
El periodismo, en su esencia, no solo registra eventos; los interpreta, los confronta y, en contextos de violencia, los resignifica como memoria. En un país como Colombia, donde el dolor y la guerra han marcado generaciones, los periodistas han asumido un papel esencial: ser testigos de la historia, y a su vez, ser constructores de un relato colectivo que desafía el olvido.
Ana Cristina Navarro, Jorge Cardona y Olga Behar son ejemplos de cómo el periodismo puede habitar el espacio entre la documentación del presente y la construcción de futuros posibles. Sus trayectorias invitan a reflexionar sobre las dimensiones éticas, filosóficas y sociales de esta labor, especialmente a la luz de los aportes de teóricos como Susan Sontag y Ryszard Kapuściński.
El acto de registrar
Susan Sontag, en Ante el dolor de los demás (2003), plantea que las imágenes del sufrimiento no solo documentan el dolor, sino que lo convierten en un objeto de reflexión. En este contexto, Ana Cristina Navarro, corresponsal de TV Española en Colombia en 1985, lo vivió así mientras cubría, junto a su camarógrafo, los eventos del 6 y 7 de noviembre. Desde la Plaza de Bolívar, fue testigo de la violencia y las contradicciones del operativo militar: el fuego, los tanques y la angustia marcaron esos días.
Navarro no se limitó a registrar la tragedia. Como sugiere Sontag, comprendió que su labor debía trascender el momento. Al llevar esas imágenes fuera de Colombia, aseguró la preservación de una evidencia que desafiaba el discurso oficial. En un país donde el olvido y la impunidad son herramientas del poder, esas imágenes se convierten en dispositivos para eludir el olvido.

Voces en Resonancia: Ana Cristina Navarro. (2024). [Fotograma]. Bogotá D.C. Archivo Señal Memoria, documento sin catalogar.
El periodista como testigo ético
Para Ryszard Kapuściński, el periodista es un testigo con una responsabilidad ética y narrativa. En Los cínicos no sirven para este oficio (2003), afirma que el periodismo no se trata solo de informar, sino de comprender y transmitir la complejidad de los hechos. Jorge Cardona, periodista de El Espectador y editor general de este medio por varios años, ha investigado el caso del Palacio de Justicia con un compromiso excepcional. Aunque en 1985 trabajaba como periodista para Inravisión, gran parte de su carrera la dedicó al periodismo judicial, convirtiéndose en una de las voces más críticas y documentadas sobre los hechos del Palacio.
Cardona ha señalado cómo la decisión del Ministerio de Comunicaciones de suspender las transmisiones en vivo durante la retoma permitió que las acciones militares ocurrieran lejos del escrutinio público. Esta censura, según él, no solo dio paso a una operación militar brutal, sino que también profundizó la desconexión entre la ciudadanía y lo que realmente estaba ocurriendo. En palabras de Kapuściński, “un buen periodista debe ir más allá de los hechos para descubrir las verdades ocultas que subyacen en ellos”. Cardona, al exponer las inconsistencias y los silencios del discurso oficial durante tantos años, no solo documenta el pasado, sino que lo interroga, lo desentraña y lo resignifica.

Voces en Resonancia: Jorge Cardona. (2024). [Fotograma]. Bogotá D.C. Archivo Señal Memoria, documento sin catalogar.
Narrar el conflicto desde lo humano
En Noches de humo, Olga Behar reconstruye los hechos del Palacio de Justicia desde un enfoque que combina el rigor periodístico con una dimensión humana. Behar se distancia de las narrativas oficiales al interrogar las versiones de todos, de guerrilleros, militares, civiles y familiares de las víctimas, mostrando cómo todos los actores involucrados estuvieron marcados por contextos históricos y sociales complejos.
No obstante, Behar es clara al señalar que humanizar no implica equiparar responsabilidades. Aunque reconoce los errores del M-19, enfatiza que el Estado tenía un deber constitucional de proteger la vida y respetar los derechos de los rehenes. "El M-19 era una organización ilegal, pero el Estado debía actuar bajo los principios de la Constitución", afirma. Desde esta perspectiva, Behar critica cómo los discursos oficiales han diluido estas diferencias, perpetuando una narrativa que invisibiliza las fallas del poder estatal.
Desde este punto de vista, el periodismo tiene la responsabilidad de cuestionar las estructuras que sustentan la violencia, ofrecer una visión crítica y contribuir a la construcción de una memoria más completa y reflexiva sobre los hechos. Desde las imágenes, las narrativas históricas hasta las investigaciones, el periodismo ha demostrado ser una herramienta clave para entender no solo lo que sucedió, sino también imaginar el futuro que deseamos como sociedad.

Voces en Resonancia: Olga Behar. (2024). [Fotograma]. Bogotá D.C. Archivo Señal Memoria, documento sin catalogar.
Apuntes finales
La Comisión de la Verdad documentó más de 190 asesinatos de periodistas entre 1986 y 2021, además de cientos de amenazas, persecuciones y exilios. En este contexto, el periodismo no solo registra hechos; enfrenta riesgos, desafía al poder y defiende la memoria en un país donde esta ha sido constantemente amenazada. En palabras de Kapuściński, “un periodista debe estar del lado de quienes sufren”.
Aunque este texto se ha centrado en las trayectorias de Ana Cristina Navarro, Jorge Cardona y Olga Behar, su labor no puede comprenderse plenamente sin reconocer el trabajo de otros periodistas que, desde diferentes enfoques, han contribuido a esclarecer lo ocurrido en el Palacio de Justicia. Figuras como Germán Castro Caycedo, Ignacio Gómez, Ramón Jimeno o Daniel Coronell, entre otros, han aportado investigaciones y registros que enriquecen nuestra comprensión de los hechos.
Cada uno, con su estilo particular, ha tejido un relato que honra la justicia, desafía las versiones oficiales y preserva la memoria. La voz de Alfonso Reyes Echandía, clamando por el cese al fuego desde la radio, resuena aún como testimonio del poder del periodismo en medio de la tragedia.
Es así que, el periodismo, como puente entre el pasado y el presente, nos recuerda que cada relato preservado es una victoria contra el olvido, y que la búsqueda de justicia y verdad sigue siendo una tarea inacabada.