Desde su creación en 1970, el álbum del mundial de fútbol de Panini ha sido una de las actividades más populares, al punto de hacer parte de la “experiencia mundialista”.
Este fenómeno se refleja en varias de las series de televisión que conserva Señal Memoria como el programa infantil Jason y los cybernautas (1998), La posada (1990) y Dejémonos de vainas (1998). Sus personajes son un reflejo de la afición que sienten muchas personas a completar sus álbumes a través del intercambio y la compra de láminas.
La Copa Mundial de fútbol masculino lleva acaparando diferentes estadios desde 1930, estableciéndose como una de los eventos deportivos más importantes internacionalmente y logrando que cada cuatro años se reúnan diferentes selecciones nacionales con miras a levantar la Copa del Mundo. Sin embargo, esta experiencia futbolística tomaría un rumbo diferente a partir del mundial de México 1970 con la primera aparición de El álbum del mundial.
Este hecho formaría con los años una tradición mundialista y propiciaría la fiebre Panini, pues el coleccionar y tener toda la información posible sobre el evento en una cartilla hacía más cercana la vivencia del Mundial. Las consecuencias de dicho artículo fueron oleadas de fanáticos alrededor del mundo en busca de sus jugadores favoritos, aprendiendo de las selecciones y acercándose a un sinfín de sensaciones a la hora de ver a su selección en estas pegatinas y, sobre todo, el compartir por medio del intercambio con amigos y conocidos, la compra y nerviosismo con el azar de posibilidades en cada sobre, el sentarse a hablar sobre posibles marcadores y demás, es lo que hace del álbum una experiencia mundialista.
La historia de aquel objeto de colección, inicia en Italia en 1954, cuando se funda como negocio familiar la Agencia de Distribución de Periódicos Hermanos Panini, un pequeño quiosco dedicado a la venta de noticias deportivas, donde el fútbol llamaba más la atención sobre otros deportes. Con el paso de los años y algunas transformaciones en el negocio (venta de cuadernillos y figuras coleccionables), la iniciativa gana terreno comercial, llevando a que sus fundadores, los hermanos Giuseppe, Benito, Humberto y Franco Panini, adquieran en 1961 la editorial Nannina, la cual se dedicaba a la producción y venta de láminas adhesivas. Con ello se lanza la Colección Gol, creando grupos de láminas, empaquetándolos y realizando diseños de las figuras de renombre y locales del fútbol italiano. Esto logró ser un gran éxito, permitiendo a la empresa crecer financieramente, aumentar la producción y por primera vez en 1963, crear un álbum de láminas coleccionable: Calcitori.
Lo anterior sería el bosquejo e inicio del icónico álbum del mundial Panini, pues al tener un mayor dominio del negocio y un trabajo pulido en ello, se llegó a un trato con la FIFA para el mundial de México 1970, otorgando las licencias y derechos para producir el álbum con sus estampas, como el álbum oficial del evento deportivo, el cual consistía en 50 páginas y 271 tarjetas para pegar, a excepción de las especiales (los logos y escudos) que sí eran adhesivas. Fue tanta su acogida por parte de niños, jóvenes y adultos amantes del fútbol, que logró ser parte de la exposición internacional del evento, ocasionando que fuera escogido como la marca oficial del álbum de la Copa del Mundo en sus siguientes ediciones, el cual perdura hasta hoy con el Mundial de Qatar 2022.
La actividad comercial que suscita llenar el álbum Panini, otorga diferentes formas de socializar, donde se comparten emociones, retos y ambiciones para vivir la experiencia futbolística completa. En el programa infantil Jason y los cibernautas, podemos ver un poco de esta actividad como un fenómeno que se toma múltiples espacios e intercambios en temporada mundialista.
Sarmiento, Oskar (director). (1998). Jason y los Cibernautas. [Serie]. [Cap. La Mona]. Colombia: Centauro Studios para Señal Colombia. Archivo Señal Memoria, BTCX30 008671
Se ha convertido en una tradición completar y coleccionar el álbum del Mundial, pues alrededor de ello se conservan diferentes prácticas como la compra y venta de láminas o monas (como se conocen popularmente en Colombia), su intercambio, colección, e incluso aprender de la edición en curso. El álbum nos acerca al mundo del fútbol con sus emociones, historias y personajes icónicos que dan sentido a la afición por este deporte y todo lo que se disputa en la cancha. Así, la adquisición del álbum es una oportunidad para conocer un poco más del repertorio de jugadores, equipos, escenarios, selecciones, escudos y símbolos que se reúnen en nombre del fútbol. Un ejemplo de la fiebre Panini se pudo ver en programas como La posada, en donde la actividad de coleccionar las láminas no solo hacía parte de vivir la experiencia del Mundial Italia de 1990, con el debut de la selección Colombia, sino también una manera de aprender y compartir en familia.
Ribero, Mario (director). (1990). La posada. [Serie]. [Cap. 112, Arrivederci Roma]. Colombia: Producciones Tevecine. Archivo Señal Memoria, BTCX30 038846
Colombia ha participado en seis Copas del Mundo: 1962, 1990, 1994, 1998, 2014 y 2018. El debut de la tricolor en el álbum Panini tuvo lugar en la edición de Italia 1990, aumentando el interés de colección en todos los colombianos amantes del fútbol, emocionados al ver por primera vez el país representado en figuras como Carlos ´El Pibe´ Valderrama, Andrés Escobar, Freddy Rincón, René Higuita y Arnoldo Iguarán. Había muchos sentimientos y ansias por los resultados y claramente por obtener las monas de ellos, pues esta edición contaba con 50 páginas y 448 láminas adhesivas.
Dicha emoción y actividad se mantuvo vigente en USA 1994, tras el icónico 5-0 en las clasificatorias contra la Selección de Argentina, confirmando la presencia de Colombia en este Mundial. Lo sería un indicativo que aumentaría el consumo de este artículo de colección, en el cual se tenía la fe intacta para llenar sus 48 páginas con 444 monas. En la búsqueda se destacaban no sólo laminas como las de Leonel de Jesús Álvarez, Faustino ´El Tino´ Asprilla, Óscar Córdoba o Víctor Aristizábal, sino también el deseo de obtener figuras de renombre del fútbol internacional como Diego Maradona, Roberto Baggio, Paolo Maldini, Bebeto, Romario o Hristo Stoichkov.
Por su parte, el Mundial de Francia 1998 prometía ser uno de los más atractivos en torno a las figuras que disputaban el evento futbolístico y la internacionalización del evento, pues por primera vez 32 selecciones disputarían la Copa. Este cambio también se vio en el álbum Panini contando con 64 páginas y 561 láminas, las cuales incluían la mona de la Copa del Mundo y su mascota Footix. También contaba con un amplio arsenal de jugadores con figuras como Zinedine Zidane, Ronaldo, Roberto Carlos, Emmanuel Petit, Davor Suker y Dennis Bergkamp. La selección Colombia no se quedó atrás, con el debut de Iván Ramiro Córdoba, Farid Mondragón y Leider Preciado.
La actividad de llenar el álbum no es solamente encontrar sus figuras más representativas, sino también la vida social a través de las monas, pues el intercambio, compartir, la búsqueda y la puesta en marcha de estrategias ingeniosas para lograr completarlo, es lo que da gracia a esta experiencia mundialista que atrapa a sus fanáticos. En Dejémonos de Vainas se vive la fiebre Panini con el mundial de Francia 1998, cuando el sentido de completar la colección se centra en un mundo de posibilidades, estrategias y motivaciones.
Restrepo, Patricia (directora). (1998). Dejémonos de Vainas. [Serie]. [Cap. La mona difícil]. Colombia: Producciones Coestrellas. Archivo Señal Memoria, BTCX60 061759 CLIP 2
Es evidente que existen muchas maneras de entrar en la fiebre mundialista, siendo amantes o no del fútbol. Es de reconocer que siempre se mantiene la emoción de destapar un sobre y ver qué figuras hay dentro, pegar con delicadeza cada estampa, encontrar algunas joyas o monas difíciles, ir de la mano en el proceso de llenar poco a poco el álbum y disfrutarlo con otros fanáticos, que se involucran de muchas formas en tal actividad. Vivir el Mundial a través de la colección de láminas se ha convertido en una tradición que alimenta una pasión, e incluso se proyecta en el día a día sobre las esperanzas y apuestas que se depositan en el evento, sus jugadores y las selecciones allí presentes. Sin más, este queda como un gran registro de la historia mundialista, el cual, con el paso de los años, sus fanáticos se sienten más presentes que nunca.
Autora: Valeria Cárdenas