Ficha Técnica
En 1984 el equipo de producción de la serie Yuruparí, arte tradicional popular, producida por Audiovisuales y Focine, visitó Pasto (Nariño), donde filmó la versión anual del Carnaval de la ciudad.
El documental producido se tituló Negritos y blanquitos en carnaval, con la dirección de Gloria Triana, dirección de fotografía de Jorge Riaño, foto fija de Jorge Mario Munera, cámara de Jorge Cifuentes, producción Juan Fernando Gutiérrez y Alberto Amaya y la narración de Vicky Hernández. En 1984 la serie Yuruparí se emitió semanalmente los sábados a las 9:30 pm por el canal 7 de la televisión nacional.
Negritos y Blanquitos en carnaval muestra cómo en 1984 las carrozas del carnaval representaron mitos y leyendas tradicionales de Nariño, señalando de qué manera las tradiciones de los artesanos de Pasto están relacionadas con las temáticas de carrozas, disfraces y máscaras que anualmente desfilan por las calles de la ciudad.
Con este propósito, el equipo de Yuruparí entrevistó artesanos que ese año hicieron sus carrozas inspiradas en leyendas como La Tunda, los poderes del Yagé (planta medicinal cuyas propiedades son explicada por Miguel Chindoy, curandero Kamsá del alto Putumayo) y el Cuy, roedor que hace parte de la gastronomía nariñense.
Los registros de grupos artísticos y musicales provenientes de la costa del Pacífico, sirven para subrayar los orígenes lejanos del Carnaval en la sociedad esclavista colonial.
Junto con las bandas musicales que tocan al son de La Guaneña y otros aires de moda, el documental presenta la manera como se desenvuelve diariamente el Carnaval, sus comparsas y personajes, comenzando con la llegada de la familia Castañeda, y plasmando un valioso registro del paisaje urbano y humano de Pasto, a mediados de la década de 1980, el cual deja traslucir la alegría del Carnaval, el ingenio y habilidad de los artesanos, y el brillo del carnavalito y los desfiles.
Negritos y blanquitos en carnaval relata cómo el Carnaval rompe barreras sociales y étnicas durante su celebración, puesto que al pintarse la cara con cosméticos sus participantes logran una igualdad simbólica en la fiesta. En las calles de Pasto pueden verse “indios pintados de negros, negros pintados de negro, todos negros, todos igual, no se respeta a nadie, incluyendo al camarógrafo”.
Al finalizar las celebraciones del Carnaval, todo vuelve al orden convencional y cotidiano y como señala la narración de Vicky Hernández, hay que esperar un año para que llegue una nueva edición del evento y que todos los participantes “vuelvan a ser de un mismo color e iguales”.
Autor: Antonio Ochoa
