El seguimiento de la aplicación de la extradición en los años ochenta y noventa, permite ver la reacción violenta del Cartel de Medellín, dirigido por Pablo Escobar, con sus asesinatos, atentados y secuestros, y la manera en la que el Estado la enfrentó hasta neutralizar a Escobar, el 2 de diciembre de 1993.
El binomio guerra y paz está integrado por dos elementos presentes en la historia colombiana. Con leves períodos de paz, nuestra sociedad ha enfrentado durante los últimos setenta años el fenómeno de unas violencias que emanan de diversos frentes y que han obligado al Estado a adoptar medidas para contenerla. Para ello se ha apoyado en herramientas jurídicas. Una de ellas es la extradición.
La extradición
Como mecanismo de cooperación, la extradición se puede encontrar en, al menos, 19 tratados bilaterales desde 1931, así como en cuatro tratados regionales. De acuerdo con diversas posturas, la extradición puede ser entendida como un mecanismo político del que hace uso el Estado colombiano por condiciones de orden interno, así como por intereses de la nación. Otros consideran que la extradición es una imposición de los Estados Unidos, como condicionante para la entrega de ayudas, mientras que algunos analistas sugieren que la extradición obedece a nuestra situación social y política interna y a presiones de otras naciones para que se consolide como una alternativa viable a la hora de atender delitos que, de alguna manera, trascienden las fronteras nacionales, como el narcotráfico.
Precisamente, la creciente influencia del narcotráfico y sus afectaciones, no sólo a nivel interno sino también en relación con Estados Unidos, obligó a la formulación de un tratado de extradición firmado en Washington en 1979, denominado Ley 27 del 3 de noviembre 1980, que fue declarado inexequible en 1986, cuando el problema de las drogas era un asunto de características internacionales y nacionales, cuya expresión más fuerte fue el asesinato del ministro de Justicia Rodrigo Lara Bonilla, el 30 de abril de 1984, por orden de Pablo Escobar.
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Los orígenes de este crimen se remontan a 1982, cuando Escobar fue electo representante a la Cámara, por lo que fue denunciado como narcotraficante por El Espectador y por el ministro Lara, lo que condujo a que fuera expulsado del Congreso, en 1984. Durante el sepelio del ministro, el presidente Belisario Betancur anunció la reactivación del tratado de Extradición con los Estados Unidos. Fueron entonces extraditados cinco personas, entre ellas Hernán Botero Moreno, expresidente del Atlético Nacional. A partir de este momento se incrementaron los asesinatos de jueces, magistrados y demás miembros de la rama judicial, con el ánimo de hacer improcedente la extradición, la que definitivamente se derogó en 1986. El político y diplomático Diego Uribe Vargas, que se desempeñó como Canciller de Colombia entre 1978 y 1981, explicó en el programa Nuestros tiempos (1997) parte de la historia del tratado de extradición de 1979.
Pardo, Rafael (director). (1997). Nuestros tiempos. [Serie]. [Cap. Extradición III]. Colombia: Teleset S.A. para Inravisión, Señal Colombia. Archivo Señal Memoria, BTCX30 008496
Para sus acciones violentas, Escobar creó el grupo denominado Los extraditables, conformado por él, Gonzalo Rodríguez Gacha y los hermanos Ochoa, sobre los cuales ya pesaban órdenes de extradición. El grupo acuñó la frase: “Prefiero una tumba en Colombia que una cárcel en Estados Unidos.” También entró en relación con diversas organizaciones, a tal punto que hay quienes afirman que una de ellas fue el M-19 y que eso habría llevado a la toma del Palacio de Justicia, Sea cierto o no, lo que sí se conoce es que Los extraditables amenazaron a los magistrados para que votaran por la inconstitucionalidad de la ley de extradición. En cualquier caso, en 1989 el presidente Virgilio Barco aplicó la extradición por vía administrativa, recurriendo a un tratado de 1888.
Narcotráfico y violencia
Como consecuencia de esto, en 1989 Colombia padeció altos niveles de violencia, incrementada por los asesinatos del dirigente comunista José Antequera; de Bernardo Jaramillo Ossa, candidato presidencial de la Unión Patriótica; de Carlos Pizarro Leongómez, candidato presidencial de la Alianza Democrática M-19, y del candidato presidencial Luis Carlos Galán Sarmiento, férreo opositor al narcotráfico y que tenía amplia favorabilidad para ganar las elecciones de 1990. Fueron asesinados también Guillermo Cano, director de El Espectador, Carlos Mauro Hoyos, Procurador General de la Nación, el periodista Jorge Enrique Pulido y más de 4.000 colombianos entre jueces, periodistas, fiscales, policías, etc. También hubo atentados con carros bomba en diferentes ciudades que dejaron cientos de muertos. Igualmente, una serie de secuestros de periodistas y personalidades.
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Todos estos crímenes tuvieron lugar como respuesta a las acciones del Grupo Élite de la Policía, que persiguió a Los extraditables, organización que capturó a Carlos Lehder, que fue extraditado, neutralizó a Rodríguez Gacha, y acorraló a Escobar, que al mismo tiempo enfrentaba una guerra con el Cartel de Cali, grupo que atentó contra el edificio Mónaco en Medellín, residencia de sus familiares.
En 1991, en el gobierno de César Gaviria, se llevó a cabo una Asamblea Nacional Constituyente con el fin de redactar una nueva Constitución. El debate acerca de la extradición se dio en un ambiente marcado por la amenaza constante, debido al asesinato de Diana Turbay y el secuestro de Francisco Santos, lo que hizo que las comisiones votaran en forma secreta el tema de la extradición. El proceso dio como resultado la prohibición de la medida.
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Esto tuvo efectos inmediatos. El más importante fue la rendición de Pablo Escobar y sus lugartenientes que, por intermediación del sacerdote Rafael García Herreros, se entregaron a las autoridades el 19 de junio de 1991 y fueron trasladados a la cárcel llamada La Catedral, construida por el mismo Escobar y de donde escapó el 22 de julio, dejando al descubierto el trato desigual que se suscribió entre el capo y el Estado colombiano, puesto que Escobar pudo continuar delinquiendo desde su prisión.
Escobar desplegó una guerra terrible con carteles antioqueños rivales, como Los Pepes (perseguidos por Pablo Escobar), y con el Cartel de Cali, e incrementó los asesinatos de miembros de la Policía. El Estado respondió con un Bloque de Búsqueda que dio de baja a Escobar el 2 de diciembre de 1993, en Medellín.
Programar Televisión (productora). (1993). [Muerte de Pablo Escobar, diciembre 02 de 1993]. [Noticiero]. Colombia: Programar Televisión. Archivo Señal Memoria BTCX60 063905.
La extradición después de la muerte de Escobar
Después de la muerte de Escobar, el tema de la extradición se mantuvo inmodificable, hasta que bajo la administración de Ernesto Samper y por presiones del gobierno estadounidense, se dio paso a una iniciativa legislativa para reactivarla y ejercer extinción de dominio a los bienes incautados a los narcotraficantes.
Finalmente, en 1997 se modificó el artículo 35 de la Constitución y se abrió la puerta para la extradición de colombianos requeridos por delitos en los Estados Unidos. Con esto, en 1998 se logró la certificación de Colombia como país que luchaba contra las drogas, condición que se había perdido en 1996 y 1997.
La extradición como herramienta jurídica fue desplegada como política antidrogas durante los periodos presidenciales de Álvaro Uribe Vélez (2002 a 2006 y 2006 a 2010) con el plan “Justicia y paz”, que produjo el sometimiento de los paramilitares. De esta manera, la extradición se ha convertido en un asunto prioritario en las relaciones entre Colombia y los Estados Unidos y como herramienta para mantener el orden interno colombiano frente a la violencia que despliegan los narcotraficantes y grupos terroristas.
Autor: Alonso Valencia