Con la muerte de Isabel II, a los 96 años, y las voces de preocupación de diferentes sectores en el Reino Unido y de los territorios anexos a la Corona, surgen inquietudes sobre el rol de la institución y sobre cómo funciona el sistema parlamentario inglés. Preguntas que vale la pena indagar con el objeto de contar con cierto contexto en estos momentos que conmocionan al Reino Unido y a buena parte del mundo.
La Corona, la Cámara de los Comunes, la Cámara de los Lores, el primer ministro, la representación de la Mancomunidad de Naciones o Commonwealth… todas estas son piezas que forman parte de un mismo sistema político que abunda en particularidades y detalles interesantes, propios de un Estado al servicio de su Majestad. Pero, ¿cómo opera?
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El Reino Unido es una monarquía constitucional con gobierno parlamentario y varias instituciones que no pueden funcionar la una sin la otra. Por un lado, el parlamento, de carácter bicameral, constituido por la Cámara de los Lores y la Cámara de los Comunes, y por otro lado la Corona.
Los británicos sólo tienen potestad para elegir aquellos diputados que conformarán la Cámara de los Comunes, y únicamente votan por los líderes de cada partido que se encuentran inscritos en cada uno de los diferentes distritos. El partido o la coalición que reúna más miembros es el que elige al primer ministro. Liz Truss es la nueva primera ministra de Inglaterra, nombrada recientemente por la fallecida reina Isabel II.
Por tradición, el primer ministro informa a la Corona acerca de los asuntos importantes de gobierno y Estado, y pide su opinión. Y la opinión de la Corona siempre ha sido escuchada, incluso en los momentos más críticos. Aunque llegó muy joven al trono, Isabel II siempre actuó como consejera experta, siendo muy admirada por todos los primeros ministros, de cualquier orientación política.
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La Cámara de los Comunes se identifica con el color verde y en ella se toman las decisiones sobre el presupuesto general y los proyectos de ley sobre los impuestos. Por su parte, la Cámara de los Lores, que se identifica con el color rojo, está conformada en su mayoría por miembros nombrados de por vida por mérito o como recompensa por el servicio en el gobierno. Son ratificados por la Corona. Sus funciones se enmarcan en un papel de control y equilibrio.
Sus miembros pueden introducir enmiendas, pero no bloquear los proyectos de ley que les envía la Cámara de los Comunes, como sucedió en 2017 con la aprobación de la ley del Brexit. En ese momento los lores introdujeron dos enmiendas, pero los comunes rechazaron esas modificaciones y aprobaron la ley inicial.
¿Cuál es el rol de la Corona?
Ser el jefe de Estado del Reino Unido. Su rol es más simbólico que político. Por ejemplo, nombra al primer ministro, pero no lo elige. Es, además, el jefe de Estado de otros 14 países de la Mancomunidad de Naciones (Commonwealth) y la cabeza ceremonial de esa mancomunidad, que en total cuenta con 54 naciones, la mayoría de las cuales fueron gobernadas por los británicos en algún momento de la historia. Muchas de estas se convirtieron en monarquías constitucionales y mantuvieron a Isabel II como su reina y jefe de Estado. Desde el 8 se septiembre de 2022 ese rol lo ejercerá Carlos III, que más allá de ser el legítimo heredero deberá mantener la unidad de la Corona, cuestión que puede marcar el inicio del fin del Imperio británico, tal y como hoy se conoce.
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Un reciente artículo de Señal Memoria describe cómo el poder político real en cada país es ejercido por el primer ministro. El gobernador general y la reina realizan muchas actividades simbólicas, formales, culturales y ceremoniales, en las que promueven las tradiciones e identidad de cada país.
En ese sentido, Isabel II ha sido el monarca (más querido que odiado) de Reino Unido, Canadá, Australia, Nueva Zelanda, Bahamas, Granada, Papúa Nueva Guinea, Islas Salomón, Tuvalu, Santa Lucía, San Vicente y las Granadinas, Belice, Antigua y Barbuda, y San Cristóbal y Nieves.
Isabel II fue la soberana (mujer) que más años ha ocupado el trono británico. Su reconocimiento mundial es innegable. Solo su tatarabuela, la reina Victoria, alcanzó en el siglo XIX a reinar una cantidad similar de años: casi 64. Otros reinados de larga duración han sido el de Luis XIV en Francia (72 años) y el del príncipe Bhumibol Adulyadej en Tailandia: más de 70 años .
¿Y ahora qué?
Desde hace varios años Isabel II, junto con el gobierno y las Fuerzas Armadas, diseñó un plan denominado Operación Puente de Londres, el cual contempla todos los aspectos y detalles que se debían tomar en cuenta al momento del fallecimiento de la soberana. Un plan que prevé diferentes escenarios, uno de ellos relacionado con la muerte de la reina en tierras escocesas, como efectivamente ocurrió.
A esta parte del plan se le llamó la Operación Unicorn. Consiste en un protocolo previsto por el Palacio para el traslado del cuerpo y la puesta en marcha de las honras fúnebres, si la reina llegara a fallecer en el castillo de Balmoral. El 8 de septiembre de 2022 será el día que se recuerde como el inicio de la operación Puente de Londres. Estos son algunos de los pasos que se darán, con la acostumbrada puntualidad inglesa.
En primer lugar, el secretario privado de la reina, Edward Young, debió comunicar a la Primera Ministra, Liz Truss, lo ocurrido, según cuentan usando la frase: “El puente de Londres ha caído". Ella pone en marcha el plan, que implica que todo el reino de su majestad tendrá que detener sus actividades ante un anuncio que se hará de manera simultánea por la BBC (televisión, radio e internet), interrumpiendo toda programación.
Segundo paso: pocos minutos después del fallecimiento, las 54 naciones que conforman la Commonwealth serán informadas del suceso y posteriormente todos los líderes mundiales se enterarán de la muerte de la reina. Mientras tanto, en el Palacio de Buckingham las puertas se iluminarán y se pondrá a la entrada el anuncio oficial del fallecimiento.
En tercer lugar, el mismo día el príncipe Carlos será oficialmente el rey Carlos III. Será proclamado desde un balcón del Palacio y desde la Royal Exchange, la antigua Bolsa de Comercio de Londres. Después, el Parlamento se reunirá para emitir un mensaje de pésame y suspenderá sus sesiones durante diez días.
Cuarto: la primera aparición de Carlos III se dará al día siguiente del fallecimiento de la reina y el Gobierno, en señal de respeto y lealtad, lanzará 41 cañonazos en Hyde Park, empezando así el camino a la sucesión.
El funeral y la sucesión
Según el plan, el cuerpo de Isabel será trasladado al Palacio de Holyroodhouse, en Edimburgo, capital de Escocia. Luego, en una procesión a lo largo del Royal Mile, la avenida principal de Edimburgo, el féretro será llevado a la catedral de St Giles, en donde se realizará un servicio religioso al que asistirá la familia real.
El cuerpo de la reina permanecerá custodiado durante 24 horas para que los escoceses puedan despedirla. Pasado ese lapso, sus restos serán trasladados en el Royal Train durante la noche, antes de llegar a la estación St Pancras de Londres, a la mañana siguiente.
El ataúd será trasladado al Palacio de Buckingham antes de la gran procesión ceremonial en Londres, prevista para el sexto día posterior a su muerte. Luego, la primera ministra asistirá para recibir al féretro. Entonces Carlos III iniciará una serie de encuentros con los líderes de gobierno en las principales ciudades de su país, mientras avanzan los preparativos de las exequias y la sucesión.
En el día sexto tendrá lugar la primera procesión militar, y se llevarán los restos desde el palacio de Buckingham al Westminster Hall, donde el arzobispo de Canterbury pronunciará oraciones en presencia de la familia. Allí, el cuerpo permanecerá en custodia durante los próximos tres días. Mientras tanto la capilla ardiente estará abierta al público únicamente 24 horas.
Se espera que ocurra algo parecido a lo acontecido en 1936, cuando los cuatro hijos varones de Jorge V montaron guardia nocturna junto al ataúd, en lo que se llamó “la vigilia de los príncipes".
El funeral de Estado se llevará a cabo entre 10 y 12 días después de la muerte de Isabel y se celebrará en la Abadía de Westminster, en presencia de jefes de Estado y monarcas reinantes de todo el mundo. Se espera que al tañido de las campanas del Big Ben, el país guarde silencio durante dos minutos.
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Posterior a la ceremonia, el cuerpo será trasladado a la Capilla de San Jorge, donde también reposan los restos de sus padres, su hermana Margarita y su esposo, el príncipe Felipe.
Programar Televisión (productor). (1995). Noticiero de las 7. [Noticiero]. Colombia: Programar Televisión. Archivo Señal Memoria, BTCX60-063998
Dato curioso. Los funerales de Estado están reservados a los monarcas británicos, aunque en casos excepcionales se ha acordado su celebración, como un honor otorgado a figuras célebres como el científico Isaac Newton, el almirante Horatio Nelson y Winston Churchill.
Autor: Hugo Guerra
