Ficha Técnica
«Si preguntan por mí...
Diles que salí a cobrar la deuda que tenía conmigo el amor, el fuego,
el pan, la sábana y el vino,
que eché llave a la puerta y no regreso…».
Beatriz Zuluaga es una mujer manizaleña que dedicó su vida al periodismo, principalmente, trabajó en la revista Mujer en Bogotá, en Icontec y en publicidad durante 10 años. No obstante, también se hizo a sí misma poeta con una voz descarnada, erótica y al mismo tiempo, social. Como ella misma afirma tenía mucho qué decir y encontró en la prosa un medio para expresar, en un lenguaje brillante, su asombro por la vida.
Sus primeras obras están permeadas por la violencia bipartidista propia de los años cincuenta, luego hay un giro hacia la protesta y el desamor, como reflejo de sus propias vivencias. Y en sus últimos libros, se percibe una preponderancia por lo erótico y por exteriorizar aquello que se desprende de sus propios actos de amor. Dentro de sus obras representativas se encuentran La ciega esperanza (1961), Este cielo boca abajo (1970), Las vigilias del sueño (1989), Eres eros (1997) y A corazón abierto (2004), por mencionar algunas.
Perteneció a la misma generación de Maruja Vieira, Dora Castellanos y Meira Delmar y Carmelina Soto, una en la que apenas las mujeres eran reconocidas como poetas y una en la que muchas de ellas, sumisas aceptaban su rol de mujer impuesto por los prejuicios de la época. Beatriz siempre se resistió al acoso del machismo y de lo considerado tradicional en la época, alzó su voz y fue conocida por llevar su propio apellido y no el de un hombre.
En este escenario, presentamos una entrevista que concedió a Laura García para el programa Poetas colombianos, en la que se refiere a sus primeros pasos como escritora.