Tras la desmovilización del grupo alzado en armas M-19 se conformó el partido Alianza Democrática M-19 cuyo candidato presidencial, Carlos Pizarro Leongómez, fue asesinado en 1990. Sin embargo, la Alianza Democrática M-19 continuó su participación en política, destacándose en las elecciones presidenciales de 1990 con el apoyo a la puesta en marcha de una Asamblea Nacional Constituyente y la concepción y proclamación de la Constitución de 1991.
Las negociaciones que condujeron al proceso de paz con el grupo guerrillero M-19 -considerado el primer proceso exitoso de este tipo en la historia de Colombia-, produjeron cambios profundos en la sociedad y el Estado, entre ellos la Constitución de 1991.
A pesar de los asesinatos sistemáticos de líderes políticos, entre ellos el candidato presidencial Carlos Pizarro Leongómez, el M-19 no abandonó el proceso de reincorporación a la sociedad civil. Liderada por Antonio Navarro Wolf, que asumió como el candidato presidencial en reemplazo de Pizarro, la Alianza Democrática M-19 (AD-M-19) mantuvo su férreo compromiso con la paz, aún cuando en las elecciones presidenciales salió triunfante César Gaviria Trujillo para el periodo 1990-1994, el cual recogió las banderas del Nuevo Liberalismo que habían sido enarboladas por Galán.
Este compromiso con la paz se hizo evidente cuando Navarro encabezó las listas por su partido en los comicios que escogieron a quienes integrarían la Asamblea Nacional Constituyente, convocada en 1991. Su participación como uno de los presidentes de la Constituyente fue registrada por los medios públicos en la proclamación de la Constitución de 1991:
Proclamación de la Asamblea Nacional Constituyente. (1991). Fragmento [Proclamación Constitución de 1991]. [Pregrabado]. Colombia: Inravisión. Archivo Señal Memoria. BTCX30 003350
Aunque la convocatoria a una Asamblea Nacional Constituyente estuvo en la mira del M-19 cuando inició conversaciones con los presidentes Belisario Betancur (1982-1986) y Virgilio Barco (1986-1990), no se puede desconocer que la misma estaba en la agenda del presidente Barco, quien intentó una reforma de la Constitución de 1886 vía legislativa, a la que se opusieron los políticos más tradicionales del país, a pesar del acuerdo logrado con el expresidente Misael Pastrana (1970-1974) en el llamado “Pacto de San Carlos”.
A la luz de lo anterior, así como de los magnicidios cometidos contra los candidatos presidenciales, en especial el de Luis Carlos Galán en 1989, se realizaron grandes movilizaciones que rechazaban la violencia y reclamaban cambios políticos. Sus principales protagonistas fueron los estudiantes, algunos de los cuales enarbolaron la consigna “Todavía podemos salvar a Colombia”, con la que lograron que los colombianos pudieran expresar en las urnas, mediante la llamada séptima papeleta, su voluntad por el cambio constitucional mediante la convocatoria a una Asamblea Nacional Constituyente:
Manifestaciones estudiantiles en apoyo a una nueva Asamblea Nacional Constituyente. (ca.1990). [Pregrabado]. Colombia. Archivo Señal Memoria.
La respuesta ciudadana se expresó en más de un millón de votos que no tenían carácter vinculante para el gobierno. Sin embargo y gracias al resultado, el presidente Gaviria pudo expedir el 3 de marzo de 1990 el Decreto 947 que estableció el 9 de diciembre de ese año como la fecha de realización de las elecciones para la Asamblea Nacional Constituyente, la cual sesionó entre el 5 de febrero y el 4 de julio de 1991, fecha esta última en la cual los tres presidentes de la misma, Horacio Serpa Uribe, Álvaro Gómez Hurtado y Antonio Navarro Wolf, proclamaron la nueva Carta Magna de los colombianos:
Proclamación de la Asamblea Nacional Constituyente. (1991). Fragmento [Proclamación Constitución de 1991]. [Pregrabado]. Colombia: Inravisión. Archivo Señal Memoria. BTCX30 003350
La presencia del M-19 fue significativa al obtener 19 delegatarios entre los 70 integrantes de la Asamblea, erigiéndose como la segunda fuerza después del liberalismo, que logró 24 escaños. Le siguió el Movimiento de Salvación Nacional (11), el Partido Social Conservador (5), y otras fuerzas minoritarias que incluyeron movimientos guerrilleros recientemente desmovilizados con voz pero sin voto. Esta participación es considerada el mayor éxito electoral de la Alianza Democrática M-19. Luego participó en listas para el Congreso obteniendo 5 curules en las elecciones del mismo año.
La AD M-19 recogió todas las fuerzas cansadas del bipartidismo que habían llevado al país a su peor crisis institucional, crisis evidente dada la ola de violencia que caracterizó el año de 1989. La organización fue, para muchos colombianos, una alternativa frente a los partidos que hasta el momento habían controlado la política nacional. La respuesta de estos últimos fue presentar al M-19 ante la opinión pública como el partido que representaba a las fuerzas guerrilleras que luchaban contra el establecimiento, lo que no impidió que obtuviera un gran apoyo y que Antonio Navarro se proyectara como un nuevo líder político que lucharía por los cambios que reclamaba el país, orientados a lograr una democracia participativa y representativa, la autonomía territorial, la equidad social, la moralización de la gestión pública, la lucha contra la corrupción y la modernización de las instituciones. Algunos de los temas propuestos por al AD M-19, conjuntamente con la Unión Patriótica, las organizaciones indígenas y las fuerzas guerrilleras desmovilizadas, fueron la reforma al Congreso y su revocatoria, la creación de la Vicepresidencia de la República y la definición de las elecciones presidenciales en segunda vuelta (cuando un candidato no obtuviera la mayoría absoluta), así como ratificar constitucionalmente la elección de gobernadores y un nuevo régimen de partidos políticos. Varias de estas propuestas quedaron plasmadas en la Carta.
La AD M-19 fue una organización plural que en las reuniones de la Asamblea Nacional Constituyente mostró apertura frente a las propuestas presentadas por fuerzas tradicionales, lo cual contribuyó a evitar la polarización política y a acordar un sistema de participación con mayor apertura a la participación de nuevas fuerzas. Esta posición era absolutamente necesaria, dado el cambio que hubo entre la convocatoria y las reuniones, pues lo que se inició como una Asamblea Nacional Constitucional con temario específico, terminó convertido en una Asamblea Nacional Constituyente según un fallo de la Corte Suprema del 9 de octubre. De allí que la conciliación con las fuerzas políticas tradicionales del país se impuso como medio para expedir una nueva carta política.
Este proceso de amplia participación democrática produjo la expedición de la Constitución de 1991, que hoy nos rige. A pesar de las modificaciones que se le han hecho, ha permitido que organizaciones revolucionarias dejen las armas y se reincorporen a la vida civil y política por la vía electoral, entre otros cambios que han permitido una participación de amplio espectro.
Desde la perspectiva de los antiguos dirigentes del M-19, la actual Constitución es el mayor logro en la lucha de la organización revolucionaria, al punto que Vera Grave, Gustavo Petro, Antonio Navarro Wolf y Otty Patiño, la consideran el más importante legado que el antiguo grupo subversivo dejó a la Nación. Para los dos dirigentes más importantes de la desaparecida Alianza Democrática M-19, la Constitución de 1991 demostró que la reconciliación entre los colombianos es posible, pues estableció las bases para buscar, mediante una participación democrática amplia e incluyente, la paz entre los colombianos.
Autor: Alonso Valencia Llano