Ficha Técnica
El 23 de octubre de 1919 el municipio de Fredonia, Antioquia, vio nacer a Rodrigo Arenas Betancourt. Cuando era niño se dedicó a la agricultura, pero el arte fue la actividad y la expresión creativa que lo acompañó buena parte de su vida. Inició con labores de talla en madera de figuras que asemejaban a Cristo y como ayudante de artistas que le aportaron a la arquitectura, al muralismo y a la escultura en el país como el antioqueño Pedro Nel Gómez.
Más adelante, estudió en el Instituto de Bellas Artes de Medellín, en la Universidad Nacional sede Bogotá, en la Academia de San Carlos en México y en la Asociación Libre de Arte La Esmeralda de ese mismo país. A la par, continuó creando piezas artísticas; estrechando lazos con ambas naciones; y haciendo vínculos con personas como Manuel Zapata Olivella, el escritor, y Diego Rivera, el muralista.
En la actualidad, muchas de sus esculturas se exhiben en las calles de estos dos países, ya que fueron encargadas por sus gobiernos o por terceros. Por ejemplo, en México sus manos esculpieron a Prometeo, un personaje de la mitología griega; a héroes de la Revolución mexicana; y a una guacamaya. En Colombia se observan sus esculturas a Bolívar en múltiples formas, al general José María Córdova, a los lanceros del Pantano de Vargas, a Porfirio Barba Jacob y otras figuras alegóricas.
Uno de los episodios del programa El bus estuvo dedicado a este escultor, artesano, escritor y poeta que encontró en el arte la forma de representar a personajes históricos, pero también a sentimientos. En el siguiente fragmento se pueden apreciar algunas de sus obras en las calles de Medellín, ciudad donde murió el 14 de mayo de 1995. Se observa una muestra de lo que fue la vida de Arenas Betancourt: una oda a la escultura.
Por: Laura Lucia González