En medio de las tribulaciones militares y políticas de la época independentista, Simón Bolívar y Francisco de Paula Santander decidieron dejar para la posteridad un lugar que conservara los vestigios más importantes de la cultura de la naciente república. Años más tarde, este recinto, no solo se convirtió en el más antiguo de Colombia, también ha preservado varias de las piezas más importantes y representativas de nuestro patrimonio e historia. En este artículo abordaremos los hechos más relevantes de la creación de este museo y su importancia para la cultura colombiana en estos dos centenarios de existencia.
La misión de Zea
Para algunos científicos sociales, la historia de la actual República de Colombia no comenzó en 1810, sino en el año 1821. Quienes defienden esta idea, aseguran que, los movimientos políticos y sociales encaminados a formar una nación totalmente independiente de España, ocurrieron en ese período. Sin desconocer los procesos anteriores, se dice que, los hechos que permitieron la conformación de una nueva república solo fueron posibles en la segunda década de esa centuria. Uno de estos importantes sucesos fue la misión que le encomendó el entonces presidente Simón Bolívar a Francisco Antonio Zea, su vicepresidente.
Consciente de las necesidades que implicaba la construcción de una nueva nación, a finales de 1821, Bolívar le encargó a Zea que consiguiera apoyo político y económico en Europa. Como era de esperarse, esta ayuda suponía relacionarse con aquellas naciones enemigas de España, como era el caso de Inglaterra y de Francia, principalmente.
La tarea que debía emprender Zea era, también, una lucha por lograr el reconocimiento internacional de la república. Para ello, era necesario construir un relato no solo político y económico, sino también cultural. Así, el vicepresidente emprendió un viaje por el ‘viejo continente’, donde el argumento científico-político lo llevó a buscar apoyo en los hombres de ciencia.
Los antecedentes del Museo Nacional de Colombia
El 1 de mayo de 1822, luego de reunirse con personalidades como Georges Cuvier, Alexander von Humboldt y François Arago, Zea emprendió una misión científica encaminada a restaurar las actividades productivas del país. Esto último era imperioso, ya que las guerras libradas contra el pacificador Pablo Murillo, no solo afectaron a la república en vidas humanas, sino también en materia productiva y económica.
Según Alfredo D. Bateman, Zea buscaba fundar un lugar para llevar a cabo el estudio de la naturaleza, pero también pretendía “…el adelantamiento de la agricultura del país, sus artes y comercio, que son las fuentes productoras de la felicidad de los pueblos”. De esta manera, por recomendación de Cuvier, Humboldt y Arago, entre 1822 y 1823, llegaron al país cinco jóvenes científicos encargados de realizar una nueva expedición científica; estos fueron, Jean-Baptiste Boussingault, François-Désiré Roulin, Justin-Marie Goudot, James Bourdon y Mariano de Rivero.
Después de varias peripecias, los primeros trabajos de estos científicos estuvieron dirigidos a los estudios en Mineralogía, Química, Agronomía, Entomología, Zoología, entre otros. Por otro lado, esta comisión también tuvo la misión de recuperar aquellos adelantos científicos que habían sido confiscados o retrasados por Morillo durante la reconquista de los territorios de la Nueva Granada.
El relativo éxito de la misión llevó a que, el 28 de julio de 1823, el primer Congreso de la República expidiera la Ley para crear el Museo de Historia Natural y Escuela de Minería, hoy conocido como Museo Nacional de Colombia. Sin embargo, como veremos, los inicios del museo fueron bastante particulares en su conformación.
Un museo, un mito
[Museo Nacional] : [Restauración]. Colombia. Archivo Señal Memoria, UMT-208777
El Museo Nacional fue creado en 1823, sin embargo, el 4 de julio de 1824, Francisco de Paula Santander declaró su apertura de forma oficial, siendo su primer director Mariano de Rivero. El lugar escogido para su emplazamiento, hasta 1842, fue la Casa Botánica, reconocida por haber alojado los estudios de José Celestino Mutis y sus discípulos, producto de la Real Expedición Botánica del Nuevo Reino de Granada. Esta casa estaba ubicada en el actual centro histórico de Bogotá, en la esquina noroccidental entre la carrera 7 y la calle 8; actualmente ya no existe.
Después, entre 1842 y 1845, el Museo funcionó en una sala de la Secretaría del Interior y de Guerra, que se encontraba situada en la calle 10 con carrera 9. Más tarde, entre 1845 y 1913, compartió espacios con la Biblioteca Nacional en el Edificio de las Aulas, construido por el arquitecto de la iglesia de San Ignacio, el jesuita Juan Bautista Coluchini. Entre 1913 y 1922, las colecciones del museo estuvieron alojadas en el edificio Pasaje Rufino Cuervo; hoy inexistente. Luego, de 1922 a 1944, el Museo Nacional funcionó en el Edificio Pedro A. López, actual Ministerio de Agricultura.
Finalmente, en 1948, como se mencionó en el documento audiovisual recuperado del Archivo Señal Memoria, el Museo encontró su sede definitiva en la vieja penitenciaría diseñada por Thomas Reed. Pero ¿quién era este arquitecto y por qué es importante en esta historia?
En el año 1997, en una entrevista realizada a la arquitecta Viviana Ortiz para el programa Colombia monumental de Inravisión, se abordaron con más detalle estas cuestiones.
Ulloa Rivera, Adriana (Directora). (1997). Colombia monumental : Museo Nacional. Bogotá: Inravisión – Señal Colombia. Archivo Señal Memoria, BTCX30-013012.
Más tarde, a mediados del siglo XIX, por disposición del expresidente Tomás Cipriano Mosquera, el museo se dividió en dos secciones: una dedicada a la Zoología y a la Mineralogía, y otra destinada a los objetos históricos, artísticos y arqueológicos. Sin embargo, a comienzos del siglo XX, la entidad ya tenía muchas más piezas de las que podía albergar, sobre todo porque no contaba con un espacio propio para conservarlas. Por eso, se determinó, en parte, que se crearan otros museos especializados a partir de sus fondos. De esta forma, nacieron instituciones como la Casa Museo Quinta de Bolívar, los actuales Museo de Historia Natural y Museo Militar, y algunas de las colecciones del Museo Colonial o del Museo de la Independencia - Casa del Florero, etcétera.
Actualmente, el Museo Nacional clasifica sus invaluables piezas de acuerdo con unos criterios jerárquicos que se encuentran repartidos en 4 grandes colecciones: Arte, Historia, Etnografía y Arqueología. Estas colecciones representan gran parte de la cultura, de la historia y del patrimonio que nos identifica como nación.
Autor: Carlos Emerson Rivas Cabezas
