontraron medios muy claros de conseguir su libertad; excepcionalmente alguna logró que los tribunales reconocieran que el hecho de ser concubina y madre de los hijos del amo eran méritos suficientes para ser libres...
Todo esto, desde luego, ocurrió en medio de procesos de resistencia por parte de los esclavos, muchos de los cuales prefirieron huir de sus amos y refugiarse en las ciudades, o en zonas rurales de difícil acceso. Otros enfrentaron el problema de su libertad por los medios legales, al comprar su libertad consignando semanalmente su propio valor en los bancos de manumisión o al recurrir a los tribunales donde lograban que su derecho a la libertad fuera reconocido; desde luego, estos recursos legales beneficiaron primordialmente a los hombres. La mayoría de las mujeres quedaron excluidas y no encontraron medios muy claros de conseguir su libertad; excepcionalmente alguna logró que los tribunales reconocieran que el hecho de ser concubina y madre de los hijos del amo eran méritos suficientes para ser libres; pero la mayoría se vio obligada a acordar con su amo, mediante un papel de venta, el precio a pagar por su libertad, lo que a menudo terminó en los tribunales donde la esclava lograba su libertad.
Apoyo y oposición a la abolición
Extraído de: Triana, J. (Director). (1986). Colección Revivamos Nuestra Historia: La libertad de los esclavos. Colombia: Producciones Eduardo Lemaitre. Archivo Señal Memoria. UMT 216547
Como es obvio, estos procesos eran sumamente lentos a pesar de las buenas intenciones de algunos funcionarios modernizantes y la esclavitud se mantuvo como un lastre colonial, que sólo fue roto coyunturalmente. Por ejemplo durante la guerra de “Los Supremos”, José María Obando decretó la libertad de los esclavos que se vincularan a su ejército, lo que produjo una gran movilización desde las poblaciones de Timbío, Quilichao y Caloto; lo interesante es que cuando el caudillo fue derrotado muchos de estos siguieron gozando de su libertad al asumir la vida de “bandidos” refugiados en los montes cercanos al río Cauca. Desde estas zonas, muchos de ellos participaron en los “retozos democráticos” en 1848 mediante los cuales los sectores populares, guiados por el naciente partido liberal, lucharon por reformas democráticas y por espacios de libertad.
[...] los esclavos interpretaban las leyes en el sentido de que la esclavitud sería abolida, lo que facilitó la huida de muchos de ellos en los distritos mineros del Cauca...
Todo esto generó un ambiente antiesclavista que produjo una transformación en la mentalidad de los esclavos que hizo que el trabajo esclavo fuera más improductivo que nunca, pues los esclavos interpretaban las leyes en el sentido de que la esclavitud sería abolida, lo que facilitó la huida de muchos de ellos en los distritos mineros del Cauca, otros se volvieron levantiscos y aumentaron las denuncias sobre los abusos de sus amos; además, en el Congreso, las demandas individuales de los esclavos tuvieron permanente acogida, lo que relajó aún más los lazos de sujeción. Todo esto, unido al activismo político de los esclavos del Cauca al lado del liberalismo, llevó al ascenso de José Hilario López al poder presidencial el 7 de marzo de 1849 y a la expedición de la ley de abolición de la esclavitud el 21 de marzo de 1851.
Muchos políticos liberales pensaron que la liberación debía servir para que los negros avanzaran social y económicamente, de tal manera que los esclavos no vieran en la liberación una nueva frustración. Por ejemplo, se llegó a proponer la completa igualdad racial que se expresó en la prohibición de mencionar la raza en documentos públicos y en permitir que los negros pudieran acceder a la educación superior, pero este ascenso social vino acompañado de una restricción política, pues requisitos de alfabetización y de fortuna fueron expuestos para mantener el poder en manos de los políticos tradicionales.
La consecuencia social más importante de la abolición de la esclavitud tiene que ver con la forma en que los libertos se asimilaron a la sociedad republicana. De hecho, con la crisis de esta institución muchos esclavos habían pasado a ser sirvientes domésticos y lentamente se fueron asimilando a la población de libres que existía en las ciudades, incrementando el proceso de mixtura racial. Ocupados las más de las veces como artesanos, mandaderos, aguateros los hombres y las mujeres como nanas de cría, pulperas; otros como “vagos sin oficio”, van a ser señalados por los sectores más conservadores de la sociedad como delincuentes culpables del caos republicano.
Extraído de: Triana, J. (Director). (1986). Colección Revivamos Nuestra Historia: La libertad de los esclavos. Colombia: Producciones Eduardo Lemaitre. Archivo Señal Memoria. UMT 216547
En este sector, y bajo la promesa de construir una sociedad más igualitaria, los partidos políticos encontraron los hombres necesarios para librar sus contiendas civiles. También muchos libertos permanecieron en las haciendas en una muy mal disimulada condición de esclavos, al ser vinculados a la tierra mediante el peonaje por deudas, el arrendamiento o, simplemente, por coacciones extraeconómicas que no permitieron que gozaran de su libertad. Pero no deja de ser cierto que grupos mayoritarios de negros y mulatos van a construir sociedades campesinas libres en zonas como la Costa del Pacífico o los valles del Magdalena, del Cauca y del Patía o Cartagena, que les permitieron recuperar sus tradiciones y aportar a la construcción de esa variedad de culturas que se desarrollaron en lo que hoy es Colombia.
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Autor: Alonso Valencia