Ante los afanes del periodismo, en 1996, Gabriel García Márquez dijo que “la mejor noticia no es siempre la que se da primero sino muchas veces la que se da mejor”. Para ese momento, los periodistas buscaban obtener la primicia, por sobre la calidad de las notas. Esa es una problemática que sigue vigente, solo que ahora de manera ampliada, ya que las nuevas tecnologías han hecho que la rapidez con la que se propaga la información sea mayor. Ello ha llevado a que se difundan supuestas noticias que en realidad no lo son, pues no están confirmadas o están construidas con base en datos falsos. Dicha situación ha hecho que el periodismo no cumpla su objetivo principal: informar.
Volviendo a las palabras de García Márquez, las noticias deben contarse de tal manera que los espectadores conozcan el suceso como si ellos hubieran estado allí. Desde una perspectiva similar, en 2018 se estableció el 28 de septiembre como el Día Mundial de las Noticias. Se ha tratado de una fecha para crear conciencia sobre el valor del periodismo basado en hechos reales. Este año, por ejemplo, su lema es “Escoge la verdad”.
Es pertinente preguntarnos ¿cuál verdad?, especialmente al pensar desde el perspectivismo. Esa doctrina, apoyada por varios filósofos y atendida por otros como Friedrich Nietzsche, sostiene que la realidad es interpretada según los puntos de vista. En ese sentido, no se podría hablar de una única verdad. Aunque el lema del día mundial pareciera decir lo contrario, el periodismo ha reconocido la inexistencia de la objetividad desde hace décadas. Es consciente de que las noticias son espejos, retratos y miradas de realidades, por lo que no pueden ser fieles a lo acontecido. Sin embargo, esa búsqueda de la verdad, aunque no se logre alcanzar, es la que hace que se saquen a la luz noticias responsables y confiables. Un ejemplo de ello es el siguiente fragmento de uno de los programas de 1996 de La Semana en el Mundo. Para entonces hablaron sobre una dificultad que ocurre en todo el planeta, aunque con matices diversos: el hambre.
Por: Laura Lucía González Contreras
