Un día como hoy, el 20 de febrero de 1889 nació en Bogotá-Colombia, Laureano Gómez uno de los políticos colombianos más importantes del siglo XX. Sus radicales pronunciamientos nacionalistas y anti liberales sobre el acontecer nacional en los agitados días de la lucha bipartidista y su postura frente al rol de la Iglesia en los asuntos del Estado y la sociedad se convirtieron en los pilares del conservatismo colombiano.
Laureano Gómez ha sido considerado uno de los líderes más prominentes de la política colombiana de mediados del siglo XX. Nació en Bogotá el 20 de febrero de 1.889, y asistió al Colegio San Bartolomé en donde afianzó sus posturas cercanas al catolicismo radical. Continuó sus estudios de ingeniería civil en la Universidad Nacional de Colombia donde se graduó en 1.909.
Ese mismo año, y movido por su preocupación sobre los hechos de coyuntura nacional fundó el periódico La Unidad, en el cual empezó a exponer sus ideas conservadoras y a provocar con sus columnas no solo la molestia de los líderes liberales, sino también de algunos de sus detractores al interior del Partido Conservador. Posteriormente, fundó el periódico El Siglo que aún hoy es uno de los principales medios de comunicación de ideología conservadora en el país.
Su carrera política comenzó en 1.911 cuando fue elegido diputado a la Asamblea de Cundinamarca mientras era representante a la Cámara. Además, fue Senador durante dos periodos (1.931 – 1.935 y 1.939 – 1.945), ministro de obras públicas (1.925) y relaciones exteriores (1.948), así como diplomático ante la Conferencia Panamericana en Chile (1.923), en Argentina (1.923) y Alemania (1.932).
Para conocer a profundidad un perfil de Laureano Gómez se puede ver su biografía en La Voz del Poder Tomo 1.
El nacimiento del Monstruo
Gómez siempre fungió como un guardián de la doctrina conservadora, nunca transó sus ideales por curules o cargos burocráticos ni con sus copartidarios ni con los liberales, fue catalogado por líderes de ambas colectividades como un opositor permanente.
Prueba de ello, se puede considerar una de sus primeras intervenciones como congresista, cuando hizo dimitir al presidente conservador Marco Fidel Suárez. Su crítica incisiva contra el mandatario, su elocuencia para exponer los argumentos sobre la crisis económica y política que vivía el país, lo empezaron a perfilar como uno de los políticos conservadores más destacados en los años 20 y 30 del siglo XX.
Posteriormente, desde su curul en el congreso fue apodado el Monstruo, debido a su elocuencia, sagacidad y capacidad para interpelar a sus contradictores al fragor de los debates legislativos y políticos. Así se convirtió en un caudillo que defendió la necesidad de purificar el Partido Conservador, tildando de traidores de la moral a aquellos copartidarios que participaran de los gobiernos liberales.
Así mismo como líder civilista, hizo frente a las polémicas que se suscitaron al interior del Partido Conservador con los falangistas proclives a regímenes totalitarios como el fascismo, el franquismo y el nazismo europeo, y con los denominados “Leopardos” compuesto por jóvenes conservadores que defendían una doctrina intermedia entre el nacionalismo europeo y el acercamiento a bases populares que fortalecieran las instituciones democráticas.
Laureano Gómez en el Bogotazo.
La lucha bipartidista por el poder político se agudizó al punto que la violencia armada se convirtió en el instrumento de debate en las regiones y en algunas ciudades, los muertos liberales y conservadores se contaban en miles, mientras los líderes de los partidos exacerbaron a las masas con discursos desde la capital.
Para 1.944 Laureano Gómez tuvo que asilarse en Brasil debido a que fue acusado de hacer parte del intento de golpe de Estado contra Alfonso López Pumarejo. Pese a su reconocimiento político y ante la división de los liberales para las elecciones de 1.946, Gómez apoyó la candidatura de Mariano Ospina Pérez el cual sería el presidente que tendría que afrontar el aumento de la violencia en las regiones y mitigar los sectarismos políticos promoviendo un gobierno de unidad nacional.
Durante el gobierno de Ospina Pérez, Laureano asume el rol de canciller y diplomático encargado de la IX Conferencia Panamericana que se llevó a cabo entre marzo y mayo de 1948. Paradójicamente, mientras los Estados americanos se unían en torno a la paz y la democracia, en Colombia el radicalismo exacerbado traería consigo la muerte del caudillo Liberal Jorge Eliecer Gaitán, que provocaría una de las espirales de violencia más fuertes del siglo XX, conocida como “El Bogotazo”. La ciudad capital quedaría destruida por los desmanes provocados por el descontento inducido por la muerte de Gaitán, mientras Laureano se refugiaba en la Escuela Militar de Cadetes desde donde aconsejó al presidente Ospina no ceder ante las presiones de los manifestantes.
Luego de “El Bogotazo”, algunos liberales cerraron filas y acusaron a Gómez de haber incitado la muerte del caudillo liberal por sus posturas radicales. El presidente Ospina lo relevó de su cargo de canciller y tuvo que exiliarse en España. A su regreso al país, en Medellín fue recibido por cientos de personas y en su discurso llamó a los liberales “basiliscos” haciendo referencia a una criatura salvaje con mente comunista.
Estos apelativos hacia sus contradictores le sirvieron de plataforma para llegar a la presidencia en 1950 como candidato único del conservatismo y sin rival del liberalismo debido al retiro forzoso de Dario Echandía de la contienda electoral luego del asesinato de su hermano en la ciudad de Bogotá.
Laureano Gómez llega a la presidencia
Luego de su victoria en las elecciones de 1950, en las que fungió como único candidato, Laureano Gómez juró su posesión ante el presidente de la Corte Suprema de Justicia Domingo Sarasty ante el cierre del Congreso por parte del presidente Ospina. Sus posturas radicales se pueden ver en el siguiente discurso proclamado en su posesión.
Gómez, Laureano. (Presidente de Colombia). (1950). Discurso de posesión del presidente Laureano Gómez. Bogotá. Archivo Señal Memoria, CD10125.
Durante su breve mandato buscó la unidad nacional, invitando a líderes liberales y a detractores conservadores a hacer parte de su gabinete, sin embargo, recibió negativas para hacerlo. Por otra parte, la violencia se agudizó en todo el territorio nacional con el surgimiento de las guerrillas liberales en los llanos orientales y en el sur del Tolima, así como el surgimiento de grupos armados conservadores denominados chulavitas y pájaros asentados principalmente en Caldas, Santander y Boyacá.
De otra parte, Gómez buscó promover una reforma constitucional con un marcado corporativismo en las relaciones económicas, la separación de poderes con un matiz que favorecía al ejecutivo en tiempos de crisis y la injerencia de la Iglesia Católica en los asuntos públicos. Estas intenciones de Gómez crearon una crisis de gobierno que devino en la ruptura de relaciones con los líderes liberales y conservadores. La pugna existente al interior del Partido Conservador quedó reflejada en el siguiente fragmento del discurso realizado en respuesta a las declaraciones de Mariano Ospina Pérez.
Gómez, Laureano. (Presidente de Colombia). (1953). Discurso del presidente titular de la República de Colombia: Respuesta de Laureano Gómez a las palabras de Mariano Ospina Pérez - Abril 18 de 1953. Bogotá. Archivo Señal Memoria, RDNC-RMT-202643-01
Para 1.953 el descontento con el gobierno de Gómez y Urdaneta era evidente, los liberales encabezados por Darío Echandía y los conservadores por Mariano Ospina y Gilberto Álzate Avendaño, optaron por la entrega del poder a las fuerzas militares en cabeza del General Gustavo Rojas Pinilla. Así el 13 de junio de 1953, el general asumió la presidencia con el beneplácito de la clase dirigente y Laureano Gómez debió exiliarse nuevamente en España.
El Frente Nacional como un instrumento de Paz
El General Rojas Pinilla asumió la presidencia, en un gobierno caracterizado por el avance en la construcción de condiciones de desarrollo en todo el territorio nacional. Su vocación de ingeniero civil lo ayudó a avanzar en las grandes obras de infraestructura que el país requería para avanzar en los procesos de modernización del Estado y la economía. Esto con el apoyo de la clase dirigente que veía con buenos ojos la administración del militar, sin embargo, su intención de permanecer en el poder mediante la convocatoria a una asamblea constituyente minó la confianza depositada por los partidos tradicionales.
Así las cosas, los principales dirigentes de los partidos tradicionales Laureano Gómez por el Partido Conservador y Alberto Lleras Camargo por el Partido Liberal, decidieron avanzar en un proceso de negociación que deviene en la firma de los acuerdos de Benidorm y Sitges con los cuales se buscó poner fin a la confrontación bipartidista. Las celebraciones sobre estos hechos se encuentran en el siguiente fragmento audiovisual conservado por Señal Memoria.
Alberto Lleras Camargo: Pacto de Sitges. (1956). Bogotá. Archivo Señal Memoria, UMT-201663.
El resultado de estos acuerdos se materializa en el plebiscito del 1 de diciembre de 1.957 en el que se aceptaba la alternancia en el poder de los dos partidos tradicionales por un periodo de 16 años, la paridad en los cargos públicos y la confirmación del derecho al voto para las mujeres. Estas reformas aprobadas por la ciudadanía dieron pie al Frente Nacional.
El ocaso del líder conservador
Luego de la puesta en marcha del Frente Nacional, Laureano Gómez regresa al país para ponerse al frente del Partido Conservador. Luego de verificar el cumplimiento de los pactos de Sitges y Benidorm con el apoyo liberal a la candidatura de Guillermo León Valencia en 1962, Laureano se retira de la vida pública para escribir solo su opinión a través de sus columnas en el periódico El Siglo.
Su delicado estado de salud en sus últimos años, lo llevaron a permanecer en su vivienda en el barrio Teusaquillo de la ciudad de Bogotá hasta el 13 de julio de 1965, día en el que fallece a causa de una hemorragia interna. A pesar de haber solicitado unas honras fúnebres austeras, los homenajes por su fallecimiento fueron proporcionales a la altura con la que decidió encarar la política en el país.
Autor: Iván Dario Romero