Un modelo discursivo permite divisar las maneras en que una representación dada puede influir en que actuemos de tal o cual forma sobre la realidad, en nuestro caso preguntarnos cómo el mundo del trabajo representado en N.N. puede conducir a que reproduzcamos o intentemos transformar la realidad laboral que habitamos.
Explorar el sentido discursivo de una serie lleva a indagar por su carácter ideológico. En otras palabras, por si la serie puede generar que establezcamos o reproduzcamos relaciones de dominación. Esto de acuerdo al concepto crítico de ideología aportado por John B. Thompson.
En el marco teórico que hemos venido siguiendo, un discurso es una interpretación del mundo social, y que una serie o cualquier forma simbólica que conecte con un discurso que tiene efectos ideológicos puede tener un carácter ideológico, pero también un carácter crítico cuando denuncia y explica relaciones de dominación, sean de clase, de “raza”, de sexo-género, de especie, o demás tipos de relaciones de poder sistemáticamente asimétricas.
Estudiar la ideología implica vincular las estrategias de construcción simbólica que genera el texto con modos de operación de la ideología que están más allá de él. Esto quiere decir: estrategias con las que el texto construye maneras de interpretar partes del mundo y modos en que las relaciones de dominación se reproducen o establecen por medio de la manera en que las interpretamos.
Haciendo un análisis formal como el que hemos hecho, apenas podemos sugerir algunos modos de operación, ya que habría que buscarlos en la realidad social misma y no en el texto, esto es, tanto en el contexto en que se produjo y recibió la serie en su momento como en el contexto actual, que es en muchos sentidos diferente.
Dicho esto, nos enfocaremos en ver las críticas planteadas por la serie sin entrar en su conexión con el contexto de los años noventa o el actual, esto queda para futuras indagaciones.
Habitus egoísta: El antihéroe como modelo social
La serie realiza una clara crítica a la meritocracia, habla del mundo laboral como un espacio de difícil o nula movilidad. Así, denuncia la desigualdad que esto implica, no obstante tiende a representar el conflicto de clases de modo ambiguo, donde una clase trabajadora fragmentada se caracteriza por tener expectativas de ascenso irreales, no trabajar adecuadamente y buscar el favor de la clase alta.
Particularmente, la fragmentación es un modo de operación de la ideología que soslaya la unidad de un grupo y se puede vincular a estrategias de construcción simbólica como la expurgación del otro, donde esta falta de unidad se atribuye a ciertos tipos de personas o subgrupos.
En este caso no se da un señalamiento claro, pero sí se entrevé que la serie critica una forma de ser que va más allá de las clases, por lo que traslada el problema de la falta de solidaridad de clase a la falta de solidaridad en general. Los personajes actúan conforme a su interés de ascenso buscando adquirir un capital social que les dé estatus u oportunidades de una mejor posición económica.
Además, que el trabajador esté representado principalmente por un antihéroe diluye la crítica de clases y la convierte en un comentario amplio y desclasado, donde los problemas son las formas de ser y ciertos disvalores que las caracterizan, independientemente de la clase. Como veremos en la siguiente secuencia, la mayoría de personas tienden a ser como Nerón, hostiles, engreídas, competitivas y oportunistas.
Duplat, Carlos (Director). (1990). N.N. Colombiana de Televisión - Coltevisión. Archivo Señal Memoria.
Esta crítica, a lo que llamaremos habitus egoísta, parece vincularse con un modo de operación de la ideología, la cosificación de la realidad socioeconómica. Cosificar es desconocer el proceso que lleva a algo, así la serie critica una forma de ser sin atribuirle causas concretas y diferenciadas, al ser una tendencia de todos los personajes pareciera que es natural actuar así. Y es precisamente la naturalización una estrategia de construcción simbólica que lleva a no transformar ciertos fenómenos por considerarlo imposible o contraproducente.
De manera similar, se aplica la estrategia de estandarización, por la cual todos los personajes se muestran como homogéneos en este sentido. Esta estrategia puede conectar con modos de operación como la unificación, dado el caso, actuar bajo la convicción que todas las personas se caracterizan por este habitus egoísta.
Paralelamente, la cosificación parece aplicarse a la desigualdad, cuando Nerón normaliza el trabajo infantil y que la solidaridad de clase no es posible, y también ante la falta de causas históricas atribuídas a esta desigualdad, pues en ningun momento de la temporada se referencian claramente, por lo que se deshistoriza la jerarquía de clases. En los siguientes dos fragmentos vemos una expresión de esto:
Duplat, Carlos (Director). (1990). N.N. Colombiana de Televisión - Coltevisión. Archivo Señal Memoria.
Con todo ello, la lucha contra la desigualdad parece vana, el punto de vista axiológico que predomina en la serie es que debemos tratar de beneficiarnos de esta desigualdad. De ahí la ambigüedad del arribismo de los personajes, especialmente de Nerón, que se muestra como burla y a la vez como consecuencia lógica de las posiciones que ocupan. Los intereses de clase consisten en ascender a una posición más alta antes que cambiar la estructura asimétrica de dominación, esto parece ser contemplado como algo “triste, pero cierto”.
Por su parte, la responsabilidad de las clases altas sobre la inmovilidad del campo laboral parece diluirse cuando la serie atribuye sus acciones a las reglas de un campo social que no tiene otra forma de ser, que es homogéneo. La siguiente secuencia presenta algunos momentos que expresan parte de ello:
Duplat, Carlos (Director). (1990). N.N. Colombiana de Televisión - Coltevisión. Archivo Señal Memoria.
Esta explicación al conflicto entre posiciones altas y bajas representadas por estos personajes, parece situar la tensión en el trato de los cargos superiores. Este trato es una versión extrema del habitus egoísta, y su carácter ambiguo está entre la incomprensible locura del jefe y la frialdad que debe caracterizar a “los hombres de negocios”.
De esta manera, se ofrece una racionalización, que en parte justifica la violencia de los superiores, conforme a esta forma de ser generalizada, el funcionamiento del campo y el descuido de Nerón, como representante de los trabajadores ineficientes. Así, la crítica se termina reduciendo y volviendo ambivalente, al punto de que esta estrategia podría conectar con la legitimación, como el modo acorde al que las relaciones de dominación se aceptan.
Podríamos seguir explorando la estrategias de construcción simbólica de la serie a la hora de representar el mundo laboral y económico en general. Una de ellas podría ser la propia ambigüedad de la representación, que aunque difícilmente se pueda considerar intencional no deja por ello de ser un elemento central en el mundo que nos muestra la serie y en la manera en que lo interpretamos. Otra podría ser la personalización del conflicto de clases o de los conflictos estructurales, que invisibiliza el sentido histórico de estas problemáticas.
En suma, la serie N.N. genera una crítica y a la vez tiene un carácter ideológico respecto al mundo laboral que representa, lo que podría llevar a cuestionarlo o a resignarse a él. Además, queda mucho por explorar: qué de esto que plantea la primera temporada tiene continuidad o qué cambia en las siguientes temporadas, cómo se relacionan las representación de clase con la de género, cómo la serie puede conectar con otras formas de dominación como la machista, cómo se referencian elementos nacionales como la Constituyente o la Selección Colombia, etc. Todas estas son líneas de investigación que ofrece la serie, y que se pueden estudiar aprovechando su libre acceso en la plataforma RTVC-Play.