Ficha Técnica
El 21 de febrero de 1848 fue publicado por primera vez, en Londres, el Manifiesto del Partido Comunista, un texto escrito por Karl Marx y Friedrich Engels, dos filósofos del Reino de Prusia (actual Alemania). Este folleto ha sido reeditado y traducido a múltiples idiomas. Incluso, la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) lo incluyó en Memoria del Mundo, un programa que busca preservar y facilitar el acceso al patrimonio documental. A 175 años de su difusión, les presentamos algunas claves para comprenderlo.
La primera es que el documento surgió tras la Revolución Industrial, la cual trajo como consecuencias la mecanización del trabajo, el descenso del trabajo artesanal, el crecimiento de las ciudades y cambios en la estructura social. Esas repercusiones se relacionan con lo que se encuentra en el manifiesto como la “explotación franca, descarada, directa y escueta” de los proletarios (trabajadores) por parte de los burgueses (capitalistas).
La segunda clave es que la redacción del texto fue encargada por la Liga Comunista (antes Liga de los Proscritos y Liga de los Justos), una organización cuya finalidad era “el derrocamiento de la burguesía, la dominación del proletariado, la supresión de la vieja sociedad burguesa, basada en los antagonismos de clase, y la creación de una nueva sociedad, sin clases y sin propiedad privada”, según se consignó en el primer artículo de sus estatutos de 1847. Esto da a entender que el manifiesto se enmarcó en un deseo por derrocar a la burguesía mediante la unión del proletariado.
La tercera es que en el documento se critican planteamientos socialistas previos. Entre ellos se encuentran el rechazo al socialismo feudal que se basaba en la moral cristiana, el socialismo conservador que buscaba lograr la igualdad de manera pacífica, y el socialismo crítico-utópico que propuso una eliminación idealizada de las distinciones entre campo y ciudad, pero no consideró la revolución liderada por los proletarios.
Y la cuarta clave radica en comprender que el Manifiesto del Partido Comunista se tomó como base para planteamientos socialistas posteriores como los llevados a cabo en la Unión Soviética, Cuba, China, entre otros. Sin embargo, esas posturas presentan divergencias frente a las propuestas de Marx y Engels. En el programa El universo del libro, en 1989, el filósofo Juan Mora Rubio habló sobre cómo se utilizaba al marxismo para legitimar el poder en la Unión Soviética, la cual se disolvió en 1991.
Autora: Laura Lucia González.
