Ficha Técnica
En abril de 1973 se inauguró en Nueva York el World Trade Center, un complejo de siete edificios ubicado en el Distrito Financiero, en Lower Manhattan. Sus Torres Gemelas —los edificios más altos del mundo con 417 m y 110 pisos, diseñados por el arquitecto Minoru Yamasaki— eran un emblema del skyline de la Gran Manzana y del mundo de las finanzas estadounidense. Con los atentados perpetrados por Al Qaeda el 11 de septiembre de 2001, las torres y todo el complejo cayeron al piso. Siguió entonces la famosa e infame Guerra contra el terrorismo de George W. Bush.
Pero quedémonos en el Lower Manhattan, a orillas del río Hudson, para recordar la importancia del World Trade Center, qué era y qué simbolizaba. Con su gran altura y la conquista de la carrera por ser el rascacielos que más cerca de las nubes estaba (por encima del Rockefeller, del Empire State y del Chrysler), fueron la materialización de la victoria y el individualismo norteamericanos. Por eso el WTC era un ícono comercial de la ciudad: en él estaban las oficinas de grandes negocios, como aseguradoras, aerolíneas, financieras de Wall Street, navieras, fondos de inversión, canales de televisión y empresas de tecnología. Eran el libre mercado hecho edificio.
La cultura popular se entrelazó con este imaginario. Así, a la hora de retratar Nueva York y ese mundo, muchas películas acudieron al World Trade Center: Godspell (1973), Raise the Titanic (1980), King Kong (1976), Trading Places (1983), Working Girl (1988), Home Alone 2: Lost in New York (1992), Daylight (1996) y Godzilla (1998). Esto sin mencionar los programas de televisión, caricaturas y cómics que también lo capturaron. .
Al ser la materialización del mundo capitalista estadounidense, una lectura de los ataques del 11 de septiembre plantea las acciones de Al Qaeda como un atentado a esos valores y esa forma de vida. Así como buscaron destruir el Pentágono, y presuntamente la Casa Blanca y el Capitolio, al elegir como blanco el World Trade Center eligieron el poder y la dominación neoyorquinas, que desde lo alto se proyectaban sobre el resto del mundo. Para Al Qaeda y Bin Laden, esa era una guerra santa, en la que la intromisión de Washington en su territorio —junto con la destrucción que causó— ameritaba la destrucción de sus lugares sagrados.
En 1985, Héctor Mora y Pasaporte al Mundo fueron a Nueva York y retrataron lo magnífico de las Torres Gemelas. En este episodio, del archivo de Señal Memoria, se las aprecia imponentes.
Autor: Santiago Cembrano
