Retratos virreinales en la Nueva Granada: la ostentación del poder. | Señal Memoria

Retratos virreinales en la Nueva Granada: la ostentación del poder.
Publicado el Mar, 26/10/2021 - 08:06
Retratos virreinales en la Nueva Granada: la ostentación del poder.

A partir de 1739, el territorio de la Nueva Granada se reinstauró oficialmente como un virreinato (sumándose a Nueva España y Perú), con capital en Santafé. Su poder se representó por medio de la arquitectura, las fiestas públicas y el arte, pero especialmente los retratos. Este género pictórico exhibió la imagen de los virreyes como figuras centrales de autoridad valiéndose de una serie de elementos simbólicos y compositivos que analizaremos en este texto gracias a los registros de los programas Colombia monumental  y Memoria: 200 años de vida bogotana que conserva el Archivo Señal Memoria.

El nuevo virreinato

Tras la guerra de sucesión desatada a causa de la muerte del enfermo Carlos II y de la inexistencia de un heredero, la casa real de Borbón se posicionó como regidora de la Corona española (en reemplazo de la Habsburgo). El nuevo rey, Felipe V (nieto de Luis XIV de Francia), reorganizó la administración de los territorios transatlánticos y creó una tercera sede virreinal en Nueva Granada, con capital en Santafé de Bogotá. En agosto de 1739, el monarca español firmó la cédula real que instauraba de forma definitiva el virreinato (fundado inicialmente en 1717), que incluía los territorios de los actuales estados de Panamá, Colombia, Venezuela y Ecuador. Unos meses después, tomó posesión el virrey Sebastián de Eslava.

La llegada de los Borbones a América no solo significó un cambio de enfoque político y económico de los dominios coloniales, sino que representó la llegada de una nueva estética afrancesada, que se plasmó con particularidad en la práctica del retrato oficial. De esta forma, de un retrato con fines histórico-conmemorativos (propio de los siglos XVI y XVII), se pasó a una imagen que buscaba exhibir u ostentar el poder de las élites virreinales a través de recursos simbólicos y compositivos orientados a dicho propósito. 

Este cambio en la temática y en el sentido de la pintura neogranadina se menciona en el programa Memoria: 200 años de vida bogotana, dirigido por Jorge Alí Triana en 2010, transmitido por Señal Colombia y conservado por Señal Memoria.

 

Triana, Jorge Alí (Director). (2010). Memoria: 200 años de vida bogotana. [Serie documental] [La pintura en Bogotá]. Colombia: Alcaldía Mayor de Bogotá. Archivo Señal Memoria, DV-260857 CLIP 1

 

Retrato de José Alfonso Pizarro. Extraído de: Ulloa Rivera, Adriana (Directora). (1997). Colombia monumental. [Serie documental] [Casa de las aulas]. Colombia: Inravisión-Señal Colombia. Archivo Señal Memoria, BTCX30 010788

Retrato de José Alfonso Pizarro. Extraído de: Ulloa Rivera, Adriana (Directora). (1997). Colombia monumental. [Serie documental] [Casa de las aulas]. Colombia: Inravisión-Señal Colombia. Archivo Señal Memoria, BTCX30 010788

 

Las imágenes coloniales de este período no sólo tenían la capacidad de informar y de generar placer estético, sino, en mayor medida, de reflejar el imaginario de la monarquía hispánica, esto es: cómo quiso ser vista y qué imagen quería proyectar desde la península hacia América. En este orden de ideas, es apropiado interpretar que los retratos cumplían la función de hacer presente el poder real mediante la imagen de su gobernante legítimo al otro lado del Atlántico: el virrey. 

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Gutiérrez Mangel, Joaquín. Retrato del virrey José Solís Folch de Cardona. Extraído de: Triana, Jorge Alí (Director). (2010). Memoria: 200 años de vida bogotana. [Serie documental] [La pintura en Bogotá]. Colombia: Alcaldía Mayor de Bogotá. Archivo Señal Memoria, DV-260857 CLIP 1

Gutiérrez Mangel, Joaquín. Retrato del virrey José Solís Folch de Cardona. Extraído de: Triana, Jorge Alí (Director). (2010). Memoria: 200 años de vida bogotana. [Serie documental] [La pintura en Bogotá]. Colombia: Alcaldía Mayor de Bogotá. Archivo Señal Memoria, DV-260857 CLIP 1

 

Identificaciones de poder

El poder neogranadino estaba dominado por los españoles peninsulares, destinados a ocupar los cargos administrativos más importantes, como el de virrey. A través de la pintura, se logró afirmar la autoridad de esta figura y dejar constancia de la misma. Con el establecimiento del virreinato, los retratos de tipo cortesano se hicieron cada vez más importantes en el medio artístico, donde se destacaron Joaquín Gutiérrez y Pablo Antonio García. Estos autores representaron a altos miembros del clero y de la sociedad civil santafereña (como el Marqués de San Jorge), y a ellos se les atribuye la mayor parte de obras virreinales de esta etapa.

En el programa Colombia monumental, transmitido por Señal Colombia durante 1997, la historiadora y guía del Museo de Arte Colonial de Bogotá, Nora Agudelo, cuenta la relevancia de los símbolos en este tipo de cuadros para transmitir el poder de los virreyes. 

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Ulloa Rivera, Adriana (Directora). (1997). Colombia monumental. [Serie documental] [Casa de las aulas]. Colombia: Inravisión-Señal Colombia. Archivo Señal Memoria, BTCX30 010788.

 

La forma compositiva de representar a estos personajes de la élite se basó en modelos españoles y franceses previamente establecidos, con una iconografía reconocible y fiel a esos parámetros europeos. Se evidencia la repetición de ciertos elementos en todos los retratos. En primera instancia, los cuadros muestran a los protagonistas de pie, hasta la cadera, en posición de medio perfil y siempre su mirada se dirige fijamente hacia el espectador. Sobresale la presencia de un cortinaje de terciopelo rojo puesto en diagonal, para darle sentido solemne a la escena. La cortina está enmarcada en un fondo monocromático que permite que resalte la figura individual del retratado junto con sus rasgos físicos.

 

Retrato de Pedro Mesía de la Cerda. Extraído de: Ulloa Rivera, Adriana (Directora). (1997). Colombia monumental. [Serie documental] [Casa de las aulas]. Colombia: Inravisión-Señal Colombia. Archivo Señal Memoria, BTCX30 010788

Retrato de Pedro Mesía de la Cerda. Extraído de: Ulloa Rivera, Adriana (Directora). (1997). Colombia monumental. [Serie documental] [Casa de las aulas]. Colombia: Inravisión-Señal Colombia. Archivo Señal Memoria, BTCX30 010788

 

Si bien se sigue un estilo naturalista, es decir, con la intención de imitar el aspecto natural del personaje, la presencia de símbolos o motivos iconográficos es imprescindible para identificar al sujeto representado. Entre estos, podemos mencionar el bastón de mando en la mano derecha, los guantes de seda blancos, la peluca y un sombrero sobre la mesa (en la que también pueden reposar otros objetos como tintero, bastón o tiara en el caso de los arzobispos), elementos distintivos de estos gobernantes. Otro de los motivos característicos es el escudo heráldico, un emblema que legitimaba el poder que ostentaba el personaje en cuestión a partir de la referencia a un linaje de tipo nobiliario fundamentado en sus apellidos. Finalmente, también es repetitivo el modelo de vestimenta de las cortes borbónicas del siglo XVIII: camisa roja y casaca o chaqueta azul acompañada de bordados de hilo dorado. En el caso del virrey Solís (imagen 2), por ejemplo, el traje incluye la Cruz de Alcántara bordada en la casaca, que alude a su pertenencia a esta orden militar española. 

Los retratos no solo dan testimonio histórico de cada uno de los virreyes que tuvo la Nueva Granada hasta principios del siglo XIX, sino que demuestran cómo se fue desarrollando una imagen ideal de la monarquía española y la forma de gobernar a los súbditos. La figura del virrey en estas imágenes nos ratifica los valores políticos y morales del estado: autoridad absoluta, grandeza, justicia, catolicidad y majestuosidad.

 


Autor: Luis Felipe Núñez

 

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Fecha de publicación original Mar, 26/10/2021 - 08:06