Ficha Técnica
Héctor Mora visita Jamaica, una hermosa isla en el Caribe destacada por su música reggae y sus playas paradisíacas. Sin embargo, su conexión con el rastafarismo y el consumo de marihuana ha capturado la atención mundial. Para los rastafaris es conocida como ganja o "hierba sagrada", es central en su religión y forma parte integral de su identidad espiritual y cultural.
El rastafarismo es una religión surgida en Jamaica a principios del siglo XX que tiene sus raíces en la resistencia y lucha contra la opresión de los afrodescendientes en la isla. Los rastafaris creen en la divinidad del emperador Haile Selassie I de Etiopía, a quien consideran la encarnación de Dios y el Mesías. Para adorarlo utilizan la marihuana bajo un profundo significado espiritual y la conciben como una planta sagrada mencionada en la Biblia.
Para los rastafaris, la marihuana es una herramienta para la meditación, la conexión espiritual y la elevación de la conciencia. Ellos creen que fumar marihuana les ayuda a acercarse a Jah (Dios) y a experimentar una mayor comprensión de sí mismos y del mundo que los rodea. La hierba sagrada se consume en rituales religiosos y en momentos de comunión entre los fieles.
Además de su dimensión espiritual, la marihuana también tiene una importancia cultural para los rastafaris pues la consideran una planta medicinal y la utilizan para aliviar dolores y afecciones físicas. Junto a esto, creen que la ganja purifica el cuerpo y la mente, permitiendo una conexión más profunda con la naturaleza y la esencia divina.
En este contexto, Jamaica desempeña un papel fundamental en la cultura rastafari. Es considerada la tierra prometida y el lugar de origen de la religión. La música reggae con íconos como Bob Marley ha sido una poderosa herramienta para difundir las enseñanzas rastafaris y el mensaje de amor, paz y justicia social. En muchas de las canciones reggae, se menciona y se celebra el consumo de marihuana como una forma de conexión espiritual y resistencia contra la opresión y esto es lo que evidencia Héctor Mora en el siguiente fragmento de El Mundo al Vuelo.
Autora: Valentina Mena
