Del papel a los micrófonos: escritoras en la radio

Del papel a los micrófonos: escritoras en la radio
Publicado el Sáb, 19/10/2024 - 14:23 HISTORIA DE LOS MEDIOS
Del papel a los micrófonos: escritoras en la radio

Las mujeres se han enfrentado a diversos obstáculos para poder acceder a la esfera pública. La radio fue un espacio vetado para muchas, pero algunas lograron participar y, gracias a ellas, hoy nosotras podemos hacer parte sin ser señaladas. Diversas escritoras colombianas han utilizado los micrófonos para hablar de sus libros y de sus historias de vida. En este artículo se comenta sobre cuatro de ellas.

Cuando la radio inició en Colombia sus micrófonos eran utilizados por voces masculinas. Los locutores y los invitados eran hombres que hablaban sobre el acontecer político, social y artístico del país. Las mujeres fueron ocupando puestos de a poco. Por ejemplo, María Emma Revollo, fue una de las primeras que participó como locutora en ese medio de comunicación en Barranquilla. Después, llegaron otras como Cecilia Fonseca de Ibáñez y Gloria Valencia de Castaño. Ellas se convirtieron en locutoras, pero ¿qué sucedía con las invitadas? ¿Las escritoras lograron hacer parte de esos espacios? 

Cuando las mujeres eran censuradas al escribir 

Un programa que aportó a que ellas fueran llamadas a participar fue Cosas de mujeres. Como se menciona en La radio como instrumento para las mujeres políticas, ese programa se hacía por y para mujeres, pues lo que ellas hablaban eran considerado “superficial”. Sin embargo, fue una oportunidad para dar voz a las que habían sido silenciadas. En el siguiente fragmento se escucha a Olga Salcedo de Medina, una escritora Barranquillera que también participó en la Organización Nacional Femenina que unió a mujeres colombianas en búsqueda de sus derechos civiles

Pese a que Olga Salcedo era conservadora, como ella misma lo dijo, presentó posturas consideradas inadecuadas por la Iglesia Católica en su libro de 1953 Se han cerrado los caminos. Esa novela se enfocaba en la relación entre una mujer soltera y un hombre casado. Un obispo decidió censurarlo por su contenido sexual y sus menciones al divorcio. Aquello da cuenta del rol de ese hombre y de la religión como “emprendedores morales”. Según el sociólogo Howard Becker, esas personas creen en una “ética absoluta: lo que ve[n] es malo, total y absolutamente malo, sin matices, y cualquier medio que se emplee para eliminarlo está justificado”. 

Mientras la Iglesia y sus líderes se vinculaban con un canon moral que rechazaba que una mujer escribiera contenido sexual en aquellos años cincuenta, las que se atrevían a hacerlo eran vistas como personas que realizaban actividades “desviadas”. De acuerdo con Becker, el ser un outsider (desviado) no es una cualidad propia de los seres humanos, sino que emerge de la interacción entre el o la que actúa y las reacciones de los demás al respecto. Así, se puede comprender que lo que hizo la escritora Salcedo salió de la norma y tuvo que aceptar la censura de partes de su obra para lograr ser aceptada.  

Su participación en Cosas de mujeres no solo sirvió para que otras conocieran sobre su vida en aquellos años cincuenta, sino que se enteraran de la censura que tuvo que aceptar en su carrera como escritora. La desaprobación de fragmentos de su novela no quedó en la oscuridad, en parte, gracias a su participación en el programa de radio. Su voz en ese medio de comunicación, junto con la de algunas más, sirvió para abrir caminos a nuevas escritoras y mostrar que nosotras también podemos hacer parte de espacios de divulgación. 

El rechazo a las plumas de las mujeres 

A medida que han pasado los años, las participaciones de las escritoras en la radio se han vuelto más usuales, aunque no iguales o superiores a las de los hombres. Ese medio de comunicación ha sido una herramienta para que ellas cuenten qué las ha inspirado y cómo el ser mujeres ha marcado pautas en su escritura. En 1995 la HJCK retransmitió una entrevista que le hicieron a Albalucía Ángel en 1986. En el siguiente fragmento se escucha hablar a la escritora sobre los sucesos que la inspiraron para escribir el libro Estaba la pájara pinta sentada en el verde limón.  

Esta novela de 1975 de Albalucía Ángel narra la historia de una joven durante la época de la Violencia en Colombia. Como la doctora en Literatura Hispanoamericana Ángela Robledo lo mencionó, ese libro es un reflejo de la búsqueda de la identidad femenina en medio de los sucesos del 9 de abril de 1948. El investigador Óscar Osorio afirmó que Estaba la pájara pinta sentada en el verde limón fue una obra condenada al olvido porque se redactó desde una perspectiva feminista y se permitía hablar por fuera de la “historia oficial”.  

Efectivamente, la recepción de la novela fue poca. Sin embargo, su inclusión en la HJCK fue un intento de reconocimiento de la autoridad de las mujeres para escribir sobre la historia del país. La radio buscó validar que no solamente eran aceptables los libros de literatos e historiadores, sino que se debían incluir otras formas de contar teniendo como protagonista a una mujer que vive durante épocas conflictivas. No obstante, la retransmisión de esa entrevista a Albalucía Ángel se dio dos décadas después de la publicación del libro, lo que lleva a pensar en las diferencias entre lo que se aceptaba en la sociedad colombiana de los años setenta y la de los noventa.  

Acogida de las mujeres escritoras en los micrófonos y en la sociedad 

En esos últimos años del siglo XX también se transmitió una entrevista a Piedad Bonnett. La Radiodifusora Nacional de Colombia conversó con esa poeta en 1998. Para ese momento había transcurrido casi una década desde su primera publicación: De círculo y ceniza, un libro que compila poemas que escribió desde joven, pero que hasta ese momento decidió hacerlos públicos. A continuación, se escucha a Bonett contar sobre sus inicios en la poesía.

En comparación con Albalucía Ángel, Piedad Bonett logró más reconocimiento, probablemente porque sus escritos llegaron a una Colombia en la que las mujeres eran mejor recibidas en la esfera pública. Frente a ello, queda la incógnita de qué hubiera pasado con la divulgación de sus poemas si hubiera decidido publicar desde su juventud, en aquellos años setenta en que salió a la luz Estaba la pájara pinta sentada en el verde limón

Recientemente, la radio ha dado sus micrófonos para que más escritoras hablen de sus libros. Ya no se trata de algo inusual ni tachado. Las primeras invitadas dieron paso a que hoy en día ya no se trate de algo “desviado”, “fuera de la norma”, a que mujeres como Alejandra Jaramillo Morales puedan participar con naturalidad en un programa. En el siguiente audio se escuchan las palabras de esa escritora sobre su libro Martina y la carta del monje Yukio. El siguiente fragmento da cuenta de las posibilidades de las colombianas para explorar diferentes maneras de contar, de dirigirse a públicos que no se restringen a las mujeres, sin dejar de lado las posibilidades de narrar sobre sus propias vidas. 

Fecha de publicación original Sáb, 19/10/2024 - 14:23