Ficha Técnica
Históricamente, los humanos hemos creado una serie de ritos que permiten la comprensión del paso entre diferentes momentos del año.
Entre estos ritos y prácticas, se cuenta también la implementación de los elementos simbólicos que dan lugar a la vida: el agua, el aire, la tierra y el fuego; por ello, no es raro encontrar que desde hace siglos se tenga la costumbre de usar inciensos y sahumerios para despedir el año viejo y dar la bienvenida al año nuevo.
Pero, ¿qué es un sahumerio? Es básicamente una mezcla entre la fe y la botánica. Por un lado, es la unión de especias y hierbas frescas o secas —llámense romero, canela, lavanda, sándalo, salvia— que se ubican en un recipiente para prenderles fuego y ahuman un espacio con el fin de dispersar malas energías y dar cabida a nuevas y positivas.
Esta práctica de sahumar se puede rastrear en diferentes culturas y momentos, desde los grecorromanos que los utilizaban en los templos para mantener la energía fluyendo para sus dioses, hasta los nativos americanos con usos chamánicos, y también, los cristianos, ya que en las parroquias y templos se sahuma durante todo el año, particularmente, durante la Semana Santa con intenciones de protección y bendición de los peregrinos a Dios.
Por eso, en año nuevo, parte de los rituales es tener a la mano todas aquellas representaciones de la naturaleza que conecten con la suerte, la abundancia, el amor y las buenas energías.
Estas prácticas dan sentido a la vida humana, un propósito de nuestra Tierra que empieza de nuevo y, ¿por qué no? Nosotros también. Por esto, en el Archivo Señal Memoria recordamos la práctica de sahumar por medio de este documento sobre los sahumerios pero de Semana Santa.
Por: Valentina Mena