Se dice que el espíritu navideño se ha perdido, que las viejas costumbres han desaparecido y que incluso el nombre de la Pascua de los cristianos ha dado paso a una fiesta comercial en la que Santa Claus y Papá Noel ocupan el lugar del Niño Dios. Si bien las influencias extranjeras se sienten con fuerza, la Navidad se expresa con alegría en las fachadas de las casas adornadas con guirnaldas, luces, pinos, estrellas, copos de nieve y figuras multicolores que nos dicen que la Navidad ha llegado para dar paso, una semana más tarde, a la Noche Vieja y al Año Nuevo.
La Nochebuena
Todavía en muchos lugares se celebra la novena con los cantos infantiles a la Navidad y se realiza el compartir de manjares típicos frente a un pesebre, con una cuna vacía mientras se lee la novena de El Niño, que es acompañada por sonajeros y pitos. Desde luego, son los niños quienes más la disfrutan, aunque los adultos comparten retos ingenuos: “hablar y no contestar”, “dar y no recibir”, “pajita en boca”, “puño en la espalda”, “estatua”, o “beso robado”, en los que quien pierde debe pagar al vencedor con un “aguinaldo”, que tiene un valor sentimental y simbólico más que económico.
En muchos pueblos y ciudades las visitas familiares y el intercambio de los tradicionales platos navideños con manjar blanco, desamargado, dulces de breva y calabaza, natilla y buñuelos, hojaldres y bizcochuelos, tortas de coco y de pastores, mantienen viva una tradición que se remonta en el tiempo.
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En muchos pueblos del occidente colombiano, el 24 de diciembre las campanas de las iglesias suenan en repetidas ocasiones desde la alborada hasta la noche. Para quienes las escuchan suenan a gloria, a alegría, pues anuncian que a las doce de esa noche nacerá el Niño Dios. Por eso, a esta noche se le conoce como la Noche Buena. Primero suenan los campaniles, suaves, débiles, balbuceantes, hasta que las grandes los ahogan con sus fuertes vibraciones que se extienden por todos los lugares llenando todos los espacios hasta anunciar la última ceremonia religiosa: la Misa de Gallo, al filo de las doce, con la que los católicos celebran la Noche Buena en la que Dios, hecho niño, llegó a la tierra para cumplir la promesa de redención a los cristianos.
Cuando el reloj marca las doce de la Nochebuena los sonidos de las campanas se hacen más fuertes. En la plaza y en los parques suenan pitos, sacaniguas, totes, estallan las luces de bengala y corren las vacalocas, en una explosión de pólvora, luces de colores, sonidos agudos y ruido, que tienen por fin expresar la alegría de ver cómo en el pesebre de la plaza, de la iglesia y de todos los hogares ha nacido el Niño Dios, que ha permanecido oculto durante nueve días entre las pajas de los pesebres que hasta ese momento han mostrado sus cunas vacías.
Es una celebración no exenta de supersticiones y agüeros. Algunos dan “la vuelta a la manzana” pidiendo por la oportunidad de viajar. Otros usan ropa interior amarilla al revés para mejorar su suerte o se llenan los bolsillos de lentejas para que les fluya el dinero. Hay quienes comen una uva en cada campanazo de las doce por cada uno de los meses del año que vendrá, mientras piden el cumplimiento de un deseo por cada una de ellas. Entre los agüeros más comunes está el de decorar la casa con espigas de trigo, dar un paso con el pie derecho al sonar el último campanazo en el reloj.
Sobresale entre las actividades la quema del muñeco de Año Viejo. Una representación de un personaje nacional que ha destacado en el año que termina y que por alguna circunstancia se ha ganado la animadversión de los colombianos: un político corrupto, el presidente de la República, un técnico de fútbol, un artista, etc., hecho de vestidos viejos rellenos de paja, cartón, papel y aserrín, que es encendido justo al llegar la medianoche, al tiempo que se lee un testamento en el que se realizan críticas irónicas sobre el personaje mismo, la administración local o algún hecho a destacar en el acontecer nacional.
Programar Televisión (productora). (1996). [La venta en Medellín de muñecos del año viejo con los nombres de los personajes del año] Heiner Castañeda. [Noticiero]. Colombia: Programar Televisión. Archivo Señal Memoria. BTCX60-064223
Al día siguiente se celebra el Año Nuevo. Es una fiesta religiosa de la que muchos han olvidado su significado en medio de la resaca que dejó la Nochevieja. Se trata del 1° de enero que en Colombia es un festivo dedicado a Santa María, en una continuidad de las celebraciones de la Navidad. Con ella se reconoce que la madre de Jesús puso su virtud y virginidad al servicio de su maternidad. Por esto, la celebración litúrgica está orientada a la “Maternidad de la Santísima Virgen María”, considerada la más importante celebración católica a la Madre de Dios.
Autor: Felipe Arias