Ficha Técnica
Naufragio por sobrecarga
Durante el gobierno del general Gustavo Rojas Pinilla, el 28 de febrero de 1955, por motivos que aún se desconocen, naufragó la nave ARC Caldas, la versión oficial dice que se debió a una tormenta, pero el testimonio del único sobreviviente surgió tiempo después afirmando que se hundió debido a que llevaba sobrecarga. En ella iban televisores, neveras y otros electrodomésticos.
Es importante resaltar que en el artículo El gobierno de Rojas y la inauguración de la televisión: imagen política, educación popular y divulgación cultural, se señala que en “1957 salieron a relucir los métodos poco ortodoxos que el gobierno utilizó para cumplir efectiva y rápidamente con el número de televisores necesarios manteniendo el precio adecuado que requerían para cumplir sus deseos de popularizar el servicio.” Entre los que se incluyen algunos sobornos por parte de Phillips S.A al Banco Popular.
El sobreviviente
El hundimiento provocó que ocho personas cayeran al mar y que la mercancía se perdiera en las profundidades. De los ocho marineros solo uno sobrevivió. En la serie de crónicas que con el tiempo darían lugar al libro Relato de un Náufrago, se cuenta que el marinero Luis Alejandro Velasco estuvo diez días en una balsa en el mar, sin agua dulce y sin comida a la mano. En el mismo libro escrito por Gabriel García Márquez para El Espectador, se narra que debido al hambre el marinero intentó arrancar tiras de caucho de sus zapatos para comerlas. También que, ante la deshidratación y el calor, se vio forzado a tomar agua salada. Finalmente, al décimo día arribó a tierra firme.
A continuación se observa un fragmento de la entrevista que le hicieron al exmarinero Jaime Torres sobre el tema.
Esos diez días bastaron para marcar la vida de Luis Alejandro Velasco y trazaron un hito en la historia del país: el calor de los días, el frío de las noches, kilómetros y kilómetros de agua, una balsa a merced de las olas, la tristeza de perder a sus compañeros, los esfuerzos por aferrarse a la vida, lograr llegar a tierra firme y contar su relato. La vida de Luis Alejandro Velasco quedó marcada por esos momentos.
Por: Simón Wohlgemuth