Con la excusa del Mundial de Fútbol de Italia, en el que participó Colombia, la televisión nacional decidió producir un videoclip del Himno Nacional que durante doce años fue emitido todos los días y en todos los canales. La espontaneidad de sus actores y la historia de su producción dejó un recuerdo memorable en la trayectoria de los medios, siendo tal vez la versión del Himno que más recordamos.
“Una historia maravillosa que diría que casi me cambia la vida”. Así lo define Francisco Ortiz Rebolledo, un realizador audiovisual que llevaba años encaminando su carrera a la publicidad, cuando recibió el encargo del Estado (poco después continuó cambiando su vida como realizador del programa Zoociedad, pero esa es otra historia).
Cómo triunfar dirigiendo un Himno
Mientras la carrera de Francisco Ortiz cambiaba su rumbo, Inravisión tomó la decisión de producir un nuevo videoclip del Himno Nacional, con ocasión del debut de Colombia en la Copa Mundial de Fútbol de 1990 que se disputó en Italia. Para ese fin se le encargó a la productora Televideo y a su directora creativa, Susana Silva. Desde un principio se pensaba en la necesidad de una representación fresca del Himno, lejos de la solemnidad que solía acompañar esas piezas en la televisión colombiana. Pero había afán y había que partir de cero, contra el tiempo y con el propósito de ofrecer un mensaje de optimismo, en medio de la grave crisis institucional y de seguridad que padecía el país en ese momento.
Con ese propósito se buscaron ideas que representaran a los colombianos con entusiasmo: gente joven, la vida cotidiana, la cultura popular… Se trataba de producir en el televidente empatía con el país. Así, el equipo de producción resolvió salir a la calle, abordar a la gente, ponerlos a escuchar el Himno Nacional y a cantarlo mientras percibían sus emociones. Tampoco había muchos recursos económicos, por lo que solo se rodaron escenas en municipios de Cundinamarca y Cartagena (donde grabaron a cadetes de la Escuela Naval). Mientras tanto, en lugares como el Parque Principal de Tabio (al que también llevaron una chiva) fueron grabados los vecinos y los estudiantes de los colegios, mientras seguían analizando las emociones de los actores improvisados. Por ejemplo, una señora cantando emocionada mirando al horizonte, un niño cerrando los ojos y cantando con la mano en el pecho… Ninguno de quienes aparecían eran resultado de procesos de casting o entrenamiento. De hecho, colaboraron personas cercanas al equipo de producción (el hijo y las sobrinas del director, por ejemplo). Simplemente se pidió espontaneidad.
Tras una primera edición se hizo una musicalización con el maestro Juan Lanz, en la que se juntaron voces similares a las de quienes aparecían en pantalla. Al final, acometidas las correcciones de imagen, quedó una versión final que también se terminó saltando los filtros finales, tanto por la falta de tiempo como por la emoción que generó en los ejecutivos de Televideo e Inravisión. Éxito total, tanto que estuvo al aire durante los doce años siguientes.
Ortiz, F. (director). (1990). Himno Nacional de Colombia. Inravisión. Archivo Señal Memoria, C1P 243779
“La Niña del Himno Nacional”
Resultó inevitable que quienes fueron vistos en todos los canales durante más de cuatro mil días se convirtieran en una especie de celebridades locales. Fue el caso de Angélica Quintero, hoy madre e ingeniera de sistemas, que a sus quince años tuvo la suerte de aparecer varios segundos en el video del Himno (“la Niña del Himno Nacional”, le decían en Tabio).
Terminaban las clases en su colegio cuando la llamaron a salir a la plaza, sin arreglarse, sin maleta, era simplemente una invitación a cantar el Himno Nacional. Sobre la marcha se enteraron que estaban grabando un video. En algún momento la producción la hizo pasar al frente para escenificar una izada de bandera (la medalla la recibiría de Ricardo Sornoza, que en la vida real era alcalde del municipio). Como fue una grabación sorpresa, la preocupación de Angélica en ese momento era avisar a sus papás por qué iba a llegar tarde a su casa (le creyeron el motivo apenas cuando se estrenó, antes del partido de Colombia contra Emiratos Árabes). Un par de meses después, su colegio viajó a Bogotá para recorrer los museos y el centro histórico de la capital. Como iban con el uniforme era fácil identificarla en la calle.
Angélica Quintero (Tabio, Cundinamarca). Foto: Felipe Arias Escobar, Señal Memoria
En 2002 la Presidencia de la República produjo una nueva versión del Himno, dirigida por Alessandro Basile y que también estuvo al aire durante doce años. Sin embargo, la recordación del Himno de 1990 sigue viva 32 años después, en las anécdotas familiares de Angélica, como también en la memoria de muchos colombianos gracias a internet y a las redes sociales. Tanto, que no falta la gente que cree que todavía lo siguen pasando por televisión…