En 1914, fueron pocos los que pensaron que la guerra que se había desatado en Europa duraría tanto tiempo. Y cuando este conflicto —que hoy conocemos como la Primera Guerra Mundial —empezó, quizás nadie se imaginaba que fuese a transformar al continente europeo y al mundo en la forma en que lo hizo. Con eso en mente, este artículo presenta sus causas, su desarrollo y sus consecuencias, esperando aportar a la discusión de un evento que sigue siendo relevante, pese a haber ocurrido hace más de un siglo.
Los antecedentes y las causas.
Que el asesinato de un archiduque llevara al estallido de un conflicto armado a escala internacional es bastante revelador sobre los antecedentes y las causas de la Primera Guerra Mundial, que se libró entre 1914 y 1918.
Así, habría que pensar que la guerra fue el resultado de una combinación de varios de los fenómenos que vivía la Europa de finales del siglo XIX y comienzos del siglo XX. Estos, más que la muerte del famoso Francisco Fernando en la ciudad de Sarajevo en julio de 1914, fueron los que llevaron a que en unos meses todas las potencias del continente estuviesen enfrentadas en el campo de batalla.
En efecto, serían las tensiones y rivalidades políticas y militares entre las potencias europeas las que terminarían causando la guerra, que fue motivada también por los deseos expansionistas de los imperios del continente y el creciente sentimiento nacionalista que florecía en varios lugares.
Las potencias formaron alianzas de cooperación y defensa como producto de las tensiones y rivalidades que había entre ellas, y la posibilidad de que un conflicto empezara en cualquier momento era latente por sus ambiciones territoriales y militares. Eso fue lo que pasó luego del asesinato del archiduque, cuando varios países, buscando proteger sus intereses y cumpliendo con lo pactado en las alianzas, movilizaron sus tropas y se declararon la guerra: El Imperio austrohúngaro lo hizo ante Serbia y Alemania frente a Francia y Rusia; más adelante, Gran Bretaña —aliado con los franceses y los rusos— haría lo mismo contra los alemanes, luego de que estos invadieran Bélgica en su intento de entrar al territorio francés en agosto de 1914, como bien lo explicó el historiador Alfonso Ricaurte en una emisión del programa Descubriendo de Señal Colombia, que presentamos a continuación.
Carrizosa Posada, Diego. (Director) Descubriendo: Museo Baltazar de Figueroa. Bogotá: Inravisión; Señal Colombia. Archivo Señal Memoria, BTCX30-012316
El desarrollo
Las alianzas que se conformaron entre potencias fueron la base de los dos bloques que se enfrentarían en la guerra, que duró bastante más de lo que los líderes de un lado y otro esperaban. Así, el bando de los Aliados tendría su origen en la Triple Entente formada por Gran Bretaña, Francia y Rusia, mientras que el de la coalición de la Potencias Centrales se formaría a partir de la Triple Alianza constituida por Alemania y Austria-Hungría, de la que se desprendería Italia y a la que se uniría el Imperio otomano.
La Revolución de 1917 haría que Rusia abandonase la confrontación, pero a los Aliados, después, se unirían los Estados Unidos, que aunque se había mantenido al margen del conflicto pronto reconsideró su posición: Que los alemanes atacasen a embarcaciones que navegaban bajo su bandera, y sobre todo, que enviaran un telegrama a México buscando su apoyo, comprometiéndose a cambio a otorgarle armas y recursos que le permitieran recuperar los territorios de Texas y California —que habían perdido a manos de los estadounidenses a mediados del siglo XIX—fueron las razones para que esto sucediera.
Los tanques fueron una importante novedad tecnológica y militar de la Primera Guerra Mundial, donde mostrarían su poder en el frente. Extraído de: Carrizosa Posada, Diego. (Director) Descubriendo: Museo Baltazar de Figueroa. Bogotá: Inravisión; Señal Colombia. Archivo Señal Memoria, BTCX30-012316.
Que la mayoría de los países protagonistas del conflicto fuesen al mismo tiempo imperios con intenciones de expandir su poder e influencia alrededor del planeta, hizo que lo que había empezado como un enfrentamiento a nivel continental pronto terminara convirtiéndose en una conflagración de alcance mundial. Las potencias en contienda buscaron apoyos en los cinco continentes, acordando, eventualmente, la entrada a la guerra de Japón y el Imperio otomano, actores con un importante peso geopolítico; y por si fuera poco, se valieron de los recursos y la gente de sus colonias en África y Oriente Medio para sostener sus actividades en los múltiples frentes de combate que se habían abierto.
En ese sentido, es importante tener en cuenta que el desarrollo de la llamada Gran Guerra estuvo marcado por batallas y operaciones militares que se libraron en lugares muy distintos y apartados entre sí. En ella, además, participaron millones de personas de todo el mundo, algunas con la convicción de luchar y defender a su país, y otras, de forma forzada, en nombre de un poder que gobernaba sus territorios sin la menor intención de desprenderse de ellos y con el cual no se identificaban.
La Primera Guerra Mundial se dio a ritmos y en circunstancias diferentes, algo importante para entender sus cuatro violentos y crueles años de duración. Así, en Europa, el conflicto en el frente occidental —localizado entre Bélgica, Luxemburgo y Francia— se caracterizó por una serie de enfrentamientos iniciales que terminaron en una guerra de trincheras de lento avance, mientras que la confrontación en el frente oriental, entre el Báltico y los Balcanes, implicó un mayor despliegue y movimiento de tropas desde el comienzo. Todo esto ocurría cuando había combates en varios sitios de África, del Mediterráneo y del Medio Oriente, en China y en el Océano Pacífico. De igual manera, mientras que Rusia perdía varios de sus territorios en medio del estallido de la Revolución, los británicos se hacían con el control de Bagdad y, casi al tiempo, los turcos eran desplazados del continente europeo, en lo que significaría el principio del fin para un Imperio otomano que se encontraba en decadencia desde hacía varios siglos.
Terminando 1918, en el día 11 de noviembre, se firmó un armisticio en el que los alemanes reconocían la victoria de los Aliados, quienes habían logrado imponerse sobre las Potencias Centrales en todos los frentes. Lo mismo habían hecho ya los austrohúngaros, los turcos y los búlgaros, en lo que sería el desenlace de un sangriento y atroz conflicto, uno en el que los últimos avances tecnológicos y militares disponibles, sumados a la insensatez y al desenfreno, llevaron a que millones de personas resultaran heridas y fallecidas.
Las consecuencias
La Primera Guerra Mundial transformaría al mundo entero, pues varios de los grandes imperios que habían existido hasta entonces habían desaparecido, pero al mismo tiempo, los dos que resultaron vencedores, Francia y Gran Bretaña, consolidaron y expandieron su poder, repartiéndose las antiguas posesiones alemanas y turcas en África y Medio Oriente.
Allí se trazarían unas fronteras que siguen siendo objeto de disputas, en una prueba de que, como lo comenta el historiador César Torres en un fragmento del programa “Las Joyas de la Corona”, las determinaciones tomadas después de la guerra, que llevaron a la formación de nuevos Estados, en Europa y otros rincones del planeta, no resolvieron las tensiones y disputas étnicas y nacionalistas existentes.
Señal Colombia (Productor). Las joyas de la corona la Primera Guerra Mundial Bogotá: Señal Colombia. Señal Memoria, AD-047327.
Estas, más que apaciguarse, se intensificaron en los años siguientes, cuando el fascismo y el nazismo, junto al comunismo, irrumpirían con fuerza en Europa. La paz que se firmó en París en 1919 impondría duras sanciones a los vencidos, como pasó con el Tratado de Versalles, y pronto, la guerra, todavía más destructiva y peligrosa, amenazaría el destino de la humanidad.