Los años cuarenta fueron la década en la que la radio colombiana alcanzaba su mayoría de edad. Al terminar ese decenio y en medio de otros hitos, la empresa privada se tomaba en serio la radiodifusión incorporando notables avances tecnológicos y adquiriendo emisoras a lo largo del país. Así nacieron, con pocos meses de diferencia, las grandes cadenas radiales Caracol y RCN. Esta es la historia común de dos marcas que setenta y cinco años después tienen aún más vigencia en la vida cultural del país.
[Primer aniversario de la Radio Cadena Nacional]. (1950). Colombia: Radio Nacional. Archivo Señal Memoria, CD10429
Entre cadenas gime
La complejidad de la Colombia de los años cuarenta va mucho más allá de la Violencia bipartidista. La sustitución de importaciones como consecuencia de la guerra mundial había generado una segunda ola de industrialización, un aumento acelerado de la población urbana y un empresariado donde industriales y comerciantes se erigían como su sector más poderoso. En ese país cambiante se consolidaba una cultura de masas, no solo en el espectáculo de la política sino también en la masificación de nuevos hábitos culturales que llegaban a los colombianos a través de la radio. No fue gratuito que al mismo tiempo el Estado promoviera su obra cultural creando la Radio Nacional en 1940, tampoco que la Iglesia revelara el potencial educativo de ese mismo medio con la aparición de Radio Sutatenza en 1947. Tampoco lo era que, desde sus pares comerciales, la radio hubiera impuesto el gusto por las músicas de Argentina, México o el Caribe colombiano.
La radio comercial venía de pasar dos etapas. Primero fueron un puñado de aventureros esparcidos por las principales ciudades, quienes a finales de los años veinte se conectaron a la pequeña red radiotelegráfica, forzando al Estado a autorizar el establecimiento de las primeras emisoras. Para los años treinta, la radiodifusión creció de la mano de ellos y de otros pequeños empresarios, ensayando hitos informativos y tecnológicos que hacían al medio cada vez más popular e imprescindible para artistas, políticos o prensa. Y aparte del Estado y la Iglesia, aquel poderoso empresariado empezaría a hacerse al control del medio adquiriendo emisoras a lo largo del país.
En 1937, cuando el periodismo y el entretenimiento radiales crecían a pasos agigantados, surgió la posibilidad de transmitir programas en cadena por las emisoras esparcidas por las grandes ciudades. Ese fue el origen de La carpeta mágica, un programa ideado por Enrique Ramírez Gaviria desde la emisora Nueva Granada, el cual sería imitado desde 1941 por dos memorables emisiones permanentes: Cadena Cresto, desde Bogotá, y Cadena Bolívar, desde Medellín.
Emisora Nueva Granada. (1955). [Homenaje al quinto aniversario de la emisora HJCK]. Colombia: HJCK. Archivo Señal Memoria, HJCK-DGW-073743-01.
El nacimiento de RCN
Al mismo tiempo, las necesidades de la empresa privada de disponer de publicidad radial en todo el país, los motivó a adquirir algunas de esas emisoras pioneras en aquello de encadenar emisoras. Lo hizo Fabricato, al comprar La Voz de Medellín y compartir con los hermanos Ramírez Gaviria la propiedad de la Nueva Granada en Bogotá, quienes venían de asociarse con Radio Pacífico de Cali en la transmisión para todo el país del Congreso Eucarístico de 1948, hazaña que recibió el nombre de Radio Cadena Nacional (RCN). A esa iniciativa también se unieron otras empresas como Cervunión, Nacional de Chocolates y Coltabaco para formalizar la nueva cadena radial el 11 de febrero de 1949. Dos meses después, desde Medellín, se realizó el programa inaugural de La Voz de Medellín con actuaciones en vivo de Alfonso Ortiz Tirado, Lucho Bermúdez y Berenice Chávez, entre otros grandes artistas del momento.
Para 1950, RCN innovó con la adquisición de su primer transmisor en onda corta y la primera emisión en FM, en enlace con la Radiodifusora Nacional, con equipos instalados en Monserrate. Para entonces su expansión llegaba a Radio Pacífico, La Voz de Pereira y Emisora Santander.
Sánchez V., Julio (locutor). (1955). [Emisora Nuevo Mundo en la división de radio de la ONU]. Colombia: HJCK. Archivo Señal Memoria, HJCK-DGW-073798-01-SER001CPTDGW.
El nacimiento de Caracol
Mientras tanto, otra empresa textil antioqueña también hacía historia. Para 1948, Coltejer compraba La Voz de Antioquia y buscaba su expansión a Bogotá con la adquisición de las Emisoras Nuevo Mundo, un nuevo proyecto con el cual el diario El Liberal planeaba incursionar en la radio, pero que naufragaba en medio de las tensiones de la Violencia y el Bogotazo. Nuevo Mundo con sus nuevos dueños emitió sus primeros programas el 2 de septiembre de 1948; nueve meses después llegaba como gerente Fernando Londoño Henao, un joven empleado del Banco de la República, quien lideró la expansión del modelo en la década siguiente. Primero se formó un “triángulo de oro” entre Bogotá, Medellín y Cali con la fundación de La Voz del Río Cauca, luego comprarían La Voz de Cúcuta y Radio Cacique de Ibagué, mientras se asociaron con las estaciones pioneras de la radio costeña La Voz de Barranquilla y Emisora Fuentes de Cartagena. Ya para 1953 estaba consolidada la marca Cadena Radial Colombiana (Caracol).
Amat, Yamid (locutor). (1980). [Recorrido de La Caracola por el río Magdalena]. En: Villa Esguerra, Jaime. (1981). 50 años de radio en Colombia: programa 55. Colombia: Radio Nacional. Archivo Señal Memoria, CD018694
Autor: Felipe Arias Escobar