Ficha Técnica
Desde 1985, el Farm Animal Rights Movement (FARM) ha promovido este día como una campaña para eliminar el consumo de carne. Enfatiza que a quienes la apoyan “les preocupa la crueldad hacia los animales, la amenaza a la salud pública y la devastación ambiental vinculados con la producción y el consumo intensivo de carne”.
Antes el FARM era Farm Animal Reform Movement, su nombre indicaba una vocación reformista y, aunque sus acciones han estado desde el principio dirigidas a la liberación animal, su campaña del MeatOut es, como lo expresan, una “petición modesta”, la de que solo por un día no se consuma carne.
Por supuesto no se trata literalmente de ello, sino de la oportunidad para que muchas personas comiencen a cuestionar su consumo, a la vez que exploran otras formas de dieta con beneficios para la salud, el ambiente y las especies violentadas. Sin embargo, esta búsqueda podría llevar solamente a una reforma para tener una industrial más sostenible, saludable y menos violenta.
Siguiendo a Iván Darío Ávila, el reformismo en lo que a la violencia especista se refiere, equivale a la posición bienestarista, donde se continúa la explotación animal intentando conciliarla con el “bienestar” de las especies que se usan como fuerza de trabajo o mercancía. Por el contrario, las posiciones abolicionistas abogan por terminar con el dominio de raíz. De ahí el cambio de nombre de FARM, pues la lucha política por los derechos de los animales implica su reconocimiento como seres sintientes (y no cosas), es decir, reconocer la vida de seres conscientes que quieren vivir.
El dominio de la naturaleza
Desde una crítica animalista y ecologista, Jorge Riechmann señala que el problema de fondo es precisamente la dominación sobre otras especies animales y vegetales, pues como humanidad nos hemos arrogado el derecho a ocupar y disponer de todo. Esta idea del dominio de la “naturaleza” (donde nuestra especie no es “natural”) ha venido de la mano de la del progreso.
Dominar nos sienta mal, dice, pues es por todos lados contraproducente, basta con ver los efectos climáticos y la hiperracionalización de los mataderos. En el contexto del capitalismo reformar se convierte en una ilusión que nos aleja de ver la raíz de los efectos ambientales y morales de nuestras economías.
“El capitalismo se basa en el resorte básico de comprar barato y vender caro, a todos los niveles (…) (por ejemplo, intentado pagar la fuerza de trabajo solo al coste de reposición; o usando recursos naturales que solo se valoran a coste de extracción; o tratando a seres vivos sensibles e inteligentes como mera materia prima industrial). Basta reparar en esta dinámica para poner entre paréntesis todos los supuestos progresos que realizamos bajo el capitalismo”.
Reflexiones como esta son las que desde los años noventa han influído en la conformación de colectivos y organizaciones que luchan por la liberación animal en Colombia, como Resistencia Natural (REN), dos de sus miembros fueron entrevistados para la Sub 30 en 2006 y hoy lo rememoramos:
Por: Camilo Fernández