Es común que la gente, cuando realiza un buen negocio, saca provecho de una oportunidad o simplemente logra beneficiarse de algo, digan que ha hecho “su agosto”. ¿Pero cuál es el origen de la expresión? Vale la pena rastrear su raíz etimológica y relacionarla con el nombre del mes en cuestión.
Para desentrañar las raíces de la expresión “hacer su agosto”, es necesario remontarse a la historia del Imperio romano.
Debemos recordar que el mes de julio (iulius) se nombró en homenaje al gran Julio César. Por su parte, con el fin de dejar su propia huella en la historia, los romanos decidieron nombrar el mes de agosto en honor al primer emperador Octaviano.
¿Pero qué tiene que ver Octaviano con agosto? Resulta que el nombre de agosto proviene del latín augustus, que significa sagrado o majestuoso, calificativo que se le había otorgado al mencionado emperador. De ahí su relación etimológica con el mes.
Agosto y sus significados etimológicos
Desde la antigüedad las palabras augustus y augurium (presagio) compartían una afinidad etimológica cuyo primer significado era “consagrado por augurios”. Además, tienen como raíz la palabra augere que significa “aumentar o hacer crecer”.
De estas raíces también proviene el verbo agostarse, el cual hace referencia al secado de las plantas por cuenta de un calor excesivo. Recordemos que agosto no es solo el mes de los vientos, sino también un mes en el que hace mucho calor en el hemisferio norte.
Por esta razón, no es extraño que, desde tiempos inmemoriales, se asocie agosto con la prosperidad o el incremento, así como con las altas temperaturas.
Hacer su agosto y el mundo rural
Para varios investigadores la expresión “hacer su agosto”, sin dudas, proviene del ámbito rural y campesino. En el mundo agrario, agosto coincide con la temporada de la recolecta del grano, pero también con la época destinada a almacenar la cosecha, para luego lucrarse de la misma.
La recolección de cereales, uvas, aceitunas y otras cosechas coincide, entonces, con la época estival y el período más fructífero del año. Justamente, el mes de agosto.
Hacer un buen negocio
Antiguamente se decía “hacer su agosto y su vendimia”. Según el lexicólogo Aniceto de Pagés la expresión completa es “agosto y vendimia, no es cada día, y sí, cada año; unos con ganancia y otros con daño”.
La última parte del refrán está asociada con algunas creencias campesinas de las regiones del centro de Colombia. Para muchas comunidades del campo, agosto es un mes de prosperidad, de buenos climas y de cosecha. Sin embargo, también puede traer malos augurios.
Un fragmento del programa Colombia, mitos y leyendas, de la Radiodifusora Nacional, cuenta un conjunto de historias provenientes de la tradición popular campesina. En la voz de Alberto León se narra la historia de La hora mala. Según la leyenda, sin importar si es un buen negocio o no, los campesinos creían que había una hora del primer lunes de agosto en la que no se debía trabajar, pues de lo contrario la paga era la muerte. Aquí recordamos este mito a través de los archivos de Señal Memoria.
Radiodifusora Nacional de Colombia (Productor). Brausin, Dora (Realizadora). (2000). Colombia, mitos y leyendas: Historias campesinas. [N/A]. Colombia: Radiodifusora Nacional de Colombia. Archivo Señal Memoria, RDNC-DGW-015336-01
Aproximaciones al uso del refrán
José María Iribarren va más allá en El porqué de los dichos. De acuerdo con el lexicólogo, esta antigua expresión de la economía rural estaba presente en la literatura misma. Así aparece en La gitanilla, de Miguel de Cervantes: “Y así granizaron sobre ella (sobre Preciosa) cuartos, que la vieja no se daba manos a cogerlos. Hecho, pues, su agosto y su vendimia, repicó Preciosa sus sonajas…”.
Con los diferentes usos la frase se acortó bastante más para dar a entender que se hace un buen negocio o un negocio provechoso.
Por su parte, Néstor Luján trae otra aproximación en su Cuento de cuentos. Origen y aventura de ciertas palabras y frases proverbiales. Según el autor, la frase significa “recoger su cosecha de cereales y semillas y, por extensión, hacer un negocio y lucrarse aprovechando la ocasión oportuna para ello”.
Por esta razón, para hacer su agosto la persona solamente necesita encontrar la mejor oportunidad o crearla, de ser posible. Incluso, si la situación parece absurda o inverosímil. De esta manera lo recordamos con los personajes de John El Gringo y Mauricio, en uno de los memorables capítulos de la serie Dejémonos de Vainas.
En este fragmento del episodio titulado Tremendo almuerzo, El Gringo y Mauricio quieren montar un impopular negocio de cría de caimanes y aprovechar el periódico de su amigo Heriberto para promocionarlo.
Yamayusa, Liz (Productora). Bernal, Claudia (Directora). (1997). Dejémonos de vainas. [Serie] [Tremendo almuerzo]. Colombia: Coestrellas. Archivo Señal Memoria, BTCX30-038794 CLIP 1
Por otro lado, en el argot popular la expresión también tiene una connotación de abuso, o mejor dicho, que apunta a sacar partido de algo o de alguien sin medir las consecuencias. Aunque parezca que el significado es producto del uso y el tiempo, de nuevo la prosa de Cervantes la sitúa en el mundo del campo.
En La ilustre fregona se encuentra el siguiente pasaje: “Los mancebitos, que tenían hecho su agosto y su vendimia, pues habían ya robado cuatrocientos escudos de oro...”.
Claramente la expresión se refiere a un aprovechamiento descarado de los frutos de otro u otros. De esta manera, generaciones tras generaciones de “aprovechados” también han hecho su agosto.
Autor: Emerson Rivas