Por su composición potencialmente diversa y por su lugar en el equilibrio de poderes, se suele decir que el Congreso es la entidad llamada a encarnar la democracia. De ahí que no solo sea importante la elección de sus integrantes, sino también conocer las maneras que ha adoptado. Una historia que nos demuestra que la democracia es un propósito en permanente construcción.
Los tiempos del voto restringido
Desde el inicio de la vida constitucional del país en 1821, el Congreso colombiano ha sido bicameral. Al igual que en el caso del presidente, los congresistas eran elegidos por asambleas electorales nombradas por los ciudadanos de cada provincia: varones mayores de 21 años que supieran leer y escribir o que no dependieran económicamente de otra persona. No fue sino hasta la Constitución de 1863 cuando se diferenció la representación política de cada entidad (a la manera norteamericana, el Senado representaba a los estados y la Cámara de Representantes al pueblo), dejando a cada sección del país sus propias reglas de elección.
Gaitán, Jorge Eliécer. (1947). [Invitación a votar en las elecciones legislativas de 1947]. Colombia: Radio Nacional. Archivo Señal Memoria
La Constitución de 1886 delegó la elección de los senadores en las asambleas departamentales y la de los representantes en el voto directo de los ciudadanos, aunque entre 1911 y 1931 las asambleas departamentales nombraron un colegio electoral encargado de elegir al Senado. Desde 1937 se eliminaron los requisitos de ingresos o educación para que todos los hombres pudieran votar y desde 1947 el Senado también se eligió mediante voto directo. Estos últimos comicios fueron los que le dieron a Jorge Eliécer Gaitán las mayorías dentro del liberalismo y la jefatura de su partido.
Fonseca, G. (director) (1958). Colombia al día [Elecciones para representantes a corporaciones públicas]. Colombia: Dinape. Archivo Señal Memoria, UMT-201508
Las “curules de paz” de antes
El Congreso también ha sido un laboratorio para abrir espacios de reconciliación entre las diferentes facciones políticas del país. A partir de 1909 se estableció que la segunda lista más votada tendría derecho a un tercio de las curules de cada distrito electoral, lo cual le permitió a la oposición una participación parlamentaria más activa. Este sistema se eliminó desde 1933, cuando el reparto de curules empezó a ser proporcional al número de votos de cada lista, tal como se hace en la actualidad.
Sin embargo, bajo los acuerdos del Frente Nacional se estableció que entre 1958 y 1970, las cámaras dividían sus escaños equitativamente entre liberales y conservadores, lo que en la práctica significó dos grandes distritos electorales dentro de cada departamento, pues en cada mitad las facciones oficialistas y opositoras competían por el control de su partido (o donde terceras opciones hacían coaliciones, como fueron los casos del MRL, la Anapo y el Partido Comunista). Siguiendo la norma impuesta en 1911, la Cámara de Representantes se renovaba cada dos años, en lo que los medios llamaban las elecciones “de mitaca”. El inicio de esta manera de votar coincidió con la conquista que lograron las colombianas del derecho a elegir y ser elegidas en el Congreso.
[Logística en las elecciones generales del 19 de abril]. (1970). [Material huérfano]. Archivo Señal Memoria, F16MM 800080 CLIP 2
Hacia el sistema actual de elección
Los años 1970 y 1974 fueron las únicas ocasiones en las que el país realizó elecciones generales, es decir, en las que el Congreso fue elegido el mismo día que el presidente de la república, al igual que las asambleas y los concejos. Desde 1978 se establecieron fechas diferentes, primero para abrir el camino a la elección primaria de candidatos presidenciales. Luego y de acuerdo con el espíritu de la Constitución de 1991, para que los intereses de una elección no se eclipsaran por los de otra.
A partir de 1991 los colombianos usamos el tarjetón para elegir el Congreso (reemplazando las antiguas papeletas, cuyo reparto era responsabilidad de partidos y candidatos), Desde entonces también elegimos a 100 senadores de un solo distrito electoral nacional y 161 representantes, en proporción a la población de cada departamento. Como hasta 2002 no hubo restricciones a los partidos para inscribir listas de candidatos y el umbral de elección era mucho más bajo, los tarjetones eran un pliego inmenso, lleno de nombres y fotos.
[Elecciones Congreso] (2002). [Boletín informativo]. Colombia: Señal Colombia. Archivo Señal Memoria, BTCX30 008181
El tarjetón del presente
Imitando los esfuerzos de inclusión del pasado, en las últimas tres décadas hemos creado circunscripciones especiales para comunidades indígenas, afrodescendientes, colombianos en el exterior, minorías políticas (únicamente en 2006) y una curul para el pueblo raizal que estamos en deuda de reglamentar.
Desde 2006, para fortalecer los partidos, se endurecieron los requisitos para que una lista llegue al Senado (2 por ciento de los votos ese año y 3 desde 2010), eliminando las “microempresas electorales” y la costumbre que tenían los partidos grandes de inscribir listas múltiples, medida que además hizo mucho más sencillo el tarjetón. Desde 2018 se ensaya la participación transitoria de congresistas desmovilizados de las antiguas Farc y la creación, novedosa en el mundo, de distritos electorales para representantes de las víctimas del conflicto armado.
[Elecciones Congreso] (2002). [Boletín informativo]. Colombia: Señal Colombia. Archivo Señal Memoria, BTCX30 008181
Autor: Felipe Arias Escobar