La caricatura ha sido históricamente un referente para entender los hechos de la realidad política, económica y social del país, en Colombia han aparecido grandes artistas de este oficio como Ricardo Rendón en los años 20, Pepón y Klim a mediados y finales del siglo XX y más recientemente Vladdo y Matador. En este tipo de humor un simple dibujo cargado de sátira y crítica política, permite identificar y construir una opinión sobre los hechos que marcan diariamente la historia nacional.
La caricatura es un instrumento que usa el humor para establecer una opinión crítica sobre la realidad, describe de manera particular a personas y sus acciones o hace referencia a situaciones políticas, económicas y sociales ya sea a través de la ridiculización de los criticados o la exageración de sus actuaciones y sus rasgos.
En Colombia, la publicación de caricaturas se ha hecho principalmente a través de la prensa escrita, sus orígenes se remontan a finales del siglo XVIII, como una forma de expresión relacionada con las ideas independentistas. Sin embargo, su difusión fue bastante limitada debido a las condiciones de la comunicación de la época.
Con los avances que trajo la imprenta para el desarrollo de las comunicaciones, la caricatura se convirtió en un instrumento de posicionamiento de proyectos políticos que emergieron en el país, así tanto liberales como conservadores se sirvieron del humor para criticar a sus opositores y ridiculizar a los gobernantes de turno.
Como lo menciona el escritor Alfredo Iriarte en el fragmento del programa Hablemos de … en serio y en broma emitido por Señal Colombia en 1999, han sido pocos los artistas que se han dedicado a este oficio, pero lo han hecho con gran calidad refiriéndose a Ricardo Rendón y Lucas Caballero (Klim) los cuales criticaron de manera satírica, mordaz y contundente a los gobernantes de turno en su quehacer político.
Duque Rincón, Olga Elena. (realizadora). (1999). Hablemos de... En serio y en broma. Bogotá: Televideo S.A.; Inravisión - Señal Colombia. Archivo Señal Memoria, BTCX30-007360.
En este sentido, los periodistas Germán Santamaría y Carlos Pardo mencionan que este tipo de humor se convirtió en la verdadera oposición política y que el temor de los humoristas a expresarse sin censura provino del hecho que podía costarles la vida, como sucedió con Jaime Garzón en el año 1999.
Ricardo Rendón el primer gran caricaturista político
Múltiples historiadores reconocen en la obra de Rendón la génesis de la actual caricatura con sentido político en Colombia, sus obras publicadas en los principales diarios del país (El Espectador y El Tiempo) entre 1918 y 1930, expresaron su descontento con situaciones de coyuntura nacional como las elecciones presidenciales, el tiempo de la Hegemonía conservadora, la violencia política y la corrupción en el manejo del Estado.
Sumado a lo anterior, fue un crítico acérrimo de los procesos intervencionistas, principalmente el de la Iglesia Católica en el manejo del Estado y el del Gobierno de los EE.UU. en la separación de Panamá, para lo que se sirvió de símbolos como la cruz y el sombrero de copa usado por el ‘Tío Sam’ para hacer comprensible el sentido de sus críticas a la clase política de la época.
De igual manera, usó sus obras para hacer denuncias de situaciones que afectaban a la población, como el proyecto de apertura del dique en Bocas de Ceniza cerca a Barranquilla, la masacre de las bananeras, la crisis económica de 1929 y la firma de concesiones para la explotación petrolera en varias zonas del país.
Una síntesis de la obra de Rendón la realiza el librero Camilo Delgado en el siguiente fragmento audiovisual conservado por Señal Memoria, en el que José María López (Pepón), manifiesta que todos los caricaturistas con sentido político del país han sido influenciados por el dibujante oriundo de Rionegro-Antioquia.
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Arenas, Paula. (directora). (2007). Culturama, cultura para ver: Capítulo 318. Bogotá: C.I Video Base S.A; Señal Colombia. Archivo Señal Memoria, BTCX30-016884.
Caricatura política en la construcción de opinión pública
La caricatura con su humor crítico y mordaz de la realidad nacional e internacional se ha convertido en un mecanismo de construcción de la opinión pública, en la medida en que favorece la apertura del sistema democrático al reducirse la censura en su contenido con los avances en las tecnologías de la información y las comunicaciones.
Lo anterior se evidencia en que el contenido de las caricaturas más allá de contar historias o situaciones a partir de la ilustración gráfica con humor, permite a la ciudadanía hacer interpretaciones de la realidad y sentir cercano al gobernante o al político que es objeto de la burla.
La caricatura busca tener el mismo efecto que una columna de opinión realizada por algún conocedor de la realidad nacional, por lo que el caricaturista debe estar bien informado para construir su narrativa gráfica de tal manera que sea entendible para el lector y le permita construir su propia visión de la realidad.
Así lo vemos en el siguiente fragmento audiovisual del programa TeleAyer: El lápiz mágico en el que Gloria Valencia de Castaño como presentadora, le solicita a un artista dibujar la noticia más relevante de la semana, constituyéndose en una forma de hacer caricatura en vivo de un hecho de coyuntura, además de mostrar cómo se hacía la televisión colombiana en los años 50 y 60.
Escobar, Jairo. (Realizador). (1991). TeleAyer: El lápiz mágico. Bogotá: Instituto Nacional de Radio y Televisión - Inravisión. Archivo Señal Memoria, UMT-203916.
La caricatura y la mitigación de la tragedia
Colombia desde mediados del siglo XX padece las consecuencias de la fratricida lucha por el poder político debido al persistente conflicto armado que cada día crea una nueva tragedia, ya sea a manera de asesinatos selectivos, masacres, desplazamientos forzados y demás hechos que se acrecentaron hacia la mitad de la década de los años 90 y la primera de los 2000.
Lastimosamente la realidad que vive el país ha dado insumos permanentes a los actuales caricaturistas como Vladimir Flórez (Vladdo), Julio González (Matador) y demás artistas, no solo para cuestionar a la clase política tradicional y plantear una posición crítica de las situaciones del país, sino también, para mitigar a través del humor gráfico los rastros y marcas de la incesante confrontación. De tal modo que quienes consumen este tipo de contenidos entiendan y construyan su opinión sobre los hechos que marcan la realidad nacional.
Así lo menciona el caricaturista Vladdo, en el programa Colombia fin de siglo La caricatura de fin de siglo, emitido por Señal Colombia en 1999, que se presenta a continuación:
Jaramillo, Patricia. (directora). (1999). Colombia fin de siglo La caricatura de fin de siglo. Bogotá: Inravisión - Señal Colombia. Archivo Señal Memoria, BTCX30-011373.
Para concluir, es importante reconocer la importancia de la caricatura y su humor para expresar y construir una posición crítica de la realidad, que le permite a la ciudadanía comprender y establecer una opinión sobre lo que sucede en materia política, económica y social, en un país en el que diariamente se conocen noticias que por sí solas parecen un mal chiste pero que determinan el devenir de nuestra historia.
Autor: Iván Romero Vega