En Colombia existen 65 lenguas indígenas. Antes solían ser más, pero los procesos de conquista, colonización y migración han hecho que algunas se hayan perdido. Bajo el reconocimiento del país como uno multiétnico y pluricultural, estas lenguas han tomado relevancia y se consideran patrimonio de la nación.
Durante las primeras décadas tras la llegada de los españoles, los misioneros católicos buscaron acercarse a los indígenas por medio de sus propios idiomas, según se menciona en el documento Políticas lingüísticas, misiones religiosas y lenguas indígenas en el Nuevo Reino de Granada, siglo XVIII. Así, muchos de los religiosos aprendieron las lenguas de los pueblos con el propósito de evangelizarlos. Se trataba de una vía para poder llegar a las poblaciones nativas e imponerles la fe cristiana. De hecho, el rey Felipe II ordenó la creación de cátedras de lenguas locales en 1580. Igualmente, exigió que los sacerdotes solamente podían ser ordenados cuando hubieran cursado por lo menos un año de dichas cátedras.
Sin embargo, desde el siglo XVII se comenzó a privilegiar el uso del castellano para “educar a los indios”. Esto ocurrió por múltiples motivos. Aquí nombraremos tres. El primero era que no existían suficientes clérigos que supieran hablar los idiomas de los indígenas. El segundo indicaba que existían problemas de traducción que impedían la transmisión “correcta” de la fe. El tercero fue la necesidad de que los nativos acoplaran las costumbres europeas a sus vidas.
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Por el trato constante con los españoles, los indígenas aprendieron la lengua castellana. En adición a ello, los diversos procesos de asimilación cultural llevaron a que la utilizaran en sus cotidianidades. Lo anterior también ya que ser indígena fue considerado salvaje y hablar uno de sus idiomas era una muestra de eso. Todo lo aquí mencionado causó que algunas de las lenguas de los pueblos nativos se perdieran o se debilitaran.
Pese a que han transcurrido cientos de años desde la Conquista y la Colonia, todavía se presentan sus rezagos. Por ejemplo, en 2017, la abuela inga Peregrina Janamejoy comentó que a los niños y niñas les avergonzaba hablar en la lengua de su pueblo porque se burlaban de ellos y ellas en el colegio. Su testimonio se puede escuchar en el siguiente fragmento del programa Suma Kausay. En busca del buen vivir.
Mendoza, Jorge (director). (2017). Suma Kausay. En busca del buen vivir. Aponte, Nariño: Señal Colombia. Archivo Señal Memoria, ND-700485.
Además de la pérdida de idiomas de pueblos indígenas a causa de lo ya mencionado, también ha sucedido por los procesos de migración, educación y evangelización más recientes. El español les funciona como una lengua con la que pueden comunicarse con los demás colombianos y les resulta útil al salir de sus comunidades. Por ello, algunos idiomas se encuentran en riesgo de desaparecer, pues ya no todos los miembros de los pueblos los hablan. De acuerdo con el Censo Nacional de Población y Vivienda de 2018, solamente el 50,8% de los indígenas hablan la lengua nativa de su pueblo. La serie documental Aborigen registró el caso de los cocamas del Amazonas, quienes han ido perdiendo su idioma, como se muestra en el siguiente fragmento.
Piñacué, Daniel (director). (2002). Aborigen. Amazonas: Fundación Nasa Wala; Señal Colombia. Archivo Señal Memoria, BTCX60-062203B.
Para otros pueblos indígenas en Colombia, sí ha sido posible conservar sus idiomas. Usualmente, se suelen transmitir de manera oral y pueden ser reforzados por medio de la etnoeducación. Esto les permite continuar preservando sus tradiciones, costumbres y maneras de comprender el mundo. De acuerdo con el pueblo Awá, su lengua los conecta con la naturaleza, con su historia y les recuerda que son “gente de montaña”. En el fragmento de la serie Aborigen, que se presenta a continuación, se escucha que ellos suelen aprender tanto el awa pit, como el español.
Piñacué, Daniel (director). (2001). Aborigen. Nariño: Fundación Nasa Wala para Instituto Nacional de Radio y Televisión. Archivo Señal Memoria, BTCX60-051695.
Ese bilingüismo suele ser común entre los indígenas, ya que les permite relacionarse con su propio pueblo y con el resto de los colombianos. Aquello da cuenta de las transformaciones a lo largo de los años y permite comprender que las costumbres de los indígenas no son estáticas, sino que van variando con el tiempo. Como menciona Luis Tróchez Tunubalá, no son “museos humanos”, pues sus vidas son relacionales y se encuentran ligadas con la globalización de la actualidad. Esa aparente dualidad entre tradición y modernidad es narrada por Tróchez en lengua misak en el documental Na, Misak. Ambos fenómenos coexisten.
Tróchez, Luis (realizador). (2017). Na, Misak. Cauca: Señal Colombia. Archivo Señal Memoria, ND-700720.
Actualmente, se tienen identificadas 65 lenguas indígenas en Colombia y se les considera parte del patrimonio de la nación. El wayunaiki y el nasa yuwe son los idiomas más hablados por 334 939 y 80 805 personas, respectivamente. Así mismo, lenguas que se consideraban extintas, como la muisca, han vuelto a estudiarse para que puedan revivir y así recuperar maneras de comprender el mundo.
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Autora: Laura Lucia González Contreras