El conflicto entre Ucrania y Rusia trae a colación elementos sin resolver de la disolución de la Unión Soviética y el fin de la Guerra Fría y la posible utilización de armas nucleares que podrían ocasionar una tercera guerra mundial a pesar de las múltiples instancias y tratados internacionales creados para evitarla.
Guerra en Ucrania. El uso de armas nucleares y el posible inicio de una tercera guerra mundial
El conflicto entre Rusia y Ucrania es el resultado de años de diferencias producidas con la terminación de la Guerra Fría y la separación de las repúblicas que componían la Unión Soviética. Estas tensiones han aumentado en los últimos años a partir de la intención del gobierno ucraniano de integrarse económicamente a la Unión Europea y militarmente al Tratado del Atlántico Norte (OTAN) por considerar que ofrecen mejores condiciones de desarrollo en el sistema político internacional.
Vale anotar, la importancia económica y geoestratégica de Ucrania en Europa del este, en tanto es el mayor productor de maíz, trigo y girasol de la región y también es un gran exportador de petróleo y gas. Lo que convierte a este país en un objetivo para las grandes economías del mundo para proveerse de materias primas para la industria. De igual manera su posición geográfica en límites entre Europa y Asía, la convierte en un lugar estratégico para intercambios comerciales y en eventuales conflictos entre potencias o una nueva guerra mundial, razón por la cual los Estados más fuertes del mundo desean tener alianzas con este país.
Es precisamente este uno de los nuevos temores que se han creado a partir de la invasión de Rusia a Ucrania en 2022, pues desde occidente se ha rechazado de manera vehemente esta incursión y se han activado todos los instrumentos de contención ante una eventual confrontación armada entre las grandes potencias, evitando claro, que en ella se usen armas de destrucción masiva como las nucleares a pesar de los acuerdos firmados para limitar su uso.
¿Una nueva guerra mundial?
Esta confrontación reactivó un temor que se encontraba controlado desde la Guerra Fría, como es la ocurrencia de una nueva guerra mundial, para evitarlo, todos los países del mundo especialmente las grandes potencias económicas reunidas en el Consejo Permanente de Seguridad de las Naciones Unidas —del cual Rusia hace parte— han tomado las medidas necesarias para hacer casi imposible que las diferencias políticas y económicas dividan nuevamente al mundo y los efectos devastadores de una tercera guerra mundial.
El devenir de la historia ha mostrado avances en muchos aspectos, en primer lugar, no se puede negar que gran parte de los inventos de la sociedad se deben a la industria militar, que hace que se modernice el armamento utilizado en las guerras, siendo cada vez más devastador y con mayores afectaciones para la población civil y el medio ambiente.
En segundo lugar, también hay avances en las comunicaciones, lo que hace mucho más accesible el conocimiento y el desarrollo de la confrontación, permitiendo saber en tiempo real los efectos de los ataques, el tipo de armas usadas y sus consecuencias para la sociedad civil. Así, la ciudadanía en todos los rincones del mundo manifiesta su rechazo e indignación por estos hechos y se activan redes de organizaciones que atienden a la población afectada de manera más eficiente y oportuna.
Por último, se ha avanzado en el reconocimiento y relacionamiento de los gobiernos para aprobar o desaprobar los hechos relacionados con la guerra, prueba de ello ha sido la agenda internacional desarrollada por el gobierno de Ucrania en cabeza de Volodímir Zelenski para pedir apoyos a la comunidad internacional con el fin de contrarrestar o limitar la influencia de su homólogo Vladimir Putin en el contexto internacional, generando una crisis económica y comercial a nivel mundial que agravó aún más los efectos negativos de la pandemia producida por el virus COVID-19, trayendo consigo no solo pobreza y hambre en los países en conflicto sino en otros lugares del mundo.
Por lo anterior, se puede decir que la tercera guerra mundial puede estar más cerca de lo que se imagina, debido a que la confrontación ya no se surte en las condiciones en las que sucedieron sus predecesoras con epicentro en Europa basadas en el copamiento y dominación territorial, sino que sus efectos se pueden sentir en todo el mundo, producto de la crisis económica y política que generan, haciendo necesario el concurso de todos los actores del sistema internacional para encontrar una salida negociada a los conflictos y que no pasen al uso de armas nucleares con consecuencias irremediables para el mundo entero.
¿Es posible el uso de armas nucleares?
Los tratados internacionales en contra de la proliferación de las armas nucleares son herramientas que ha establecido el sistema internacional para mitigar los efectos devastadores de las guerras, y surgen precisamente luego del uso de este tipo de armamentos en conflictos anteriores.
No es absurdo pensar en el uso de armas nucleares en la confrontación ruso-ucraniana, debido a que uno de los poseedores de este tipo de armamento es precisamente Rusia, sin embargo, de ser utilizadas, la respuesta de otras superpotencias nucleares especialmente EE. UU. no se haría esperar y lastimosamente podríamos entrar en una guerra con afectaciones irremediables para toda la humanidad.
Si bien, EE. UU. y Rusia han firmado múltiples tratados como los START I y II (por sus siglas en inglés Strategic Arms Reduction Treaty, Tratado de Reducción de Armas Estratégicas) en los años 90 y el SORT (Strategic Offensive Reductions Treaty, Tratado de Reducciones de Ofensivas Estratégicas) firmado por Putin y George Bush en 2002, para limitar el arsenal militar nuclear en ambos países, pero es la falta de instancias internacionales que puedan verificar el cumplimiento de los mismos lo que hace evidente el riesgo de su uso, así se justifique en que solo se hará de manera defensiva.
En este punto vale la pena traer a colación, lo que menciona el académico Pedro Valenzuela en relación con la crisis del sistema de Naciones Unidas para contrarrestar o evitar este tipo de confrontaciones. Y los altos costos de las guerras que para 1998 muestra el programa Magacín Internacional, los cuales son altos en relación con los costos en inversiones sociales, como lo vemos a continuación.
Turbay Quintero, Julio César (Productor). (1998). Magacín internacional: Proliferación de armas nucleares. Colombia: Inravisión - Señal Colombia. Archivo Señal Memoria, BTCX30-021640.
En conclusión, la tercera guerra mundial puede estar a la vuelta de la esquina y el uso de armas nucleares está latente, sin embargo, sería bueno que el sistema internacional actúe de manera efectiva en la superación del conflicto ruso-ucraniano y pueda evitar que ocurra una catástrofe nuclear a partir de la vigilancia y control del uso de estas armas por parte de las superpotencias y los países que se quieran involucrar en la confrontación.
Autor: Iván Darío Romero Vega
