Durante la década de 1960 la televisión en Colombia continuó destacándose por su carácter cultural. Las parrillas de programación incluían segmentos educativos, noticiosos, religiosos, telenovelescos y de comedia. Esa variación permitió que a los televidentes llegara información variada que representaba características que fomentaban la construcción de la identidad nacional del momento, una que no solo se alimentaba por lo que dijeran otros medios de comunicación, sino también por lo que se podía apreciar por medio de la “caja mágica”.
De aquellos años sesenta quedan diversos registros que nos dan pistas para conocer qué se presentaba en televisión y cómo ello motivaba el sentimiento de pertenencia a nuestro país. Detengámonos, por ejemplo, en el Boletín de Programas de un viernes de noviembre de 1965, que se conserva en la Biblioteca Nacional de Colombia:
7:58 Presentación de planta.
8:00 Practique su inglés.
8:15 Educación Escolar Televisada.
11:00 Cierre.
12:42 Presentación de planta.
12:45 T.V. Mundo.
13:45 Diario cultural T.V.
13:55 Cierre.
14:10 Educación Escolar Televisada.
15:00 Cierre.
17:52 Presentación de planta.
17:55 Momentos de la Historia.
18:10 Mensaje a las madres.
18:25 La vida privada.
18:55 La comedia.
19:25 El Minuto de Dios.
19:30 El mundo al vuelo.
19:45 Puntos de vista.
20:05 Estrellas de “Palmolive”.
20:35 El progreso nacional.
20:50 Yo y tú “Nescafé”.
21:20 “Even” regala.
21:35 Humoradas.
21:50 El Parlamento al día.
22:05 Noticiero.
22:20 Los intocables.
23:20 Cierre.
Televisión para educar
Como se puede apreciar, el programa que más ocupaba la parrilla era Educación Escolar Televisada, pues se presentaba de lunes a viernes por alrededor de cuatro horas diarias. La televisión educativa fue inaugurada en 1961, mientras Alberto Lleras Camargo gobernaba al país como primer presidente durante el Frente Nacional. En el Archivo Señal Memoria conservamos la transmisión que dio inicio a ese formato. En el siguiente fragmento se puede observar a Fernando Restrepo Suárez, director de la Televisora Nacional en el momento.
Radiotelevisora Nacional de Colombia (productor). (1961). [Inauguración de la Televisión Educativa]. Bogotá: Radiotelevisora Nacional de Colombia. Archivo Señal Memoria, UMT-207264.
Como Restrepo lo comentó, la televisión educativa buscaba ser un “medio poderoso de divulgación cultural”. Para que ello fuera posible, el Ministerio de Comunicaciones, el Ministerio de Educación y la Universidad Nacional se unieron con el propósito de planear los contenidos de los programas. No solamente los hacían enfocados a los estudiantes, sino que también destinaban espacios en la programación para brindar orientación a los docentes, pues se trataba de un instrumento que también se utilizaba en las escuelas. De ese modo, por ejemplo, se dictaron clases de ciencias naturales con anfibios vivos que se podían ver a través de la “caja mágica”.
De acuerdo con el discurso que pronunció el entonces ministro de comunicaciones Martín Leyes, el día de la inauguración de la televisión educativa, esta tenía la intención de cumplir con el compromiso de “erradicar de la realidad colombiana ese tremendo y obstinado mal que ha sido el analfabetismo”. Por esa misma vía, lo que se pretendía era sacar a las personas de la “ignorancia”, mostrando que los conocimientos podían hacer que los individuos fueran “cultos” en un país en el que el 27% de las personas no sabían leer ni escribir, de acuerdo con el Departamento Administrativo Nacional de Estadística.
Conexión con los telespectadores
Se promovía el sentimiento de unidad nacional teniendo como guía la importancia de aproximarse a los libros y las ciencias. La televisión era un instrumento para lograrlo. A ese propósito se sumaron otros programas como El mundo al vuelo, un noticiero patrocinado por Avianca que se empezó a emitir en 1957. Este tenía como presentador a Julio Pinzón y fue ganador del galardón a “Mejor programa informativo” en los Premios Nemqueteba que se celebraban para reconocer el talento de la televisión en Colombia. Por medio de ese programa, los colombianos podían conocer qué estaba ocurriendo en otras partes del planeta, lo que permitía presentar a Colombia como una unidad frente a los demás países. Además de ello, en el noticiero se llevaban a cabo concursos como cuando en 1965, en conjunto con el diario El Tiempo, se rifó un viaje a la Vuelta de la Juventud, una competencia ciclística que se llevaba a cabo en México.
Los concursos no solamente se llevaron a cabo en El mundo al vuelo, sino en más programas de la televisión colombiana como El lápiz mágico en el que así mismo se recibían cartas de los televidentes. En ese sentido, no solamente se tenía a la televisión como emisora de la información, sino que se buscaban estrategias para comunicarse con la teleaudiencia, lo que mostraba su interés por saber quiénes veían la programación. Otra forma de conectar con las personas era a través de las series o telenovelas. Uno de los casos más representativos es el de Yo y tú, una comedia que se transmitió entre los años cincuenta y setenta. Los televidentes se podían sentir identificados con lo que allí se mostraba, pues representaban situaciones de la cotidianidad entre amigos y familiares. Así, se asociaba a las actitudes que representaban la “colombianidad”.
Televisión y eventos internacionales
En adición a la televisión educativa, a los noticieros y a las series, la “caja mágica” transmitió eventos de relevancia internacional. Fernando Restrepo Suárez recuerda tres en específico: la visita de John F. Kennedy a Colombia en 1961, la del papa Pablo VI en 1968 y la llegada de los humanos a la Luna en 1969. Respecto a la primera, Restrepo resalta que se trató de un cubrimiento desde que el mandatario se bajó del avión hasta que se volvió a subir. La entonces Televisora Nacional dispuso su móvil y sus pesadas cámaras para mostrarles a los colombianos los detalles del encuentro diplomático. Se trató de un momento para impulsar la “Alianza para el Progreso”, con la que se buscaba el desarrollo económico en América.
En cuanto a la visita del papa Pablo VI, su transmisión por Inravisión es un reflejo de los estrechos lazos con la Iglesia Católica en la década de 1960. No solo se hablaba de la espiritualidad en el programa El minuto de Dios, sino en las ocasiones en las que fuera posible. Con su llegada, el pontífice buscó promover la justicia, la caridad y el afecto en los “pueblos de América” como se aprecia en el siguiente fragmento de aquel Congreso Eucarístico Internacional.
Instituto Nacional de Radio y Televisión (productor). (1968). XXXIX Congreso Eucarístico Internacional. Bogotá: Inravisión. Archivo Señal Memoria, UMT-205014.
La llegada de los humanos a la Luna fue transmitida por la televisión colombiana gracias a la programadora RTI. Fue una noche en la que las familias pudieron reunirse junto a la “caja mágica” para apreciar uno de los avances de la ciencia, sin conocer toda la técnica que fue necesaria para que esas imágenes llegaran a las casas. Esas innovaciones permitieron que los telespectadores estuvieran al tanto de grandes sucesos de la historia.
Así, los colombianos se unieron tanto en torno a la ciencia, a la educación, a los preceptos del catolicismo y a las representaciones de la nación. La televisión era un medio para llegar a la mayor cantidad de personas posible, pero eso no las alejó de aglomerarse en las calles. Dos ejemplos de ello son justamente la visita del papa Pablo VI que reunió a cientos de feligreses y la reinauguración de la Plaza de Bolívar en julio de 1960. Este último evento fue registrado por el departamento de cine de la Radiodifusora Nacional de Colombia.
Radiotelevisora Nacional de Colombia (productor). (1960). Inauguración de la Plaza de Bolívar. Bogotá: Radiotelevisora Nacional de Colombia. Archivo Señal Memoria, C1P-241629.
Por Laura Lucia González