Navidad en Todelar | Señal Memoria

El espíritu navideño en Todelar
Publicado el Vie, 23/12/2022 - 10:00 CULTURA Y SOCIEDAD
El espíritu navideño en Todelar

Desde que el cristianismo se impuso en el Imperio romano fue creándose la tradición de homenajear el nacimiento de Jesús. Curiosamente la fecha de la madrugada del 25 de diciembre como día del natalicio del denominado hijo de Dios, es producto de las creencias católicas, sin sustento histórico. 


Como lo ha manifestado el historiador y profesor Jaime Humberto Borja, la fecha elegida por la tradición para el nacimiento de Jesús está relacionada con el solsticio de invierno, época en la que el Imperio romano conmemoraba las fiestas saturnales que representaban el triunfo del sol sobre las tinieblas. Así, la figura de Jesús terminó reemplazando al dios solar que derrotaba a la oscuridad, pero es muy poco probable que realmente haya nacido en pleno invierno. En especial, si se sigue el relato bíblico de Lucas, que menciona la llegada de pastores y ovejas a presenciar el nacimiento, aspecto improbable dadas las condiciones climáticas. 

En ese caso, más allá de la fecha emblemática del nacimiento de Jesús, lo que ha promovido el mundo cristiano es que la llegada de este profeta a la Tierra está cargada de simbolismos de amor al prójimo, del dar y el compartir. Con los siglos y la secularización, podríamos advertir que aunque desde 1991 Colombia es un Estado laico, las creencias católicas han permeado los comportamientos de las ciudadanías, sin importar su credo o religión. 

Aunque muchos colombianos y colombianas han optado por otras creencias religiosas o simplemente no siguen ninguna, las tradiciones decembrinas se mantienen y se han articulado con los valores humanos promovidos en las escuelas y en el seno de las familias.  

Así, la bondad, la tolerancia y el perdón, entre otros valores, se promulgan con frecuencia en estas épocas navideñas. Es por ello que en 1990 la cadena radial Todelar emitió diez capítulos dedicados al espíritu navideño, dramatizando diez historias distintas que posiblemente puede vivir cualquier familia colombiana en vísperas de la Navidad. 

Como algunos recordarán, Todelar nació en 1953 y fue fundada por Bernardo Tobón de la Roche, con cuyo acrónimo se forma el nombre de la cadena radial. Como lo mencionó el locutor Jairo Aristizábal Ossa en una entrevista, Todelar se constituyó en la “universidad de la radiodifusión de Colombia” al haber sido la casa radial de destacados periodistas como Yamid Amat, Hernán Peláez, William Vinasco, Iván Mejía, Édgar Artunduaga, entre otros. 

Su audiencia consagrada para la década del noventa pudo escuchar diez relatos entre ficcionales y reales que daban cuenta del espíritu de la Navidad. En uno de sus episodios, Arrieros somos y en la curva de la gruta nos encontramos los actores radiales interpretaron a dos campesinos arrieros que llevan una carga en mula hasta Bogotá, pero deben sortear los desafíos de un camino encantado comandado por una bruja que absorbe la juventud de los hombres que lo transitan.

En otro capítulo, Navidad en el cementerio, un celador de un camposanto afirma que los muertos también celebran la Navidad y debe presenciar un acto milagroso. En esa misma línea, en Una sonrisa más allá de la muerte un anciano solitario recibe gratas visitas en la Nochebuena. Por otro lado, en Con los ojos del alma se ve mejor una pareja de adultos invidentes divorciados encuentran el momento del perdón en la víspera de la Navidad. 

Todas estas historias, con toques fantásticos, intentaron llegar a la audiencia presentando los valores humanos que en ocasiones se desvirtúan al darle más cabida a las prácticas comerciales de la Navidad. 

El consumo y el deseo exacerbado de querer adquirir productos y mercancías han ido desplazando el verdadero mensaje navideño, que es el de compartir y dar sin esperar recibir nada a cambio. Es así como en una de las historias narradas en el especial se invita a reflexionar sobre lo forzado que se ha vuelto para las familias dar obsequios, ofrecer grandes cenas e incluso sobrepasar los niveles de alcohol para garantizar una celebración exitosa. 

En Los ángeles de la gasolinera se relata el caso de Eduardo, un hombre que vive del transporte informal al trasladar pasajeros en su carro viejo y destartalado. El 24 de diciembre tiene la presión de su familia por darles dinero para comprar los regalos de Navidad para su hijo y ofrecer una jugosa cena de Nochebuena. Incluso su amigo José Luis lo persuade para que logren comprar unas buenas botellas de aguardiente. Sin embargo, Eduardo y su amigo deben enfrentar todo tipo de obstáculos con el carro averiado hasta que se encuentran con unos ángeles que los ayudan y salvan la Navidad.

Zuluaga, Gonzalo (director). (1990). Especial navideño. Los ángeles de la gasolinera. [Dramático]. Colombia: Todelar.  Archivo Señal Memoria, TDLR-DGW-085273-01. 

 

Aunque Eduardo logra llegar con los regalos esperados no solo para su hijo, sino también para todos los niños de la cuadra, y garantiza un suculento banquete para su familia y vecinos, queda la sensación en el relato de que se ha convertido en una imposición dar suntuosos obsequios en estas fechas sin importar los costos para obtenerlos.

En esa misma línea, otro de los capítulos, El valle del dolor se alumbra, permite reflexionar sobre la empatía y el amor al otro, al presentar a una mujer llamada Matilde que debe sortear la soledad a causa de la enfermedad de la lepra, padecimiento que la alejó de su familia y la tiene postrada en un sanatorio. Los otros residentes del lugar le devuelven el amor propio a Matilde, que reconoce en la noche de Navidad que la familia no solo es la biológica, sino también la que se forja a través de lazos de amistad.  

Pero quizás el relato más desgarrador del especial es Donde las luces no alcanzan, en el que una pareja de habitantes de calle deben padecer el hambre y el desprecio de la sociedad a pesar de que ella acaba de dar a luz. 

La pareja, que vive en las alcantarillas, se ve obligada a dejar a su bebé recién nacido en medio de las aguas negras mientras va en busca de comida. Sin embargo, al retornar encuentran al neonato muerto. Entre tanto, un médico solitario decide pasar su Navidad entregando regalos a niños de las calles. Es así como llega hasta el cambuche de los padres, desolados ante la pérdida de su primogénito.

Zuluaga, Gonzalo (director). (1990). Especial navideño. Donde las luces no alcanzan. [Dramático]. Colombia: Todelar.  Archivo Señal Memoria, TDLR-DGW-085272-01

 

Este dramatizado en particular invita a reflexionar sobre el verdadero mensaje de la Navidad, pues más allá de los obsequios que el médico ofreció entre los niños de la calle, logró salvar una vida mostrando empatía y afecto a los demás, hecho que no ocurrió con los transeúntes comunes que se encontró la pareja en su trasegar por las calles citadinas. 

Es así que desde Señal Memoria los invitamos a tener una Nochebuena llena de afecto, solidaridad y fraternidad. Que estos dramatizados radiales nos lleven a recordar el verdadero sentido de la Navidad y nos alejen de las imposiciones del mercado. 

 


Autor: Viviana Arce

 

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Fecha de publicación original Vie, 23/12/2022 - 10:00

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