El Caribe que no quería la Independencia de Cartagena | Señal Memoria

El Caribe que no quería la Independencia de Cartagena
Publicado el Vie, 12/11/2021 - 09:00
El Caribe que no quería la Independencia de Cartagena

Los actuales departamentos de Bolívar, Sucre y Córdoba hicieron parte del Estado de Cartagena, creado tras la histórica Declaración de Independencia de 1811. Pero no todos los habitantes de la provincia querían separarse de la Corona Española, diferencia que provocó una guerra olvidada por el tiempo y por la propaganda independentista.

La Independencia de Cartagena ¿un movimiento impopular?

Mucho se ha hablado del hecho notable de que el 11 de noviembre de 1811 por primera vez una provincia de la Nueva Granada declaraba su independencia absoluta. Aquel ejemplo lo dio Cartagena, a través de un movimiento popular y culturalmente diverso, el cual presionó a las autoridades de la ciudad para que declararan a su territorio libre de cualquier vínculo con una Corona Española en crisis.

Sin embargo, no se habla con el mismo entusiasmo de otro rasgo distintivo de aquella complejidad social: el rechazo a la Independencia en algunas de las poblaciones sufragáneas de la Provincia, en permanente contradicción y rivalidad con la señorial Cartagena. La Independencia declarada en el puerto fue respondida meses después por un alzamiento armado que tenía como fin restablecer la autoridad del rey español sobre todo el territorio provincial, incluyendo a su capital. La situación estalló el 15 de septiembre de 1812, mediante un pronunciamiento de fidelidad al rey efectuado en Sincelejo…

Historia de Sincelejo. En: Zapata Olivella, Manuel (director). Melo, Carlos (locución) (1988). Identidad Colombiana. Colombia: Radio Nacional. Archivo Señal Memoria, CD019079

Indios, negros y mulatos contra la Independencia de Cartagena

La contrarrevolución que estalló al occidente de la provincia fue en parte alentada por sectores privilegiados de la sociedad local: simpatizantes del partido realista que fueron desplazados de Cartagena (de la misma forma como migraron a la vecina Santa Marta), comerciantes descontentos con la hegemonía económica del puerto y sacerdotes que veían amenazados sus antiguos privilegios. Pero este mismo movimiento no habría sido viable sin el apoyo popular: mestizos, mulatos, indígenas y negros libres movilizados por los conflictos regionales y raciales, la incertidumbre que generaba la extinción de las instituciones coloniales o la influencia ideológica del clero realista… los mismos sentimientos que se han estudiado en Pasto, el más famoso bastión de los monárquicos neogranadinos.

El ambiente era favorable para el alzamiento realista, pues los independentistas de la Nueva Granada se mostraban cada vez más débiles por sus diferencias internas (no solo entre Cundinamarca y las Provincias Unidas, también entre Cartagena y Mompox). Además, en la vecina Venezuela los autonomistas fueron derrotados muy pronto por un movimiento popular que desconfiaba de una Independencia impulsada por la élite criolla de Caracas, algunos de cuyos líderes debieron exiliarse en este lado de la frontera

El Manifiesto de Cartagena. En: Díaz Díaz, Oswaldo (director) (1947). Por aquí pasó Bolívar. Colombia: Radio Nacional, Archivo Señal Memoria, CD10513

Españoles a favor de la Independencia

Los realistas de Corozal y El Carmen, inspirados en el alzamiento de Sincelejo, removieron a los gobiernos leales a Cartagena y movilizaron a sus habitantes. Los indios de Sampués y San Andrés proclamaron como general a su sacerdote, el español Pedro Mártir Vásquez, mientras los negros y mulatos de Chinú y Tolú se armaron comandados por el artesano Manuel de Jesús Betín. Sus copartidarios de la Provincia de Santa Marta, al otro lado del Magdalena, enviaron refuerzos desde Tenerife con el oficial español Antonio Fernández Rebustillo, quien reorganizó el gobierno y lideró nuevos alzamientos en el resto de la Provincia: Colosó, Sahagún, Ciénaga de Oro, Lorica, San Antero…

Cartagena estaba asediada por el occidente, pero también por el oriente, pues debía defenderse de los ataques que desde Santa Marta se hacían sobre Barranquilla y Soledad. Vencida esta última amenaza, su gobierno pudo al fin prepararse para una expedición armada contra los realistas de las Sabanas. En octubre de 1812 recuperaron El Carmen y organizaron un ejército comandado por el español Manuel Cortés y Campomanes (no era rara la presencia de oficiales peninsulares a favor de la Independencia, pues como Cortés se recuerdan a Juan Nepomuceno Eslava, defensor naval de Cartagena, José Ramón de Leyva, número dos de Nariño en la Campaña contra Pasto, o Miguel Buch, gobernador del Chocó). Los combates movilizaron en ambos bandos a más de 2.000 efectivos en un territorio de 30.000 habitantes…

La Campaña del Magdalena. En: Díaz Díaz, Oswaldo (director) (1947). Por aquí pasó Bolívar. Colombia: Radio Nacional, Archivo Señal Memoria, CD10513 

La derrota y el olvido de los realistas sabaneros

Rápidamente las tropas de Cortés y Campomanes fueron recuperando el control de las Sabanas al obligar a Fernández Rebustillo a abandonar sus posiciones y regresar al río Magdalena. Los alzados fueron rápidamente vencidos el 12 de noviembre de 1812 en la batalla de Mancomoján, cerca de El Carmen. El 14, los independentistas avanzaron sobre Ovejas y a la semana siguiente llegaron al valle del Sinú. En esta acción fueron apoyados por dos exiliados venezolanos: Miguel y Fernando Carabaño, quienes ordenaron en Cispatá el asesinato de los realistas prisioneros, como prólogo de otras retaliaciones violentas que vendrían años después.

La fácil derrota de los rebeldes sabaneros y la propaganda independentista ayudaron al olvido de esta historia. A lo anterior también ayudó que, semanas después, el desconocido coronel Simón Bolívar liderara el desalojo de los ejércitos realistas asentados entre Mompox y Cúcuta, eclipsando la gesta de Mancomoján. Sin embargo, esta guerra olvidada señala un rasgo característico del proceso de Independencia en más de una región del país: un movimiento impopular que solo pudo imponerse por la fuerza. No en vano, mientras Pablo Morillo mataba de hambre a Cartagena en 1815, los pueblos vecinos “cansados de las discordias civiles, recibían a los españoles con regocijo y repiques de campanas”, como lo recordaría diez años después el historiador José Manuel Restrepo.

La Campaña del Magdalena. En: Díaz Díaz, Oswaldo (director) (1947). Por aquí pasó Bolívar. Colombia: Radio Nacional, Archivo Señal Memoria, CD10516


Autor: Felipe Arias Escobar

 

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Fecha de publicación original Vie, 12/11/2021 - 09:00