En el siglo XIX se propagaron representaciones sobre el carácter, la conducta y el rol de la mujer desde los púlpitos y las producciones intelectuales. Según la investigadora Luz M. Hincapié, muchos manuales conductistas dedicados a formar a la mujer como esposa, ama de casa y buena cristiana estuvieron a la orden del día, como Consejos a una niña de José María Vergara y Vergara. Estos consejos fueron reproducidos en las relaciones sociales y, por supuesto, en las diferentes manifestaciones culturales y artísticas. Sin embargo, hubo mujeres que se salieron del molde y aprovecharon diferentes espacios artísticos para criticar estas imposiciones. En este artículo exploramos esas visiones decimonónicas acerca de ser mujer y cómo estas fueron plasmadas y criticadas en la fotografía y la pintura.
Mujer agente, mujer dócil
Para la sociedad colombiana, y también latinoamericana, el lugar de la mujer estaba mediado por una fuerte carga social, pero, ante todo, moral. Sobre sus hombros recaía el cuidado de la rectitud y de los preceptos del buen ciudadano (católico, por supuesto), estos debían ser edificados desde el ámbito privado del hogar.
En ese sentido, la mujer debía ser un pilar en el seno de la familia, siempre y cuando estuviera sometida a los cuidados de su protector, por ejemplo, su padre, su esposo o una figura masculina “de autoridad”. De acuerdo con Hincapié, las virtudes e impulsos de la mujer asociados a la sexualidad y al carácter eran posibles únicamente en función del matrimonio y del hombre. Su existencia se debatía entre el ser pecaminoso (Eva) y el ser que se redimió para ayudar al hombre a poblar el mundo y salvaguardar los principios morales (María).
A la mujer había que salvarla de sí misma, ya que era una criatura cuyos placeres y deseos debían ser domesticados y bien encaminados. Incluso, su supuesta fragilidad, su cuerpo y su destino en la vida eran controlados estrictamente, donde el hombre era el barquero que navegaba el oscuro río que representaba su esencia.
Conozcamos más sobre esta imagen que se tenía de la mujer a partir de un fragmento del programa Un día en la vida de… conservado por el Archivo Señal Memoria.
Gutiérrez, Juan F. (Productor). Look R., Ann Marie (Directora), 1984, Un día en la vida de... [Serie] [La mujer en la fotografía]. Colombia: Archivo Señal Memoria, C1P-242797.
De acuerdo con este documento, el fin último de la mujer, desde la niñez hasta la adultez, era casarse con un buen hombre, criar a los niños y sentirse agradecida por ello. Por esta razón, se le debía instruir en algunas funciones primarias que complementaran tareas exclusivas del hombre como la economía, la ciencia o la política. Mientras que otras instrucciones consideradas secundarias, se les enseñaba con un fin ornamental.
Dentro de estas prácticas consideradas secundarias estaban la fotografía y la pintura, desde donde se reflejó esa visión que se tenía de la mujer.
La fotografía y la pintura: espejo de la sociedad
La Exposición Anual de Bellas Artes de 1886, organizada por el artista Alberto Urdaneta en torno a la inauguración de la Escuela de Bellas Artes, nos ayuda a entender cómo era plasmado el rol de la mujer en las artes visuales. Según Carlos Alberto García Galvis, de las 1.200 piezas expuestas por y sobre mujeres, la academia tradicional se centró únicamente en la producción artística relacionada con la representación mariana y de los santos católicos.
Este tipo de historiografía no estaba lejos de la realidad social y del imaginario sobre el lugar y la función de la mujer en la sociedad. Como ya se mencionó, a las mujeres se les enseñaba pintura y fotografía casi como un pasatiempo, y cuando esto no era así, se les conducía hacia un arte que reflejaba los valores de la moral cristiana.
En ese sentido, una fotografía iluminada al óleo o una pintura sobre lienzo no debía mostrar las aspiraciones, deseos y visiones que la mujer tenía de sí misma o de su entorno. Estas expresiones artísticas debían ser un espejo donde la mujer reflejaba lo que la sociedad había hecho de su ser: redentora, amorosa, dócil, frágil, obediente y pulcra.
https://www.senalmemoria.co/articulos/mujer-familia-sociedad-en-senora-isabel
Nuevamente el Archivo Señal Memoria, a través del programa Un día en la vida de… nos habla de ese ideario y de cómo la fotografía era un espejo que reflejaba esta condición de la mujer.
Gutiérrez, Juan F. (Productor). Look R., Ann Marie (Directora), 1984, Un día en la vida de... [Serie] [La mujer en la fotografía]. Colombia: Archivo Señal Memoria, C1P-242797.
La mujer, entonces, no necesitaba mayor instrucción. Ellas debían dedicarse a labores sencillas y acordes con su entendimiento (presuntamente limitado), además, debían ser apolíticas y faltas de juicio alguno.
Sin embargo, pese a estas restricciones, la pintura y la fotografía se convirtieron en lugares de contienda desde donde las mujeres alzaron sus voces sobre lo que era y no era su propio ser. Incluso, ellas exploraron varias de sus facetas, cuestionaron su lugar y el de otras mujeres en el mundo.
La mujer rompe el espejo y construye otra imagen
García Galvis asegura que, la realidad que la academia presentó de las mujeres a partir de la Exposición Anual no reflejaba lo que ellas percibían. En primer lugar, de los 107 artistas participantes, 78 eran mujeres entre nacionales y extranjeras; un claro dominio femenino en ese ámbito. En segundo lugar, las artistas dominaban diferentes técnicas y materiales, lo cual da cuenta de la amplitud de sus capacidades intelectuales y artísticas. Y, en tercer lugar, los temas no sólo fueron religiosos, ya que también se realizaron piezas artísticas con fines decorativos, pedagógicos e históricos como es el caso de algunas pinturas costumbristas y retratos.
https://www.senalmemoria.co/piezas/soledad-acosta-de-samper
Según lo anterior, a comienzos del siglo pasado, la situación para la mujer seguía envuelta en prejuicios sociales y restricciones morales, pero cada vez más artistas se oponían a esas limitaciones. Gracias al Archivo Señal Memoria podemos percibir esta actitud a partir de una experiencia vivida por la pintora Débora Arango.
S. N. S. F., Un día en la vida de... [Serie] [Débora Arango]. Colombia: Archivo Señal Memoria, BTCX60-062099.
Algunas artistas se atrevieron a romper con ciertos tabúes al abordar temáticas y roles que habían sido estigmatizados durante mucho tiempo para ellas. De esta forma, aparecen mujeres hablando de su cuerpo, de política, e incluso, de sexualidad. A continuación, veamos a la pintora María de la Paz Jaramillo explicando su mirada de la sociedad a partir de los roles femeninos que abordó.
Gutiérrez, Juan F. (Productor). Look R., Ann Marie (Directora), 1995, Un día en la vida de... [Serie] [María de la Paz Jaramillo]. Colombia: Archivo Señal Memoria, BTCX60-062728B CLIP 1.
Por otra parte, cuando se explora el mundo de la fotografía femenina en el siglo XX, nos encontramos con interesantes transiciones tanto en ese arte como en el lugar de la mujer. María Paula D’ Pablos asegura que, en principio, las mujeres tuvieron una relación con la fotografía de investigación, pero bajo la sombra de un tutor masculino. Uno de los casos más significativos fue el de Gerda Taro, de quien se dice realizó fotografías de guerra bajo el seudónimo de Robert Capa, su esposo.
Años más tarde, las fotógrafas no sólo se desligaron de dicha tutoría, también sus trabajos trascendieron el ámbito investigativo. Así, figuras como Hermi Friedmann, Dorothea Lange o Cristina García Rodero emitieron una voz crítica y artística de la sociedad con sus lentes fotográficos. Ellas también fueron las precursoras de las ideas plasmadas más tarde por muchas mujeres a través de la imagen, como es el caso de Inge Morath, Sara Facio o Joana Toro. Las mujeres dejaron de ser el pilar de otras vidas para tomar las riendas de las suyas, algo que encontró eco en artes visuales como la fotografía.
Así, a través de estos documentos del Archivo Señal Memoria los invitamos a explorar más sobre estos cambios en el lugar de la mujer en la fotografía, en la pintura y en la sociedad.
Por: Emerson Rivas
