
Ficha Técnica
En febrero de 1920 estalló la primera gran huelga en la historia de Colombia. Ocurrió en Bello, Antioquia, donde las trabajadoras de una fábrica textil cesaron sus actividades en protesta por los bajos salarios en comparación con los hombres, la obligación de trabajar descalzas, la desprotección en caso de enfermedad y las extensas jornadas de trabajo a las cuales estaban sometidas, demandas que se sumaron al acoso y abuso sexual que sufrían algunas obreras. Para el mes siguiente, con mediación de la Iglesia y la gobernación, las obreras lograron la reducción de la jornada laboral, condiciones más cómodas de trabajo y el despido de los supervisores acusados de abusar de las obreras. Esta huelga fue cubierta con interés por la prensa de Medellín y Bogotá, además de que marcó la irrupción de la clase obrera y del movimiento feminista en la vida del país.
La líder del movimiento fue Betsabé Espinal, una joven obrera de 23 años cuyo recuerdo se diluyó en los años posteriores debido a su origen popular y a su muerte temprana en un accidente en 1936. Sin embargo, su memoria reapareció desde finales del siglo XX gracias a su redescubrimiento por la historiografía de los movimientos sociales y, posteriormente, por la reivindicación de su nombre entre algunos colectivos feministas. Esta representación hace parte de la serie Las gestas del tiempo (2024) de Canal Institucional.
Ser obrera hace un siglo
Para 1920 la clase obrera colombiana aún era pequeña, apenas un cinco por ciento de la población. Sin embargo, ocupaba mercados claves en la economía como la producción de manufacturas y alimentos, la infraestructura, la agroindustria y la minería, mientras se gestaba como un actor político significativo bajo la herencia de los movimientos artesanales del siglo XIX. A las demandas comunes de la clase obrera como mejoras salariales o protección social, las mujeres sumaban la negativa de las instituciones a participar de la vida pública, a pesar de que entonces eran mayoría en oficios esenciales de la naciente economía capitalista: maestras, estudiantes, telegrafistas, mecanógrafas, secretarias, enfermeras, operarias fabriles, niñeras o tenderas. Este evento, por lo tanto, marcó el inicio de un siglo de luchas por los derechos de la mujer en Colombia.
Por: Felipe Arias Escobar