Ficha Técnica
El Coliseo Romano, conocido también como el Anfiteatro Flavio, es uno de los monumentos más icónicos de la antigua Roma. Su construcción comenzó en el año 70-72 d.C. bajo el emperador Vespasiano y se completó en el año 80 d.C. durante el reinado de su hijo Tito. Se encuentra en el corazón de Roma y tiene una capacidad estimada de entre 50,000 y 80,000 espectadores.
Se concibió en primera instancia para albergar una variedad de eventos públicos, incluyendo combates de gladiadores, carreras de carros, representaciones teatrales y competencias atléticas. Estos espectáculos eran una forma de entretenimiento popular en la antigua Roma y servían para mantener a la población entretenida y distraída.
Se convirtió en un símbolo emblemático de la grandeza de Roma debido a su arquitectura innovadora y su tamaño imponente. Su diseño permitía una rápida evacuación de la multitud en caso de emergencia, y la arena podía llenarse de agua para recrear batallas navales. Además, el Coliseo estaba decorado con mármol y esculturas elaboradas, lo que enfatizaba la opulencia del Imperio Romano.
A lo largo de los siglos, el Coliseo fue testigo de innumerables eventos históricos, pero con el tiempo, cayó en desuso. A pesar de esto, su legado perduró como un símbolo de la grandeza romana y su arquitectura inspiró edificios posteriores en todo el mundo. En la Edad Media, el Coliseo se convirtió en un lugar de cantería, y algunas de sus piedras fueron utilizadas en la construcción de otras estructuras.
Actualmente, sigue siendo uno de los destinos turísticos más populares del mundo y un testimonio tangible del esplendor del Imperio Romano, convirtiéndose en un monumento icónico que simboliza el poder, la ingeniería y la cultura de la civilización más importante de la historia occidental.
En este fragmento de El Mundo al Vuelo de 1998, Héctor Mora realiza un recuento de la historia de este símbolo de la ciudad de Roma.
Por: Valentina Mena