Cartas a Harrison dramatizó las historias de un grupo de jóvenes de clase media, quienes tienen en el barrio su escenario cotidiano. La serie con el tiempo se convirtió en un programa de culto para parte de su audiencia.
Cartas a Harrison fue un programa de televisión emitido semanalmente en 1996, los sábados a las 7: 30 p. m. por el Canal A, compuesto por 33 capítulos. Fue producido por la programadora Punch, con idea original de Juan Guillermo Isaza y bajo la dirección de Harold Trompetero (Bogotá - 1971).
El elenco de actores principales estuvo compuesto por Juan Sebastián Aragón (Harrison), Cristina Umaña (Maricela), Alejandro Campos (Albeiro), Susana Torres (Nancy), Ramiro Meneses (Erick), Tania de la Cruz (Mireya), Jhon Alex Toro (Lalo), Carlos Hurtado (Randy), Catalina Rocha (Graciela), Julio César López (Nacho) y Luis Fernando Munera (Afranio Mendoza).
La serie fue grabada en Bogotá en locaciones y exteriores de Teusaquillo y en las inmediaciones del parque del barrio Armenia. De acuerdo con el actor y dramaturgo antioqueño Alejandro Campos, el rodaje del primer capítulo se comenzó en diciembre de 1995 y se llevó a cabo continuamente una semana de por medio.
La trama de Cartas a Harrison, como lo registró la revista Elenco (1996), recreó historias urbanas y conflictos juveniles a partir del amor, la amistad y el liderazgo de un grupo. La vida barrial, la migración, las relaciones familiares, la rebeldía adolescente, las expectativas frente a la vida, la música y los problemas sociales y cotidianos fueron, igualmente, dramatizados, como podemos apreciarlo en las revelaciones de los protagonistas en la siguiente escena:
Trompetero Harold (director). (1996). Cartas a Harrison. Bogotá: Producciones Punch. Archivo Señal Memoria, MII 297631.
Los jóvenes de Cartas a Harrison relataron sus historias a partir de la correspondencia que sostienen con su amigo Harrison, quien al marcharse a Nueva York termina preso por narcotráfico; situación que él comunica a Albeiro para que se le oculte al grupo de amigos del barrio, que al ignorar la verdad sobre su trágico destino, le continuaron escribiendo, contándole sus asuntos personales.
La variedad de personalidades de los protagonistas es otra característica de la serie, como lo recordaron Alejandro Campos y Susana Torres en 2023, al definir a Albeiro como un buen hijo y amigo, honesto y trabajador, antagonista de su hermano Erick, de temperamento egoísta y malicioso. Ambos rivalizan por el amor de Maricela, novia de Harrison y por el liderato del grupo.
Nancy, uno de los personajes femeninos centrales, caracteriza a una joven rockera, que se blinda emocionalmente frente a su entorno con ademanes toscos y masculinos. Ella aspira a ser una cantante, enfrentándose a la oposición de su madre, que la ha criado sola, al haber sido abandonadas por el padre de Nancy, tal como lo muestra la siguiente escena, donde intervienen las actrices Marcela Valencia (doña Nelly) y Susana Torres (Nancy).
Trompetero Harold (director). (1996). Cartas a Harrison. Bogotá: Producciones Punch. Archivo Señal Memoria, MII 297636.
Los padres y madres de familia son antagonistas de los jóvenes, puesto que los ven con desconfianza, estigmatizando sus comportamientos como ocurre con don Afranio, el padre de Maricela; un hombre autoritario, rentista del barrio, abandonado por su esposa que decidió irse a buscar una mejor calidad de vida a Venezuela.
Los padres también desarrollan el rol de confidentes, como lo es la madre de Albeiro y Erick, representadas en diferentes momentos de la serie por las actrices Ana María Kamper y Ana María Arango, quienes guardan el secreto sobre el desafortunado destino de Harrison en Estados Unidos.
Las aspiraciones personales del grupo de jóvenes son un tema relevante en la serie, como queda de manifiesto en el momento que Nancy se marcha a estudiar música en México, abandonando el barrio y a sus amigos, iniciado su propio camino lejos del grupo y de su propia madre, como lo vemos en la siguiente escena:
Trompetero Harold (director). (1996). Cartas a Harrison. Bogotá: Producciones Punch. Archivo Señal Memoria, MII 297636.
Otro elemento central de esta serie juvenil fue la música, como lo recuerdan Alejandro Campos y Susana Torre, puesto que el rock en español colombiano y latinoamericano fue un referente frecuente en el desarrollo de las historias, con canciones de bandas como las 1280 Almas, Los Aterciopelados, La Lupita, Café Tacuba y La Derecha.
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A nivel de producción y dirección, la serie recurrió a cámaras subjetivas, diálogos creativos y construcción de personajes a partir de prendas de vestir, como fue el caso de las botas militares usadas por personajes como Nancy, que determinaron la kinesis de la joven rockera y rebelde requerido en el dramatizado.
Con el paso de los años Cartas a Harrison se convirtió en un programa de culto para varios de sus seguidores, reunidos en torno a grupos en redes sociales o al recuerdo de la música de los años noventa que acompañó el seriado. Para algunos de sus actores fue una historia construida desde la música que contó a los jóvenes de su época desde la vida del barrio, la tienda, el bar y la calle, en tiempos donde ellos no usaban los teléfonos móviles, siendo una de las últimas producciones de finales del siglo XX, que contó a la juventud desde estos espacios urbanos.
Autor: Antonio Ochoa