Thomas Mann es una de las figuras más prominentes de la literatura de la primera mitad del siglo XX. Es por esto que en este artículo no solo conoceremos más de su vida y obra, sino que, gracias a los documentos de Señal Memoria, veremos un poco más sobre su personalidad y cualidades literarias.
El especial Grandes Literatos tiene por objetivo resaltar a algunos de los escritores más destacados, rupturistas, innovadores, y polémicos de los últimos dos siglos; desde el existencialismo de Fiódor Dostoyevski hasta las polémicas en torno a la obra de Salman Rushdie.
El efecto Buddenbrook
Aunque La Montaña Mágica es la obra más conocida de Thomas Mann, lo cierto es que cuando se le otorgó el Premio Nobel de Literatura en 1929, el jurado recalcó que el reconocimiento se debió principalmente a su obra Los Buddenbrooks.
Cabe preguntarse entonces qué es lo que hace tan importante esta novela publicada en 1901. Caracterizada por el gran nivel de detalle de sus personajes, Mann logra mostrar no solo el auge y declive de una familia de comerciantes de la ciudad de Lubeck, sino también la transformación de los Estados alemanes, así como de su sociedad. Lo llamativo del texto, más allá de su innegable calidad narrativa, es que la inspiración del autor alemán fueron las vicisitudes familiares y las experiencias de su infancia.
En la novela el declive familiar inicia con el matrimonio entre Thomas, nieto del fundador de la casa comercial, y Gerda Arnoldsen, hija de un acaudalado comerciante holandés y virtuosa del violín. Si bien en los primeros años de su matrimonio es feliz y estable, así como los negocios, con el pasar de los años la incapacidad de Thomas de comprender el arte ocasiona que empiecen a distanciarse, lo cual paradójicamente se da al tiempo que la compañía empieza a sufrir pérdidas.
La crisis personal y profesional de Thomas conlleva a que mantenga una relación distante con su hijo, Hanno, quien no solo es un niño enfermizo sino también sin dotes para los negocios, aunque sí para el arte. Pocos años después tanto el padre como el hijo mueren con pocos años de diferencia en su adolescencia, dando fin a la otrora prestigiosa firma de los Buddenbrook.
Si bien Thomas Mann construye a Hanno basándose en los peligros y temores que le acechaban a él mismo, el carácter autoritario de su padre y la distancia que puso en su relación, la replicaba él mismo en su entorno familiar, inicialmente con su hermano, el también escritor Heinrich Mann, y posteriormente con sus seis hijos entre los que destacan el escritor Klaus, la actriz y escritora Erika, y el historiador Golo.
El menosprecio de Thomas Mann por su hijo, Klaus, fue tal que incluso al momento de conocer acerca de su suicidio decidió continuar con las conferencias que estaba dictando por Europa. Se puede argüir que la razón de esto no era otra que el enfrentamiento literario que poseían desde hacía varios años; las obras del segundo gustaban al público alemán, ya que introducían temas como la sensualidad y el cosmopolitismo, e incluso la burla y la sátira.
Con respecto a la difícil personalidad del escritor alemán, así como su compleja relación familiar, en el Archivo Señal Memoria se puede encontrar un fragmento del programa El universo del libro de 1990, en el que el escritor Alfonso Hanssen comenta el libro de Marcel Reich-Ranicki Thomas Mann y los suyos, en el que se realiza un estudio biográfico sobre el autor alemán.
Hanssen, Alfonso (Director). (1990). Escenario. El universo del libro : Océano Editores. Colombia: Inravisión. Archivo Señal Memoria, C1P-241349.
Dualidad
Más allá de la rivalidad literaria, quizás los puntos que más alejaron al padre y al hijo fueron las preferencias sexuales de ambos, así como la forma en que cada uno vivía. Mientras que para el autor de Doktor Faustus su homosexualidad, la cual salió a la luz a partir de la publicación de sus diarios en 1975, siempre fue un asunto secreto fuera del entorno familiar, Klaus nunca la ocultó. Adicionalmente, Thomas Mann, en su condición de heredero de la burguesía hanseática y para ocultar su sexualidad, no llegó nunca a disfrutar a plenitud de su juventud; por el contrario, Klaus Mann vivió como un eterno adolescente.
Estos dos dilemas se vieron reflejados en una de sus obras más conocidas, La Muerte en Venecia. En esta, Gustav Aschenbach, un famoso escritor en su mediana edad emprende un viaje a Venecia. Allí queda profundamente impresionado, en lo que es un amor platónico, por Tadzio, un joven polaco al cual describió como hermoso, equiparándolo con las esculturas griegas, lleno de energía y vitalidad.
Con el pasar de las semanas la admiración inicial se transforma en obsesión; queriendo declararle su amor al adolescente, decide convertirse en un “falso joven” como él mismo denomina a un hombre que pretendía ocultar su verdadera edad, solo para ser vencido por la inminencia de la muerte.
Como se puede observar el texto analiza el drama interno de Aschenbach, que no es otro que el mismo de Mann, sobre el conflicto entre expresar sus más profundos deseos, reprimidos por sus propios valores burgueses, así como el intento del personaje de alejarse de ellos y recobrar un ideal de juventud perdida. Porque, ante todo, Tadzio, más que el objeto del deseo es la representación de lo enérgico, de la belleza, de lo jovial, de todo lo que el decadente burgués ha perdido. Igualmente, el polaco, la belleza griega, es la búsqueda del amor espiritual y la reconciliación con el cuerpo.
Publicada en 1912, La Muerte en Venecia es un texto que ha influenciado durante años a psicólogos y literatos, de ella se ha escrito multiplicidad de textos, siendo incluso llevada al cine en 1971 por Luchino Visconti. El Archivo Señal Memoria posee el especial realizado por La Voz de Alemania con motivo del centenario del nacimiento del autor alemán, en el que Julio Cortázar habla de los componentes estéticos del texto.
Knoblauch, Federico (Locutor). (1975). La voz de Alemania: 1975. [Homenaje a Thomas Mann]. Colombia: HJCK. Archivo Señal Memoria, HJCK-DGW-073352-01
La experiencia personal
Para concluir, como se ha visto en estas líneas la obra de Thomas Mann posee un importante componente personal; gran parte de sus textos tienen como base las propias experiencias del autor a nivel personal, familiar o incluso nacional.
Con respecto a este aspecto es interesante observar la evolución de su pensamiento político desde la publicación de Consideraciones de un apolítico, en la que refleja el debate dentro de la sociedad germana en cuanto a la concepción de cultura alemana, o volk, en contraposición al entendimiento de civilización occidental, hasta la crítica abierta, aunque quizás tardía, hacía el nacionalsocialismo.
Esta forma de entender el mundo, quizás desde una posición ególatra y autocomplaciente, le permitió reflejar diversos aspectos de la vida en importantes obras literarias.
Con todo, y como lo vimos con las palabras de Julio Cortázar, Thomas Mann ha sido una fuente de inspiración para los escritores del siglo XX. A propósito de ello, en el programa Palabra Mayor el escritor mexicano Carlos Fuentes cuenta cómo fue su encuentro con el escritor alemán, así como la impresión que este le causó.
Molina, Fernando (Realizador). (1993). Palabra mayor. Carlos Fuentes : Primera Parte. Colombia: Audiovisuales. Archivo Señal Memoria, C1P-243367.
Autor: Germán Sánchez Baquero
