El poeta andaluz Juan Ramón Jiménez (1881-1958) fue una figura decisiva en el panorama literario del siglo XX. Su influjo, 140 años después de su nacimiento, sigue vivo. Su producción abarca tanto la poesía en prosa de Platero y yo, uno de sus libros más populares publicado a comienzos del siglo XX, como la poesía en verso que constituye la mayor parte de su obra, con títulos como Sonetos espirituales y Animal de fondo. La voz del poeta hace parte del material sonoro de la HJCK que se conserva en Archivo Señal Memoria.
El 23 de diciembre de 1881, hace justamente 140 años, nació en el pueblito andaluz de Moguer, una de las voces más destacadas del siglo XX: el poeta Juan Ramón Jiménez, Premio Nobel de Literatura en 1956, que obtuvo gracias a “su poesía lírica, que, en lengua española, constituye un ejemplo de alta espiritualidad y pureza artística”. Tales atributos de su obra afloran tanto en los libros de poemas como en aquellos de prosa lírica, los cuales constituyen un vasto universo con títulos que siguen reverberando en el recuerdo de generaciones enteras de hispanohablantes.
Quizás el título más popular de la producción juanramoniana, ideal al momento de evocarlo con ocasión de su natalicio, es Platero y yo. En especial las primeras líneas, leídas por Gloria Valencia de Castaño (1927-2011) en la HJCK.
Valencia de Castaño, Gloria (locutora) (1968). Platero y yo. [Literatura] [Carta de Colombia: programa 76, octubre 13 de 1968]. Colombia: Emisora HJCK, Archivo Señal Memoria HJCK-RMT-073611-01.
El libro recrea, a punta de sensaciones y recuerdos, la figura de Platero, un pequeño asno ligado a la infancia del poeta en su natal Moguer, lugar que también cobra vida en las páginas de esta breve obra, que en algunos momentos transpira cierto tono de diario. En sus páginas el autor dejó registrados paisajes, voces, caras, atmósferas…, así como pensamientos y sentimientos que se hunden en su intimidad, todo aquello siempre en torno a Platero, el protagonista del conjunto de pequeñas estampas que componen el volumen.
El padre de la generación del 27
Juan Ramón tenía 33 años cuando publicó, en 1914, Platero y yo, libro que pertenece a la etapa de su producción que la crítica especializada ha denominado sensitiva y que abarca los años 1898 a 1916, en la que el poeta procura “captar la impresión, el instante fugaz, que es diferente en cada momento, sin ninguna modificación, en diálogo sentimental entre el mundo objetivo y la conciencia subjetiva; se trata de definir y describir perfectamente el matiz momentáneo del estado del alma en diálogo con la realidad circundante (hecha intimidad), porque ese matiz es lo distintivo fundamental”, ha dicho Juan José Lanz, profesor de Literatura Española en la Universidad del País Vasco. A esa etapa pertenecen libros como Melancolía, Laberinto y Estío (a punta de espina).
Una segunda etapa de creación juanramoniana, denominada como intelectual, corre del año 1916 a 1923 y a ella pertenece Sonetos espirituales, publicado en 1917, el cual contiene el soneto titulado Retorno fugaz, otra pieza harto conocida del poeta, cuya voz, recitando el poema, fue escuchada por los oyentes de la HJCK.
Emisora HJCK (Productor) (1950). Retorno fugaz. [Poesía de Juan Ramón Jiménez]. Emisora HJCK, Archivo Señal Memoria, HJCK-DGW-075034-01-SER001CPTDGW.
El año 1916 no solo inaugura esa etapa intelectual de Juan Ramón, sino que también es el año de su matrimonio con Zenobia Camprubí, una española educada en Estados Unidos, de gran vitalidad, su compañera de viaje durante cuarenta años y cuya presencia inspiró Diario de un poeta recién casado (1917), escrito casi totalmente durante la travesía del océano Atlántico, regresando de Nueva York donde la pareja se había casado. A esa época también pertenecen las obras Eternidades (1918), Piedra y cielo (1919), Poesía (1923), entre otras, en las cuales el poeta se empeña aún más a fondo en llegar a la esencia poética y alcanzar nuevas cotas estéticas, invocando una “poesía pura” que terminaría por ejercer un poderoso influjo en los creadores de la generación del 27: Jorge Guillén (1893-1984), Pedro Salinas (1891-1951), Federico García Lorca (1898-1936), Rafael Alberti (1902-1999), Dámaso Alonso (1898-1990) y Vicente Aleixandre (1898-1984).
España, que había permanecido al margen de la Gran Guerra (1914-1918), no puede librarse de las tentaciones totalitarias y en 1923, cuando culmina aquella etapa intelectual de Juan Ramón, el país cae en la dictadura de Miguel Primo de Rivera (1870-1930). Iniciaba así un difícil camino que iba a conducir, en 1931, al colapso de la Monarquía, cuando el rey Alfonso XIII (1886-1941) decide dejar España y facilitar el tránsito a la II República Española (1931-1939). Esta, sin embargo, no fue sino un paréntesis convulso desde el punto de vista político y social, cuyo desenlace trajo uno de los hechos más trágicos de la España del siglo XX: la guerra civil que vivió entre 1936 y 1939.
La poesía del exilio
En las vísperas de la contienda Juan Ramón publicó Cántico (1935), cuando ya habían transcurrido doce años desde el comienzo de su tercera y última etapa creativa, la cual se va a extender hasta el año de su fallecimiento. En esta tercera etapa (1923-1958), que ha sido llamada suficiente o verdadera, el poeta no solo alcanza la plena madurez, sino que también va a tener que vérselas con el exilio, empujado por la guerra civil, la Segunda Guerra Mundial (1939-1945) y, sobre todo, la dictadura de Francisco Franco (1892-1975). Así, Estados Unidos, Cuba y Puerto Rico, país este último donde murió, fueron los destinos en los que escribió obras como La estación total (1946), Romances de Coral Gables (1948) y Animal de fondo (1949).
Tales libros fueron forjados en la dura prueba de la errancia fuera de la patria, cuando la vida “es vivida como retorno, como evocación; es una vida sin vida, un intermedio entre la vida y la muerte, un espacio de incertidumbre absoluta”, nos dice el profesor Lanz, quien destaca la “nota” final que cierra Animal de fondo, la cual habla de un tiempo poético que corre como “necesidad de conciencia interior y ambiente en lo limitado de nuestro moderado nombre”, escribió Juan Ramón.
Qué mejor ocasión para cerrar este breve homenaje que escuchar la lectura, en la voz el propio poeta, de la pieza Soy animal de fondo, en grabación de la HJCK que Archivo Señal Memoria conserva 140 años después del nacimiento de Juan Ramón Jiménez, el poeta español más representativo y europeo de la primera mitad del siglo XX.
Soy animal de fondo HJCK-RMT-075034-01_5225-5440.mp3 Emisora HJCK (Productor) (1950). Soy animal de fondo. [Poesía de Juan Ramón Jiménez]. Emisora HJCK, Archivo Señal Memoria, HJCK-DGW-075034-01-SER001CPTDGW.
Autor: Fernando Nieto