“E” por energía, “m” por masa y “c” por la velocidad de la luz (300.000 km/s) al cuadrado. Tal es la fórmula que Albert Einstein usó para definir la energía que nos rodea y de la cual todo está hecho. Entonces, ¿por qué siempre hablamos de crisis energética? Además del viento, ¿qué otras alternativas tiene Colombia frente a un desabastecimiento? ¿La energía nuclear es una opción viable? Estos son algunos de los interrogantes que siempre surgen a propósito de la energía, presente en todo momento en la vida cotidiana de todos.
Hay muchas maneras de aprender sobre la energía, su aprovechamiento, sus peligros, cómo se produce, entre otros aspectos. Señal Memoria trae a colación un capítulo del Profesor Súper O Recargado, el cual expone de una forma divertida el complejo tema de los distintos tipos de energía. Igualmente, nos habla de las decisiones que un gobernante toma a favor o en contra de alguna de estas maneras de generar energía y así superar una crisis energética y por ende económica.
Zajec, Hernán (2012). El Profesor Súper O Recargado [Capítulo 52 - Crisis energética]. Bogotá: Conexión Creativa. Archivo Señal Memoria, DV-262536 CLIP 5.
Este fragmento deja en evidencia que cada vez es más complejo depender de la energía de los combustibles fósiles y sus derivados, pues a corto plazo sus implicaciones ambientales, económicas, sociales, culturales y políticas, son insostenibles.
Un claro ejemplo de ello son las guerras a propósito del petróleo, las cuales han estallado en diferentes regiones del mundo, así como las claras consecuencias que las mismas han tenido. Recientemente el presidente de Francia, Emmanuel Macron, sostuvo que su país “está repensando cómo potenciar la energía atómica, en parte debido al alto precio del petróleo, pero también por la manera más segura de hacer energía”. Al fin y al cabo Francia es el segundo país con más plantas de producción de energía nuclear, después de Estados Unidos. Sin dejar de lado el peligro que conlleva tener una planta de este tipo, pues siempre aparece el fantasma de Chernóbil a la vista, o más recientemente el de Fukushima, en Japón.
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Alemania y otros países han planteado la posibilidad de ir reemplazando la energía nuclear por energía solar, eólica e hidráulica. Sin embargo, la reciente crisis entre Ucrania y Rusia ha hecho repensar a largo plazo esta posibilidad. Incluso, plantas de carbón que estaban en desuso tuvieron que ser puestas nuevamente en funcionamiento debido al desabastecimiento de gas. Después de todo, las energías alternativas aún no suplen la demanda de la industria teutona.
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En Colombia el panorama es diferente, pues casi el 70% de la energía que se consume en los hogares e industrias es de origen hidráulico. Un 13% proviene del gas, el 6% de ACPM, el 8% de termoeléctricas alimentadas con carbón. Tan solo un 3% del consumo corresponde a energía eólica o solar.
Sin duda, nuestro país tiene una gran dependencia con relación a la generación hídrica y en menor medida a los combustibles fósiles. Pero esta “dependencia” obedece a una política de Estado, según la cual la riqueza hídrica del territorio permite la puesta en marcha de grandes proyectos de infraestructura hidroeléctrica, así como la inundación de grandes áreas para la construcción de embalses.
Hoy existen cerca de treinta proyectos de esta naturaleza a lo largo y ancho del país. Uno de estos es la represa del Guavio, ubicada en el oriente de Cundinamarca y muy cerca de Bogotá, la cual genera alrededor de un 15% de la energía de Colombia, convirtiéndola en la más importante en materia de generación. Esta represa, fué una de las obras de ingeniería más complejas que se hubiese hecho en América Latina, cuya puesta en marcha permitió superar una de las crisis de energía más agudas que ha atravesado Colombia, a comienzos de los años noventa, pues “durante once meses, el clima y una infraestructura energética deficiente obligaron a los colombianos a acostumbrarse a vivir a oscuras”, tal y como dice un artículo de Señal Memoria titulado 1992: el año del Apagón.
Aún así, persiste la pregunta: ¿por qué siempre hablamos de crisis energética? La respuesta es sencilla. El mundo depende del petróleo, el cual está condicionado por muchos factores que afectan su precio. Las guerras por el mismo elevan su costo, así como el costo de muchos artículos cuya elaboración depende del petróleo.
La tecnología de autos eléctricos o híbridos no se ha acabado de consolidar y acceder a este tipo de bienes resulta costoso, entre otras razones porque no existe aún la suficiente demanda de usuarios.
Señal Memoria conserva un documental realizado por la Universidad Distrital de Bogotá en la década de 1990, en el que un profesor y sus alumnos realizan diferentes experimentos relacionados con energías alternativas y que tienen el propósito de mostrar que las crisis energéticas se pueden superar o mitigar, siempre y cuando se esté dispuesto a innovar en las formas de generar energía.
Universidad Distrital Francisco José de Caldas para Señal Colombia (Productor). Pinzón Castiblanco, Marco (Autor), 2001, Una memoria extensa Capítulo 30 - Energías alternativas [Documental]. Bogotá: Universidad Distrital Francisco José de Caldas . Archivo Señal Memoria, BTCX30 006177.
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Autor: Hugo Fernando Guerra