Pintura colonial del siglo XVI | Señal Memoria

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Publicado el Mié, 18/08/2021 - 09:24 CULTURA Y SOCIEDAD
Pintura neogranadina del siglo XVI: colonizaciones estéticas

En el siglo XVI, el incipiente proceso de colonización propició la llegada de una nueva forma de comunicación visual en el actual territorio colombiano, que en ese entonces era denominado Nuevo Reino de Granada. Las primeras imágenes del arte neogranadino tuvieron la función de apoyar el proceso histórico de la evangelización, así como visibilizar y consolidar la cultura renacentista que se identificaba con los ideales del humanismo europeo. De esta manera, y gracias a los documentos catalogados por Señal Memoria, analizaremos dos ejemplos de la pintura colonial: la “Virgen de Chiquinquirá” de Alonso de Narváez y las pinturas murales de la Casa de Juan de Vargas, en Tunja.

Nuevos lenguajes, nuevas funciones

A través del especial de la Historia del Arte desde el Archivo Señal Memoria, hemos conocido algunas de las manifestaciones artísticas más relevantes producidas en el contexto de las  sociedades prehispánicas, como las obras rupestres, cerámicas y orfebres. En el transcurso del siglo XVI, los procesos históricos conocidos como conquista y colonización de América, generaron un nuevo lenguaje visual y estético en lo que se conoció como el Nuevo Reino de Granada, que corresponde, aunque de forma inexacta, a lo que actualmente es Colombia. 

La colonización por parte de los europeos significó la instauración de un nuevo sistema cultural regido por la Monarquía Hispánica, un sujeto político con aspiraciones de expansionismo territorial, y principal bandera del catolicismo contra los reformistas y los musulmanes. En ese contexto, la pintura colonial del siglo XVI estuvo estrechamente vinculada con el propósito de evangelizar a las comunidades nativas. El primer arte neogranadino fue heredero del clasicismo, un estilo asociado con el fenómeno cultural del Renacimiento, pero que devino, con el paso del tiempo, en modos manieristas y barrocos. 

 

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Las funciones más importantes de las imágenes coloniales fueron enseñar valores y virtudes de la fe cristiana, así como dar a conocer ciertas doctrinas y figuras de veneración, por ejemplo, la de la Virgen María. Acercar el evangelio tanto a indígenas como a españoles y criollos requería de un proceso controlado y regulado en la producción artística; una atención especial en los comitentes de las obras y en los artistas que las ejecutaban.

Teniendo en cuenta que la Nueva Granada no fue uno de los principales centros de poder (sí Perú y Nueva España), la creación de imágenes se llevó a cabo de forma paulatina. En la segunda mitad del siglo XVI, sobresale la obra de la Virgen del Rosario de Chiquinquirá, pintada por Alonso de Narváez, uno de los nombres más conocidos en la historiografía del arte colonial.

Detalle Nuestra Señora de Chiquinquirá. Nagles, Hermógenes (Director)

Narváez, Alonso. Detalle Nuestra Señora de Chiquinquirá. Nagles, Hermógenes (Director). (1998). Reportaje a Colombia. [Serie documental] [Chiquinquirá]. Colombia: Inravisión-Señal Colombia. Archivo Señal Memoria, BTCX30-011116

 

Narváez fue un pintor sevillano que se estableció en Tunja pocos años después de haberse fundado la ciudad en 1539. Aunque se conoce muy poco sobre su vida, su obra pictórica alcanzó fama y devoción.

En concordancia con la función evangelizadora de la imagen colonial, al pintor andaluz le fue encargada, por parte de Antonio de Santana (encomendero de Suta), una obra sobre la Virgen del Rosario para ser expuesta en una capilla local. El cuadro de Narváez, pintado al temple sobre manta de algodón, representa la figura central de la Virgen, quien señala al niño Jesús que reposa en sus brazos como camino de salvación. María aparece acompañada de san Antonio de Padua (a la izquierda) y del apóstol san Andrés (a la derecha), aunque estos no interactúan con la protagonista. En un fondo plano y monocromático, que suscita una ambientación sagrada, los personajes están distribuidos de manera frontal y estructurada, cada uno de ellos dotado con atributos y pigmentos distintivos; además, visten ropajes que les proporcionan volumen escultórico.

Debido al notorio empeoramiento de la imagen por distintas condiciones climáticas, la pintura se trasladó a Chiquinquirá en donde una mujer devota, María Ramos, cuidó de ella. Cuenta la leyenda que, atendiendo a las súplicas de la mujer, la pintura se renovó y levitó. Gracias a un fragmento del programa, “Reportaje a Colombia”, transmitido por Señal Colombia en 1998, podemos apreciar más en detalle la obra.

 

Nagles, Hermógenes (Director). (1998). Reportaje a Colombia. [Serie documental] [Chiquinquirá]. Colombia: Inravisión-Señal Colombia. Archivo Señal Memoria, BTCX30-011116

 

El milagro relatado generó que la imagen de la Virgen de Chiquinquirá adquiriera gran reconocimiento en todo el territorio neogranadino y que fuera una de las herramientas más populares de evangelización y devoción, en especial, por parte de la orden de los dominicos.

Nuevos espacios, nuevas identidades

En el arte neogranadino del siglo XVI, la pintura mural tuvo un protagonismo notorio. Este tipo de manifestación estética no solo se plasmó en iglesias doctrineras, al servicio de la evangelización, sino también en espacios particulares o privados. Sobresale la casa de don Juan de Vargas, quien salió de España en 1585 para llegar a Tunja y ocupar el cargo de escribano real hasta su muerte en 1620.

 

Detalle de pintura mural. Júpiter.

Detalle de pintura mural. Júpiter. Extraído de: Angulo, Antonio. (Director). (2000). Patrimonio. [Serie documental] [Cap. Tunja]. Colombia: Inravisión-Señal Colombia. Archivo Señal Memoria, BTCX30-012967.

 

La Casa del Escribano, residencia de Vargas, data de finales del siglo XVI. La particularidad del lugar radica en que cuenta con un valioso conjunto de pinturas murales que se distinguen en el contexto artístico de la época. Cabe señalar que estas fueron restauradas posteriormente por el pintor Luis Alberto Acuña en 1952.

Las obras han sido objeto de múltiples interpretaciones a lo largo del tiempo, su estilo manierista sugiere una relación con el Renacimiento europeo. Esto quiere decir que se evidencia una coexistencia armoniosa de figuras paganas o mitológicas con símbolos y personajes cristianos; en donde, además, los animales, árboles, flores y frutos cumplen funciones alegóricas. En el programa “Patrimonio”, transmitido por Señal Colombia en el año 2000 y dirigido por Antonio Angulo, se muestran imágenes de la casa y algunas de sus maravillosas pinturas.

 

Insertar video. Angulo, Antonio. (Director). (2000). Patrimonio. [Serie documental] [Cap. Tunja]. Colombia: Inravisión-Señal Colombia. Archivo Señal Memoria, BTCX30-012967.

 

Aunque Juan de Vargas vivía en Tunja, su conexión con Europa se mantenía a través de sus libros y grabados, que parecen haber sido la fuente de inspiración para escenificar su espacio privado. Para personajes como Vargas o Juan de Castellanos (al que se le atribuye la autoría intelectual del conjunto iconográfico) estas imágenes les permitían reconocerse, reubicarse y diferenciarse a través del entramado simbólico cristiano, humanista o renacentista que habitaban; una exposición de su poder y su conocimiento hegemónicos en un nuevo espacio político del que debían apropiarse no solo desde lo militar sino también desde lo cultural.

Respecto al grupo iconográfico y a su estilo pictórico, las pinturas más llamativas se encuentran en el salón principal de la casa, ubicado en el segundo piso. En el techo, se muestran secuencias y escenas de tipo mitológico: la representación de Minerva, diosa de la sabiduría; de Júpiter, deidad principal; y de Diana, la diosa de la cacería. Estas figuras se pintaron de forma alargada y serpenteante, rompiendo el canon clásico de representación corporal que se manifestaba en los primeros años del renacimiento y tornándose manierista. En efecto, este último se caracterizó por ser una reacción a la belleza proporcionada y armoniosa; se centró en la búsqueda de lo artificioso y lo deformado como un nuevo lenguaje estético del cuerpo humano.

 

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En el siguiente fragmento del mismo programa, podemos observar más imágenes de las pinturas.

Angulo, Antonio. (Director). (2000). Patrimonio. [Serie documental] [Cap. Tunja]. Colombia: Inravisión-Señal Colombia. Archivo Señal Memoria, BTCX30-012967.

 

La casa es actualmente un museo en donde se exhiben diferentes piezas de la cultura material colonial. Asimismo, se realizan talleres y visitas guiadas.

A pesar de que el proceso de colonización generó un nuevo paradigma en la cultura visual, las imágenes coloniales, al igual que las prehispánicas, mantuvieron sus efectos devocionales y sus atributos sobrenaturales en las sociedades que habitaban la actual Colombia.


Autor: Luis Felipe Núñez.

 

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Fecha de publicación original Mié, 18/08/2021 - 09:24

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